Desvío 4: La jinete del indomable

239 12 0
                                    

-Después de una noche llena de risas y comida abundante para terminar en un sueño reparador, Corrin y sus compañeros siguieron su camino para encontrar a la hija de Silas y Hinoka, Sophie. Dwyer llevaba a Kana en su caballo, ya que el pequeño dragón seguía dormido. Habían partido al alba. Shigure llevaba a su madre en su pegaso. Ryoma y Corrin avanzaban sin problemas, Las duras sesiones de entrenamiento habían rendido sus frutos. Algo lejos de ahí, en un bosque, una chica pelirroja cabalgaba entre los árboles.-

Sophie: Bien hecho, Avel... Recuerda, es un trote ligero... L-I-G-E-R-O. No quiero que corras, ¿entendido? Vamos muy bien hoy. Nada que ver con aye...¡EEEEEER!

-De repente, Avel comenzó a galopar a toda velocidad, mientras que su jinete se esforzaba por sujetar las riendas de su corcel

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-De repente, Avel comenzó a galopar a toda velocidad, mientras que su jinete se esforzaba por sujetar las riendas de su corcel. En vano, intentó tirar de las correas para detener su galope.-

Sophie: ¡CÁLMATE, AVEL! ¡¡¡AVEEEEEEEEEEEEL!!!

-Una rama golpeó con fuerza el estómago de Sophie, haciendo que cayera de su caballo. Avel detuvo su galope a los pocos segundos y se devolvió para ver que su jinete estuviera bien. Mientras la chica se levantaba, limpiaba la suciedad de su armadura mientras inflaba sus mejillas, algo molesta por la actitud de su caballo.-

Sophie: Volviste a hacerme caer. Papá dijo que Avel sería el mejor caballo para mí. Pero me tira al suelo, se va corriendo... ¡¿QUÉ DIABLOS HACES AHORA?! -Comenzando a correr, vio que su caballo se alejaba. Realmente le molestaba ese caballo.- ¡¡AVEL!! ¡¡VUELVE AQUÍ!! Maldito caballo... ¡Se supone que no debemos salir de los territorios de la aldea! 

-Después de un rato, Sophie logró alcanzar a su caballo. Habían salido de los límites de su aldea. Mientras regañaba a Avel, echó una ojeada al mundo exterior. No era muy diferente. No parecía ser tan peligroso como Silas le había dicho que era. Suspirando, se subió al lomo de Avel y tomó las riendas.-

Sophie: Volvamos ahora mismo. Si nos pillan, nos llevaremos el regaño del siglo. -Cuando estaba a punto de adentrarse en el bosque, escuchó gritos no muy lejos de ahí, rápidamente se dirigió a aquel lugar, al llegar, vio que una aldea estaba siendo saqueada y los habitantes estaban siendo asesinados.- Papá me dijo que no debía salir del pueblo... pero no puedo dejar que esos malditos sigan abusando. 

-Al espolear su caballo, Avel comenzó a correr. Sophie le gritaba intentando detenerle. El muy idiota se encaminaba hacia el centro de la aldea, en lugar de ir hacia donde estaban los bandidos. Al otro lado de la aldea, Corrin y sus compañeros se encaminaban a ésta para ayudar a los habitantes.-

Silas: Tenemos que buscar a Sophie, pero no podemos quedarnos de brazos cruzados. ¡Vamos! ¡Ayudemos a las personas! 

-Encaminándose al entro del pueblo, comenzaron pelear contra los saqueadores. El suelo estaba cubierto de sangre de los inocentes. Mientras avanzaban, Silas se encontró cara a cara con su hija. Hinoka peleaba para proteger a los aldeanos mientras Corrin y los demás la ayudaban.-

Silas: ¡¿Sophie?!

-La chica y su caballo se paralizaron. Miraron a Silas y de inmediato palidecieron. Se les venía un regaño muy grande.-

Sophie: ¡¿Qué haces aquí?!

Silas: ¡Lo mismo va para ti! ¡¿Por qué abandonaste el pueblo?!

Sophie: (No le puedo decir la verdad... Sería una deshonra.) Etto... Oí gritos en el bosque... Así que... ¡Vinimos a ayudar!

Silas: Estoy orgulloso de ti, Sophie. ¡Vamos juntos con tu madre, Sophie!

-Mientras cabalgaban, Sophie se sentía agradecida que su padre fuera algo tonto. Después de un rato, lograron acabar con sus enemigos. Reunidos con Hinoka, mientras Silas hablaba con su esposa, Sophie acarició la cabeza de su caballo.-

Sophie: Por fin, Avel. Obedeciste mis órdenes durante toda la batalla. Pero... ¿Por qué aquí sí?

Silas: -Había escuchado las palabras de su hija y se acercó a ella con una sonrisa en su rostro. Él ya lo sabía al verla en la aldea. No era tonto.- Sophie... No me puedes mentir, tu montura es más rebelde de lo que intentaste hacerme creer. Es muy normal que aquí te haya obedecido. La diferente eres tú. Durante la batalla tuviste la confianza en ti misma que generalmente no tienes en ocasiones normales. Ése es el secreto de un jinete.

-Sophie se sentía sorprendida y alabada. Mirando a Avel, sonrió-

Sophie: ¿Eso era lo que me faltaba todo éste tiempo?

Silas: Sí, aunque no es nada fácil, sobre todo teniendo en cuenta que tu caballo es Avel. Cuando me dijiste que querías ser una jinete tan buena como yo, supe que tenía que darte al caballo con mejor potencial. Avel cumplía todas mis expectativas. Si logras dominar a Avel, te ganarás el respeto de la gente fácilmente. Muchas personas se rinden fácilmente. Quiero que tú seas su inspiración para levantarse a pesar de todo.

-Sophie se sentía muy feliz y lágrimas cayeron de sus ojos. Entonces, montada en su pegaso, Hinoka apoyó su brazo en el hombro de su hija. Sonriéndole con calidez, miró a Sophie.-

Hinoka: Silas habló conmigo, vendrás con nosotros. Estás lista para afrontar el mundo del que venimos. Antes de ir allá, debemos ir a buscar a algunas personas más. Deja que te presente a tus primos, Shiro y Kana. 

-Mientras Sophie saludaba a sus primos, Avel comenzó a correr. Silas y Hinoka salieron tras su hija, intentando ayudarla a detener a su caballo. Todos los amigos de Corrin se sentaron en el suelo, riendo por la situación. Pero empezaron a carcajearse cuando Avel le mordió la cara a su jinete. Silas le gritaba a Avel para que trajera de vuelta a su hija, empezaba a creer que no había sido buena idea darle Avel a Sophie. Por un rato, disfrutaron de la persecución, pero ahora debían seguir con su camino. Takumi y Kagero debían asegurarse que su hijo, Kiragi estuviera bien. Faltaba poco para volver a enfrentarse a Nohr. Pero nadie sabía que, al volver a ese mundo, perderían a un gran amigo. No importaba dónde estuvieran, el tiempo seguiría su curso, porque éste no espera ni perdona. No importa quién sea, la muerte tarde o temprano, vendría para todos ellos. Encaminándose a su nuevo destino, se acercaron más y más a la muerte.-

FIN DESVÍO 4

Fire Emblem Fates: BirthrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora