"My destiny"

Capitulo: 53

“Necesito que Diana también esté presente.”, le dijo Hyun Joong al jefe mientras caminaban en dirección a las oficinas. “OK, pero no me asustes! Vamos entonces a su oficina ahora mismo!.”, respondió el jefe con cara de preocupación.

Diana estaba terminando unas planillas en su computador cuando sintió que tocaban a la puerta. Se puso de pie para ir a ver quien era. No alcanzó a llegar a la puerta, ya que el jefe ya la había abierto. “Hola! Hyun Joong tiene que hablar con nosotros, tienes un minuto?”, preguntó el jefe. “SI, claro! Tomen asiento.”, dijo ella intentando ser condescendiente. El jefe y Diana tomaron asiento en el sofá y Hyun Joong permaneció de pie. 

“Bueno… está es una decisión muy difícil para mí pero creo que mientras antes la tome será mejor… Deseo congelar mi carrera, voy a entrar al servicio militar.”, dijo tímidamente el muchacho, soltando la noticia de una vez. “Qué??!! Estás loco??!! Ahora!”, gritó el jefe mirando a Diana, al parecer pretendía que ella le diera una explicación. La muchacha se encogió de hombros. “Yo no tengo nada que ver en esto… Se lo aseguro! De hecho, ni siquiera entiendo su decisión!”, explicó Diana mirando al jefe. “Pero… te has vuelto loco! En el mejor momento de tu carrera!... Y no se iban a casar Uds. dos? No entiendo nada.”, añadió evidentemente alarmado el hombre. “Verá… esto debía hacerlo, y es mejor temprano que tarde… Y creo que este es el momento indicado.”, respondió cortante el muchacho. “Y la boda?”, preguntó extrañado el jefe. “Olvídelo! Ya no habrá boda. Hyun Joong se va al ejército y eso es lo importante. Si el así lo ha decidido, debemos respetarlo.”, terminó diciendo Diana muy tajante. “Bueno… creo que no tenemos más remedio…”, contestó desilusionado el jefe. “Gracias! Gracias por la comprensión de ambos!”, añadió el chico con la cabeza gacha. “Entonces… en la semana pasa por mi oficina para que veamos los temas legales… Aunque sigo pensando que es una lástima, hijo!... Bueno, me voy a ver lo del show de ahora. En 15 minutos pasamos por Uds.!”, terminó diciendo el hombre y se retiró raudamente.

Diana y Hyun Joong quedaron en silencio uno al frente del otro en la oficina. “Bueno… creo que ya todo está resuelto! Ya no tienes de que preocuparte!”, dijo la chica rompiendo el silencio que se estaba haciendo muy incómodo. Él intentó sonreir, aunque no lo logró. “Diana… gracias por todo! Por haberme apoyado en todos los ámbitos de mi vida! No sólo aquí en el trabajo, donde llegaste a ser mi mano derecha, sino también en mi vida!”, dijo el chico con la voz quebrada. Diana lo miró incrédula. “Talvés piensas que soy un loco… y probablemente lo soy, pero creo que enloquecí por ti y fui tan feliz siendo un loco a tu lado!... Me atrevería a decir que has sido lo más maravilloso que he tenido en toda mi vida!”, continuó diciendo el muchacho con mucha tristeza. “Esto… es el final, verdad? Con todo lo que me dices, eso creo… Pero, si quieres que este sea el final, por qué me das a entender que aún sientes algo por mi? No sería más fácil terminar y ya? Por qué si aún me quieres me estás dejando, Hyun Joong?”, preguntó decidida Diana. El chico retrocedió. “Si, Hyun Joong! Aunque no me lo digas lo puede ver en tus ojos, en tus gestos, en tus palabras… Se qué deseas tanto besarme como yo a ti”, comenzó a desafiarlo la chica. Él sólo miraba el suelo. Diana se acercó peligrosamente a él mientras continuaba provocándolo. Acercó sus labios a los del chico pero no con la intención de besarlo, sólo de hacerle ver que lo que decía era verdad. “Estás temblando, lo ves! Acéptalo! Aunque no lo digas, se que te mueres de ganas de hacerme tuya!”, terminó diciendo Diana. Él finalmente le devolvió la mirada. En ese instante, Hyun Joong se olvidó del mundo. Efectivamente se estaba muriendo de ganas de besar y abrazar a la chica y se abandonó a sus deseos, aunque fuera por última vez. De un solo golpe tomó a la muchacha entre sus brazos y la apoyó bruscamente contra la pared, pegando su cuerpo fuertemente contra el de ella. Diana sólo atinó a buscar los labios del chico, los que le devolvieron un beso salvajemente apasionado. Sin duda, esa era la última carta para jugar de Diana y no la iba a desperdiciar.