Capítulo 6

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-¿C-cómo dices?-Realmente Jimin creía que ya no se encontraba con la protección sagrada de Dios ni con su favor, sino que estaba a la deriva frente al mismísimo demonio sediento de crueldad con una pequeña obsesión por fastidiarlo como castigo de lo que acababan de hacer.

-Tu pureza Jimin-Insistió Jungkook mientras se acercaba al pequeño poco a poco, quien se encontraba inmóvil por la impresión de las palabras. Sin percatarse, Jeon estaba a escasos centímetros de su rostro, las respiraciones se mezclaban formando un ambiente de intimidad y lujuria una vez más compartiendo una atmósfera de pecado sin llegar a tocarse, solo estaban conscientes del mínimo roce entre sus narices y Jimin no podía evitar pensar en la agradable sensación que provocaban los largos dedos de azabache en sus muñecas entregando una leve caricia que subía desde el hueso de su mano, delineando sus venas y provocando un delicioso escalofrío en sus antebrazos.

Sin embargo el pequeño estaba confundido, no sabía cómo reaccionar, no sabía exactamente qué demandaba Jungkook y no quería quedar como un tonto al responder, pues bastante tuvo durante todo el tiempo que fue objeto de burla del más alto. Además, no sabía qué entendía Jeon por "virginidad" para Jimin dicho concepto era tal cual el evangelio lo definía, es decir aquella persona que ha conservado su castidad y la ha consagrado a una divinidad. Al pequeño siempre le habían enseñado que era un siervo de Dios, un servidor del reino celestial en la tierra y que como tal, solo debía estar casado con Dios al igual que los demás sacerdotes y monjas que encomendaban su vida de la misma forma que Jimin.

-No puedo encomendar mi vida a ti Jungkook, pero si quieres puedo rezar contigo u orar todos los días por ti, de esa forma estoy compartiendo una parte de mi voto de castidad de forma figurada-Respondió Jimin al no encontrar otra alternativa ni saber precisamente a qué virginidad se refería Jeon.

Pero la expresión del anteriormente mencionado no tardó en desfigurarse apenas el pequeño terminó de hablar, para él estaba claro que la respuesta había sido prácticamente una burla del seminarista en sus propias narices y enfurecido detuvo las suaves caricias que le propinaba segundo antes para tomarlo violentamente de las muñecas y pegarlo a la pared.

Los ojos de Jimin no podían estar más abiertos, no sabía que estaba pasando ni porque Jungkook lo miraba con tanto odio que traspasaba su ceño fruncido, sus ojos eran sombríos y ya no quería seguir sosteniendo su mirada, pues tenía miedo que le hiciera algo contra su voluntad nuevamente o peor aún sería participar en otro pecado sin haber pedido perdón por el primero. Sus ojos comenzaron a cristalizarse y un nudo de angustia se formó en su garganta rememorando el sentimiento de culpa que sufrió instantes antes, no quería volver a hacer algo así y menos con Jungkook involucrado, sabiendo que no era lo que Dios consideraría como el ejemplo del bien y a su vez, su cabeza no dejaba de reprocharle que debía dejar de juzgar a la figura demoniaca y ayudarlo para encarrilarlo al camino del señor.

-¿Te estás burlando de mí?-La voz de Jungkook era grave, oscura y densa y el pequeño tiritó aún más al sentir su respiración golpeando su rostro- ¡RESPONDE!-Le gritó Jeon mientras Jimin negaba frenéticamente con su cabeza.

-Juro por Dios que no. No sé a qué te refieres Jungkook-Trató de explicar a duras penas sin tartamudear, la cercanía del contrario ya lo ponía nervioso pero sentir como sus huesudos dedos se hundían en la piel blanca de sus muñecas lo dejaba totalmente histérico, le dolían sus manos y sentía como la presión que ejercía Jeon se hacía cada vez más intensa hasta clavar sus uñas en la piel de Jimin que no pudo ahogar un grito de dolor-- ¡Ah basta por favor! ¡Dios líbrame de esta prueba!-Chillaba Jimin forcejeando para que soltara de una vez sus manos, ya no podía con el desafío de convertir al bien al individuo oscuro frente a él, sus sentimientos estaban revueltos y el temor era el más palpable.

Sinful (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora