Problemas en el Paraíso 1

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Mi embarazo transcurría sin contratiempos. Sebs seguía viajando mucho, pero cada vez le pesaba más dejarme sola y yo cada vez me sentía más miserable cuando él se iba.

Cuando cumplí 7 meses y medio de gestación, mi mundo color de rosa se vino abajo. Una noche, justo el día antes de que Sebastian regresara de una grabación, escuché un ruido en la sala. Pensé que Sebs había regresado antes y quise jugar con él haciéndome la dormida,  cuando sentí el cañón de un arma en la espalda.

Nunca jamás en mi vida había sentido tanto miedo. Se supone que es un edificio seguro, y un barrio tranquilo. No entendía nada, hasta que el tipo dijo: "Saca los millones del soldadito, perra. Se que eres su amante y vive aquí. Más te vale que cooperes y me des lo que te pido, si no quieres morirte junto con tu bastardo. ¡Párate, zorra, y obedece que no tengo tu tiempo!"

Yo estaba paralizada de miedo. No me podía mover. Afortunadamente tenía mi teléfono bajo la almohada y la mano metida también bajo la almohada, y a tientas, marqué el último número registrado en las llamadas recientes. Era el número de Ángel. Así que cuando contestó,  a las tres de la mañana, debe haberse asustado bastante al oírme decir: "Por favor no me haga daño. En esta casa no guardamos dinero. Puedo darle lo que traigo en mi cartera, pero no es mucho. No nos lastime a mi bebé y a mí por favor, le daré lo que pueda..."

"No perra, ¿no lo entiendes? No te creo eso de que no tengas dinero. Seguramente el soldadito te tiene viviendo como su golfa, y te da a manos llenas. Así que más vale que me entregues lo que tengas escondido, si no quieres amanecer en la morgue junto con tu engendrito. Ya te dije, ¡muévete estúpida, si no quieres que te arrastre de las greñas por toda la casa, hasta encontrar lo que quiero!"

De pronto tocan a la puerta, y espero con todo mi corazón que sea Ángel. No lo creo, es muy pronto, sin embargo, eso distrae al idiota y deja de apuntarme con el arma. Empieza a correr desesperado buscando por donde escapar, y cuando se asoma y ve la escalera de incendios, trata de correr por ahí. Sin embargo, al bajar la policía lo está esperando y lo atrapan casi enseguida.

Ángel entra de pronto y me encuentra paralizada y en estado de shock. Toma una maleta, empaca unas pocas cosas y me toma en brazos para llevarme a declarar a la comandancia de policía y luego a su casa.

Pero en el camino me dan contracciones. Me siento fatal. Así que decide ir a su casa primero a dejarme y se comunica con la policía para decirles que mi estado de salud es delicado y no estoy en condiciones de declarar. Mañana tendré que ir, pero hoy la libré y necesito relajarme porque si no le puede hacer daño a mi princesa.

Por supuesto que cuando Sebastian llega y se entera de lo que pasó, el Soldado del Invierno parece un personaje de Plaza Sésamo comparado con la furia que veo en sus ojos. Agradece a Ángel por haberme salvado, y me dice que hoy mismo nos mudamos a su casa.

Yo hago todo lo que me dicen como autómata. Hasta que me abrazo de él y me suelto a llorar y por fin descargo toda la tensión que tenía acumulada en mi cuerpo por la situación tan horrorosa que pasé. Le cuento con detalles las cosas tan horribles que me dijo el malnacido ese, como daba por hecho que en la casa había mucho dinero porque él es mi pareja, y que me dijo que si quería que mi bastardo y yo viviéramos, más me valía darle todos los millones que tenía guardados en la casa.

Fue horroroso sentir el cañón de la pistola sobre mi espalda. Pero lo peor fue el miedo paralizante de que a mi niña le pasara algo. Eso fue lo más terrible de todo.

Llegamos a vivir a casa de Sebs, contrata gente para que traiga mis cosas y las instale en su casa. De hecho, vacían la casa y guardan todas mis cosas en una bodega de la casa de Sebastian. Mientras acomodo mi ropa en el vestidor de Sebs, me siento terriblemente vulnerable todavía. Tengo mucho miedo y aunque trato de sobreponerme, es muy duro.
Recuerdo todo el tiempo la voz del tipo llamándome zorra, golfa y perra. ¿Pero cómo puede decir eso de mí, si ni siquiera me conoce?

Sebs me dice que es una estrategia para humillar y someter a las víctimas. Pues si lo es, funciona. Es muy humillante ser tratada de esa forma.

Me empiezo a tranquilizar, Anne y Chris vienen de visita y ella se porta como una verdadera hermana. Me deja llorar en su hombro y me consuela. Y para distraerme, me cuenta su secreto más grande. Al escucharla logra su propósito, porque por un rato me olvido de mis problemas.

Anne está embarazada. Es maravilloso, me siento tan feliz por ella que ahora lloro de alegría. Pero ella tiene miedo. Dice que no quiere que Chris piense algo que no es. Y que de hecho, les falló el preservativo y él lo sabe.

Si alguien la puede entender, soy yo. Y comparto con ella mi historia con Sebs y cómo fue que quedé embarazada. Ella se sorprende de que nunca nos cuidamos, y me dice que un cuerpo joveny sano como el mío, sin anticonceptivos, era lógico que concibiera así de fácil.

Pero ella estaba llena de ansiedad de decirle a Chris. Ella es un poco mayor que yo, y muy inteligente y analítica. Así que no es fácil para ella.

Yo sospecho que Chris va a enloquecer de alegría, y se lo digo. Seguramente a su edad, ya ansía sostener un hijo entre sus brazos. Le aconsejo que, como yo, al darle la noticia le aclare que no fue a propósito y que le de la libertad de elegir lo que quiere hacer. Pero veo a Chris tan enamorado que estoy segura que mi amiga pronto será la señora Evans.

Y estaremos muy felices de que así sea. Y de que el buen Chris ha encontrado también el amor verdadero.

Además, mi hija tendrá pronto un amigo o amiga para toda la vida. Porque no importalo que pase, yo pienso seguir siendo amiga de Anne lo que me queda de vida.

Amigas para siempre.

Visitante inesperado. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora