Capítulo 24: El deseo de Lilith

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-Habían pasado algunas horas desde el encuentro de Corrin con Camila; la princesa Hoshidiana habían tenido que avanzar en silencio por un largo pasillo que, según las dos hermanas Nohrias, llevaría a las cercanías del salón del trono.-

Kana: Pareciera que este pasillo no se acabara nunca. Tía Elise, ¿Está segura que no doblamos en el lugar equivocado?

Azura: Vamos por el camino correcto. Recuerdo este lugar... Creo que casi llegamos.

Shiro: Mientras no sea un callejón sin salida...

Corrin: No es un callejón sin salida... Puedo ver escaleras.

-Todos siguieron avanzando, pero Corrin ya no parecía tan decidida como antes; ¿Qué le esperaría a la salida? ¿Garon? ¿Xander? Ryoma y Elise notaron el cambio de Corrin, pero sabían que era mejor mantenerse en silencio. Después de todo, ellos habían sido su familia por muchos años.-

Corrin: Entonces el centro del poder Nohrio debe estar justo sobre nuestras cabezas. No es buena idea que vayamos todos a la vez, iré a echar un vistazo para asegurarme que no hay nadie cerca.

Ryoma: No irás sola, te acompañaré.

Azura: Yo también. Si necesitamos de mi canción, podré ayudar.

Takumi: Yo iré--

Ryoma: No. Con tres somos suficientes. Si vamos más, es muy posible que nos descubran. Protege a los demás mientras volvemos, si te grito, entonces vengan.

-La chica y sus compañeros avanzaron hasta el final de las escaleras. Al salir, el terror se apoderó de Corrin; el ejército Nohrio estaba entrenando en ese lugar. Rápidamente, los tres se escondieron detrás de la enorme estatua de dragón que ocultaba las escaleras.-

Corrin: Maldita sea... Justo hoy tenían que elegir entrenar aquí...

Ryoma: Es mejor que retrocedamos y tomemos el camino que lleva a los aposentos de la princesa Elise.

Corrin: Mierda... Tan cerca y a la vez tan lejos...

Azura: No debemos enfrentarnos a ellos. Son los soldados de la élite Nohria...

Corrin: Retrocedamos o nos encontrarán...

Ryoma: Viene alguien.

-Los tres hijos de la realeza se asomaron con cuidado por detrás del dragón. A varios metros, cruzando el puente que unía el campo de entrenamiento con el castillo de Garon, estaba de pie Hans. Su gran hacha estaba apoyada en su espalda, resaltando los músculos que había ganado en dos años.-

Hans: ¡¿Qué están haciendo, idiotas?! ¡Esto es un ejercicio de contacto! ¡Quiero ver sangre! ¡AHORA!

Nohrio: ¡Sí, señor!

Corrin: Veo que Garon ascendió a esa rata asquerosa... Daría mis alas a cambio de poder hacerle pagar por la muerte de Gunter...

Ryoma: Todo a su tiempo. Si sales ahora, tendremos muchos problemas.

Corrin: Se que no debo desear la muerte de nadie... Pero ese bastardo mató a Gunter ante mis ojos. Quiero vengar su muerte.

-De repente, un soldado Nohrio logró ver a los tres Hoshidianos, alertando con rapidez a su capitán antes que Corrin y los demás tuvieran oportunidad para escapar.-

Nohrio: ¡Capitán Hans! ¡Hay intrusos escondidos detrás de la gran estatua dragón!

Hans: ¡Genial! Tráiganlos. Los usaremos como blanco para entrenar.

-Sin más opción, Ryoma, Azura y Corrin salieron de su escondite. La princesa Hoshidiana había escondido su espada cubriéndola con la capa que llevaba ahora sobre su hombro izquierdo. En un principio lo había hecho para ocultar las quemaduras que le había provocado el ataque de su hermana mayor hacía varios años. Pero se dio cuenta que ocultar a Yato le otorgaba una pequeña ventaja al momento de atacar.-

Fire Emblem Fates: BirthrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora