Su bebé será...

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Hemos tenido unos días muy tranquilos. En realidad, se debe a que casi no salimos de mi casa, de hecho Sebs se ha mudado conmigo porque me dijo que era menos probable que la prensa nos identificara en mi edificio, y cuando salimos lo hacemos en mi coche para no levantar sospechas con el Corvette rojo fuego de Sebastian.

Sin embargo, dice que nunca en toda su vida ha sido tan feliz. Conocí a su madre, es una mujer encantadora con un amor inquebrantable y profundo por su hijo, y por lo que veo, con un odio galopante hacia Margarita Levieva, porque se expresa de ella con mucho desprecio, a pesar de ser tranquila y amable la mayor parte del tiempo.

Cuando Sebastian le dice que va a ser abuela, su felicidad es tal, que nos contagia su alegría y los tres terminamos llorando. Creo que le encanta que su hijo, a quien tanto ama y por quien lo ha dado todo, haya encontrado por fin la felicidad y además vaya a vivir la experiencia mágica de ser padre.

De pronto, Georgeta le dice a Sebs: "Hijo, soy tan feliz por tí. Encontraste una mujer buena, hermosa y sencilla. Mi corazón de madre me dice que tienes la felicidad frente a tí. Ahora sólo tienes que ser prudente y conservarla, cuidar su corazón y darle todo tu amor y hacerla sentir segura junto a tí. Eso es lo que al final de cuentas todas las mujeres queremos. Y me alegro más, que hayas abierto los ojos con respecto a esa zorra manipuladora y egoísta, mentirosa y cruel, que no tenía ninguna intención de hacer una vida contigo. Qué bueno verte feliz y además, a punto de ser papá. Felicidades hijo..."

Nos abraza, nos besa y se marcha, aunque promete volver para el nacimiento del bebé.

Al día siguiente llega Chris, eufórico. Dice que está fascinado con la señorita García. Anne García, así se llama la mujer que lo tiene loco. Dice que es culta, puede hablar de cualquier tema, es educada, es bella, es ocurrente, lo hace reír, tiene ese acento genial por ser mexicana... en fin, puras alabanzas y halagos. Me da tanto gusto por él, me pregunto si Sebs hablaba de mí así de emocionado cuando me conoció.

Entonces como si me leyera la mente, Chris dice: "Recuerdo cuando conociste a esta señorita. Estabas como loco. Y hermano, cuando te diste cuenta que habías perdido su número, yo creí seriamente que te daría un ataque. Verte así era algo ajeno a mí, no lo podía entender hasta que conocí a Anne. Es increíble, y espero tener la misma suerte que tú y haber encontrado al amor de mi vida. Aunque, casi estoy seguro que si. Quiero que la conozcan,
de hecho vengo a invitarlos a cenar mañana, en el restaurante italiano ese que nos gusta, Stan. Si aceptan, los esperamos a las 8pm."

"Ahí estaremos. Tal vez nos retrasemos un poco, porque mañana tenemos cita con la doctora, y probablemente nos diga si vamos a tener un niño, o una niña. Pero de que llegamos, seguro llegamos. Cuenta con nosotros." Sebastian le dice, y yo sólo sonrío cuando me doy cuenta que mañana a esta hora, ya sabremos si esperamos una Sophia o un David.

Esa noche, los dos estamos inquietos. Por ahí de las dos de la madrugada, siento como Sebastian se levanta de la cama y se dirige a la cocina. Decido seguirlo sin hacer ruido, y cuando voltea, y sale del refri, me encuentra sentada en la barra de la cocina, con sólo su camiseta y nada más encima. Con las piernas totalmente abiertas, y libre de fronteras. Así que su mirada cambia rápidamente, de sorpresa a lujuria en microsegundos, y ya lo tengo frente a mí, el beso profundo, la danza de nuestras lenguas y en un par de movimientos, él ya está dentro de mí, haciéndome gritar y estremecer con sus furiosas embestidas como olas, y rápidamente alcanzo el éxtasis y enseguida él se me une hasta que terminamos temblando, sudando y abrazados tan fuerte que somos uno mismo.

En eso estamos, recuperando el aliento, cuando de pronto siento algo en mi vientre. Como un golpecito. Él abre mucho los ojos, me mira con desconcierto, y pone su mano donde se sintió el movimiento. Entonces, pongo mi mano sobre la suya, y los dos sentimos el brinquito otra vez... ¡El bebé se mueve! Sebastian se agacha y le habla, y vuelve a brincar. Lloramos y reímos al mismo tiempo, y cuando el bebé siente que volvemos a abrazarnos, vuelve a protestar. Por lo visto al muñequito no le gusta estar apretujado entre sus dos padres.

Volvemos a la cama. El día pasa lento, demasiado para mi gusto, hasta que llegan las 5, y por fin llegamos al consultorio. Después de todo el ritual, por fin nos pasa al privado donde está el aparato de ultrasonido, y vemos a nuestro hermoso muñequito. Después de medir el fémur, la cabecita y todo lo que el aparato mide, por fin nos pregunta si queremos saber el sexo del bebé. Cuando respondemos con un '¡Siii!' al unísono, se ríe y empieza a buscar hasta que de pronto, dice: "Vaya, es preciosa. Tiene el perfil de su mamá. Señor Stan, tendrá otra hermosa damita para cuidar y volverse loco. ¡Felicidades señores, serán padres de una hermosa niña!"

Sophia. Mi Sophia. Sophia Stan. Suena increíble, pero dentro de poco, será una hermosa realidad.

Sebastian está estupefacto. No dice nada desde que la doctora nos dice que es una niña, hasta que llegamos al coche y le pregunto qué sucede.

"Nena, sé que te dije que me daba igual, que no me importaba qué fuera el bebé pero... yo anhelaba con toda mi alma tener una niña. Me siento tan feliz, tan pleno, que no puedo ni hablar. Estoy flotando. Gracias nena, por llegar a mi vida, por hacerme tan feliz, por darme todo de tí, aunque sé que no soy el mejor de los hombres y sobre todo... Gracias por la hermosa muñequita que vas a darme. Te prometo delante de Díos que jamás les faltará nada, que serán siempre mi prioridad, y que cuidaré de ustedes y de nuestros demás hijos por siempre. Las amo."

Yo también quería tener una niña.
Deseo cumplido.

Visitante inesperado. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora