Visitante inesperado. (+18)

La Cena.

Con todo cariño para AnneGarcia87.

Una noche, Chris viene a cenar con nosotros. Dice que él va preparar la cena y de hecho, prepara la lasagna más deliciosa que he tenido el gusto de probar.

Sebastian le ayuda mientras yo los observo, porque han decidido que esta noche el bebé y yo somos los invitados de honor, así que me siento en la barra de la cocina y me divierto con sus ocurrencias mientras preparan la cena.

De pronto, Chris voltea a vernos, sonríe, baja la mirada, y nos dice: "Conocí a alguien..."

"¿Qué?¿Cuándo?¿Cómo?" Sebastian lo acribilla con preguntas.

"Fue algo muy especial. Fui a comprar mi café de siempre, y al entrar a la cafetería, estaba revisando un mensaje de Scarlett, y choqué con una preciosa mujer intelectual, así de lentes y mil libros... Se deshacía en disculpas, pero yo no podía dejar de verla. Fue algo que jamás me sucedió con nadie. Ella ni siquiera se había dado cuenta que era yo, ella sólo estaba siendo amable por educación. Cuando terminamos de levantar sus cosas y alzó la vista, sus ojos se iluminaron y sonrió tan hermoso que les juro que mi corazón se saltó un latido. Me dijo '¿Chris..?¿De verdad eres tú?' Y le dije 'Así parece, preciosa.' Le invité un café, me dijo que tenía prisa pero que de igual forma me lo agradecía, le pregunté a qué se dedica, me dijo que es maestra de idiomas y vino de intercambio a dar clases a Los Ángeles. Es mexicana, se llama Anne, y es la mujer más interesante que he conocido. Le di mi número, el verdadero, y ella me dio el suyo. Lo marcó desde mi teléfono para verificar que estuviera correcto. Vamos a salir el viernes, pero en verdad esto rompe mis esquemas. Ella no es una modelo cabezahueca, es hermosa, sí, pero es diferente. Creo que ahora entiendo porqué te enamoraste así de Elizabeth, y creo que podría enamorarme de Anne..."

Vaya, esto sí que como dice Pietro Maximoff, no lo vimos venir. Le preguntamos por Jenny y nos dice que ella es dolor de cabeza constante. Que no sabe porqué aceptó seguir el cuento de que tienen una relación. Esa mujer esta realmente mal de la cabeza, y él jamás haría su vida con alguien así. No ve la hora de que se acabe el contrato de Gifted y poder librarse de esa loca.

Para cambiar de tema, le pregunto qué piensa hacer con Anne, a dónde la va a llevar, me dice que quiere llevarla a Santa Mónica, a la playa, a ver el atardecer. Invitarla a cenar en algún restaurante italiano, y principalmente, tener la oportunidad de hablar con ella por horas y horas, cosa que nunca le había sucedido.

Vaya, al parecer el indomable Chris Evans, encontró por fin el amor. Sebastian está feliz por él, le dice que ya le tocaba y que ya verá como estar con una mujer inteligente y hermosa, que no tiene nada que ver con Hollywood, es la mejor decisión que puede tomar, pues no hay hipocresías ni apariencias y todo se da de manera más natural.

Cenamos, felicitamos al chef Evans por la deliciosa lasagna, y él se despide de nosotros y finalmente nos deja solos.

Es cuando Sebs decide que tiene darme un baño, porque estoy muy sucia. ¡Si me bañé antes de que Chris llegara!
"Invéntate algo más creíble para desnudarme y ponerme las manos encima, Stan." Le digo cuando me levanto haciéndome la indignada, y él se ríe a carcajadas y me carga. Me lleva hasta la cama, me baja suavemente y se deshace de mi ropa, de la suya y poco a poco me seduce con su mirada, con sus labios, con su voz.

Cuando me tiene de pie, desnuda frente a él, me acaricia los hombros, baja por mis brazos y toma mis pechos. Los acaricia lentamente, con calma, disfrutando el momento. Un jadeo se escapa de mis labios cuando se concentra en mis pezones sensibles, y luego su boca termina el trabajo.

Baja su mano a mi intimidad, y sus dedos hacen maravillas dentro de mí, mientras su boca se apodera de mi clítoris. Gimo su nombre, mientras mis manos se enredan en su cabello y mi cadera busca un ritmo para acompañar su trabajo con la lengua.

Cuando estoy a punto, sube a mi boca y entonces pruebo mi propio sabor. Me besa lento, acompasado, sin prisas, y lentamente se introduce en mí. Un gemido ronco escapa de sus labios, y me dice con su voz ronca y sensual que me ama, que está loco por mí, mientras poco a poco, con cada embestida, nos acercamos al éxtasis.

Mis paredes lo aprisionan cuando empiezo a sentir que un orgasmo increíble se acerca. De pronto, mi cuerpo se arquea, me aferro a su espalda, y me dice "vamos nena, dámelo, déjame disfrutar lo que sólo yo puedo hacerte sentir..." y un orgasmo intenso me atraviesa, y en seguida siento como él también llega, se derrama en mí y me pierdo en él.

Cuando nuestros latidos se regularizan, tomamos una ducha juntos, abrazados, besándonos, él me enjabona a mí, y yo a él, mientras nos decimos lo que sentimos, nos seguimos amando sin tregua, y volvemos a hacer el amor, en la regadera, me pone contra la pared fría del baño, me levanta una pierna y vuelve a estar dentro de mí, su lengua baila con la mía, sus manos acariciando mis pechos, mi trasero, mis manos en su espalda, y otra vez el orgasmo nos encuentra amándonos con todos los sentidos, en éxtasis, desesperadamente.

Nos acostamos después de un rato, y me dice: "Nena, ¿Has pensado en algún nombre para nuestro bebé?¿Tienes algo en mente?"
Le digo: "No lo sé. Si fuera una niña me gustaría que se llamara Sophia. Si es un niño, Sebastian como tú."
Él me dice: "No, ni tu nombre ni el mío. Mejor, ¿Qué te parece si le ponemos David? Como el nombre falso que usé en el hospital. Tiene sentido, es algo que sólo nosotros conocemos, será nuestra pequeña broma secreta..."

Estoy de acuerdo. Me pregunta si quiero niño o niña, pero la verdad me da igual. Lo que sea, pero sano. En la próxima visita a la doctora nos dirán si es niño o niña.

No puedo esperar.

Sebastian susurrándole "Te amo" a Elizabeth en la multimedia.