Desvío 8: Sin un padre

231 14 0
                                    

-Algunas horas habían pasado desde que Selkie se había unido a las tropas de Corrin.  Hinata se sentía muy impaciente por ver a su hijo, Hisame. Sentía un gran amor hacia su hijo, aunque rara vez lo visitaba. Por mucho tiempo fue el más débil de las tropas de la princesa Hoshidiana. Había entrenado mucho junto a su esposa, Oboro, para llegar a ser uno de los más fuertes. Ahora era un hombre bastante temible, aunque su aspecto no había cambiado en nada. Apenas llegaron a la aldea de su hijo, Hinata comenzó a gritar.-

Hinata: ¡Hisame! ¡Llegó papá! Qué suerte tiene mi chico al disfrutar de éste hermoso pueblo tan pacífico. ¿Lo sienten? ¿Lo huelen? Es la libertad. ¡¡Hisame!! ¡Aquí estoy!

-Corrin no podía sentirse algo contagiada por el humor de su amigo. Hacía ya mucho que no se sentía tan divertida. La última vez que se había sentido así fue cuando aún estaba entrenando con su hermano mayor, Xander. Ella extrañaba esos tiempos, pero sabía que no volvería a disfrutar de ellos hasta que la guerra terminase. Poco a poco, un chico se fue acercando a Hinata, suspirando. Al parecer, estaba bastante molesto.-

Hisame: Padre, no necesitas gritar.

Hinata: ¿Qué es eso de padre? Siempre me dijiste papá

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hinata: ¿Qué es eso de padre? Siempre me dijiste papá. ¿Recuerdas? Cuando venías corriendo a mis brazos... ¿Acaso huelo mal?

Hisame: Ya soy mayor para esas cosas.

Hinata: Cierto. Ahora eres un adolescente. No quieres que te vean con tu papá, ¿cierto? Cuando tenía tu edad, era tan malhumorado como tú.

Hisame: Déjame tranquilo, padre. No estoy malhumorado. -Cuando Hinata se acercó a su hijo para revolverle el cabello como cuando era más pequeño, Hisame apartó la mano de su padre mientras susurraba.- Vete a la...

Hinata: ¿Dijiste algo?

Hisame: Basta, padre. Hace varios años que no me visitas. No puedes aparecer de la nada y tratarme como si nos hubiéramos visto todos los días.

Hinata: ¿No vine a verte hace unos...? ¿Días? ¿Semanas?

Hisame: Vete. Ni siquiera recuerdas cómo pasa el tiempo aquí. Puedo cuidarme por mí mismo. Adiós, padre.

-Sin decir nada más, caminó hacia las afueras de la aldea. Por un largo rato, todos se quedaron en silencio, observando a Hinata. Hinata bajó su cabeza, con una mirada llena de culpa. Era cierto. No había tomado en cuenta el transcurso del tiempo en ese lugar. Oboro no decía nada. Su esposo siempre había sido más cercano con su hijo que ella. Se sentía bastante culpable. De repente, Hinata suspiró, bastante molesto al darse cuenta que su hijo tenía razón.-

Hinata: Mierda... Ahora sí que la fastidié bien. La última vez estaba tan feliz de verme. Pero ahora se va corriendo... -Al darse cuenta de la dirección en donde se encaminaba su hijo, se sorprendió y asustó. ¡¿Estaba dejando la aldea?!- ¡¿Adonde vas?! ¡Espera!

-Todos comenzaron a correr tras Hisame, intentando detenerlo. Si seguía corriendo en esa dirección, saldría de los límites de su aldea. Esos límites eran por la presencia de inhumanos que habían llegado al mundo sideral gracias a un portal que Corrin había abierto por accidente en el cañón sin fondo años atrás. De la nada, Hisame se encontró frente a frente con un gran inhumano.-

Fire Emblem Fates: BirthrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora