Exton y Sophie. Segunda parte

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Por fin, Exton llegó por mí a la farmacia. Tal vez pasaron menos de 10 minutos, pero a mí me pareció una eternidad, mientras buscaba las palabras para decirle que iba a ser padre. Esto no puede ser, tuvimos cuidado, fuimos responsables, tomamos todas las precauciones. No entiendo como pudo suceder, el caso es que sucedió y ahora no queda más que seguir adelante y afrontar las consecuencias.

Desde que llegó, notó mi cara descompuesta. Su radiante sonrisa, se convirtió en una mueca cuando vio el gesto de mi cara. Le dije que teníamos que hablar, que necesitábamos ir a un lugar tranquilo y sentarnos en paz, para hablar con calma.

Ya para estas alturas estaba bastante preocupado, y yo estaba como autómata, sin hablar, sin expresar nada, solo caminando atrás de él mientras entrábamos al primer Starbucks que encontramos.

Me dice: "Princesa. por favor ya dime qué te pasa. Estoy empezando a preocuparme. Nunca te había visto tan seria Sophia, y te conozco desde que naciste. Dime por favor..."

Bien, aquí voy. Tomo aire, cierro los ojos, y mientras dos lágrimas corren por mis mejillas, le digo: "Exton, estoy embarazada..." Se echa hacia atrás en la silla, pasando sus dos manos por su cabello, ese cabello hermoso que espero que mi bebé herede, y suelta todo el aire que tiene en los pulmones. Entonces, me dice: "Pero ¿Cómo es posible? Si estás tomando la píldora, ¿no? O, ¿Se te olvidó alguna? No entiendo nada..."

"Exton, yo tampoco entiendo nada. No he dejado de tomarlas ni un solo día. He sido sumamente cuidadosa, porque sé que confías en mí y por nada del mundo quiero defraudar esa confianza. Simplemente, no sé qué fue lo que pasó. Lo siento mucho mi amor, estoy muy asustada, mi papá no lo va a tomar nada bien, mi mamá va a pasar un muy mal rato lidiando con él, y estoy segura que tu mamá va a odiarme. Pero te lo juro mi amor, que no tengo idea de qué sucedió..."

Y entonces, la suma de todos mis miedos sucede justo frente a mí; su reacción, es peor de lo que yo esperaba. Estaba preparada para que se sorprendiera, incluso para que me reclamara, pero no para esto... No para que me dejara.

"Lo siento Sophia, yo no sé con qué intención hiciste esto, pero no me voy a detener por tí. En tres días, me voy a Bélgica, y nada me va a detener. Si no querías que me fuera, hubieras hablado conmigo. No inventar un cuento así. No cuando..."

Entonces, una rabia que jamás había sentido, se apodera de mí, me levanto de la silla, lo abofeteo y le grito: "¡Yo no tengo ninguna necesidad de estar inventando nada! ¡No necesito mentiras para retenerte a mi lado Exton! al menos no pensé necesitarlas. Pensé que mi amor sería suficiente para que te quedaras conmigo. Pero, ¿Sabes qué? Si piensas tan poco de mí, si crees que valgo tan poco como para darme valor con una mentira, hasta aquí llegamos, Downey. No te preocupes por nada. Vete en paz, cumple tus sueños, y a mí no vuelvas a buscarme nunca. Jamás."

Y le tiro en la cara una de las pruebas, con el resultado positivo. Y me voy, salgo de ahí como llegué, en taxi, y llego a mi casa sin querer ver a nadie. Me encierro en mi habitación por horas, sin comer ni cenar, y sin hablar con nadie. De verdad esto es una pesadilla.

Mi teléfono no para de sonar, pero no le pienso contestar a ese imbécil. ¿Cómo se atreve a pensar eso de mí? Estúpido.

De verdad que no quiero volver a verlo nunca.

Pasan los tres días. Llega el día de su partida. Y de verdad, de verdad que aunque estoy furiosa con él, todavía conservo las esperanzas de que no se suba a ese avión. Veo a sus padres y a su hermana despedirlo, y tengo un nudo en la garganta. Veo que me está buscando, pero no estoy al alcance de su vista. Cuando lo veo cruzar la puerta del avión, mi corazón termina de romperse. No puedo respirar. Creo que tengo un ataque de pánico.

Visitante inesperado. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora