Save Me. «YoonMin»

Capítulo 8: ¿Qué es esto?

JiMin sentía como su corazón se apretaba al mirar el rostro algo sonrojado de YoonGi.
Mierda, se sentía como aquella vez. No podía ser posible que vuelva a sentir eso, él ya no podía sentir eso con nadie, ni podría hacerlo ya jamás. Se lo había jurado ese día. No sentir eso por nadie más que no sea aquella persona.
Su risa se apagó cuando el mayor gruñó, le pareció tan malditamente lindo. Sonrió por inercia, dio un paso atrás y buscó su celular. Necesitaba seguir en contacto con ese chico, por alguna extraña razón necesitaba calmar su mente sabiendo que, si ambos querían, podrían volver a verse algún día.

- Disculpa... ¿Puedes darme tu número? -

Preguntó algo nervioso, tenía miedo de que el otro se negara a volver a verlo, que su existencia no le haya parecido tan relevante.

- Oh, sí, por supuesto. -

Respondió con simpleza Yoon Gi, volviendo a su semblante de "Chico Malo Impenetrable". 
Sacó su propio celular del bolsillo y se lo tendió a Park, para que se agregara a si mismo y a él también.

- Yo iré a ver a mi amigo, luego me lo devuelves, ¿sí? -

Avisó antes de darse la vuelta y dejar a JiMin solo, con un teléfono en cada mano y un puchero en sus carnosos labios. 

- Hyung, idiota... me deja todo el trabajo. -

Suspiró y comenzó a pasar su número en el aparato ajeno, poniendo un tierno corazón junto a sus nombres.
Una vez terminó, observó ambas pantallas con una sonrisita. 

"Min Yoon Gi <3".  Se podía leer en su aparato.

"Park Ji Min <3". Había puesto en el del contrario.

- Espero no le parezca muy infantil...-

Juntó sus cejas, pero negó repetidas veces y subió su mirada al trío de chicos que se encontraba a metros suyo.
TaeHyung era abrazado por ese tal J-Hope, mientras ambos reían sin parar, tambaleándose como idiotas. Yoon Gi, en cambio, los miraba con el ceño fruncido y de brazos cruzados, soltando suspiros para no perder su paciencia y matar a esos dos ahí mismo. Aunque uno de esos dos era un simple desconocido para él. 
El rubio se acercó a esos chicos, aún sonriendo y le tendió el celular a Min, guardando el propio en su chaqueta y yendo directo hacia su amigo alien.

- Oye, idiota. Suelta a ese chico y ven, tenemos que encontrar a Jin Hyung. -

Regañó el de baja estatura, haciendo un pequeño puchero y tironeando a su compañero, en un intento de alejarlo de HoSeok.

- Malditamente tierno... -

Esas palabras salieron involuntariamente de sus labios al ver la expresión de JiMin, gracias al cielo que en ese bar de mala muerte no se podía oír nada a menos que gritaras, y él, había susurrado. Para su suerte.
Volviendo a la realidad, se acercó a ayudar al muchachito a separar a su amigo del otro chico.

- Vamos, caballo pendejo, suelta a ese chiquillo. -

Gritó para ser escuchado, ganándose una risa de parte del rubio a su lado, y una carcajada burlona de parte del chico desconocido.
Su ceño se mantenía fruncido, ambas cejas hasta se rozaban y su paciencia se estaba yendo con rapidez, con más rapidez que el agua de una cascada cayendo. Sí, una comparación sumamente original.
- ¿Qué es esto? -
Se escuchó una voz grave provenir de entre las personas, JiMin dio un saltito de felicidad al ver a Jin, quien venía acompañado de otro desconocido para él, quien había hablando anteriormente.

- ¡Jin Hyung! ¡Al fin aparece! El idiota de TaeHyung se emborracho y no suelta a ese chico... me quiero ir ya, ayudeme. -

Lloriqueo haciendo un puchero infantil y sacudiendo el brazo del Kim mayor mientras le rogaba.
Yoon Gi quedó estático en su lugar al ver tal escena.
Ese niño era tan malditamente lindo, tragó grueso y se perdió en sus pensamientos, tratando de averiguar qué era ese sentimiento que le provocaba ver las tiernas muecas del pequeño rubio. "¿Qué es esto?". Reaccionó cuando Park y esos dos desconocidos ya se habían ido.

- Mierda, no pude ni saludarlo... -
Gruñó con molestia y NamJoon lo miró burlón.
- ¿Soy yo o te flecho, hermano? ¿Al menos tenes su número? -

HoSeok, quien se encontraba colgado del más alto, soltó una carcajada y negó con la cabeza varias veces.
- Yo sí tengo el número de TaeTae~ -
Gritó sonriendo ampliamente, como toda una doncella enamorada.

- Callense, imbéciles. Si tengo su número, o bueno, eso creo... argh, vámonos ya. -
Soltó de forma seca y se dirigió a la salida de ese boliche de mala muerte.
Había sido una rara noche.