Capítulo 25: Nuestras realidades son similares. Pt2.

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Los ojitos de JiMin se abrieron por la sorpresa, la extraña sensación de felicidad y la angustia que le produjo enterarse de eso.
- YoonGi... yo, no sé qué decirle... creo que su madre hizo bien en que asista a este hospital, usted merece ser feliz Hyung, merece tener una vida normal. -
Le sonrió ampliamente, y sus ojos se volvieron dos medias lunas preciosas.
Suga negó suavemente con la cabeza, con un pequeño rastro de sonrisa en sus labios y acarició nuevamente el cabello rubio del menor.
- JiMinnie, quiero ser feliz contigo, quiero que también tengas una vida normal y que salgas de todo esto. -
Agarró la muñeca maltratada y lastimada del menor y la movió con suavidad, analizandola.
- No está bien que hagas estas cosas... ahora yo estoy para ayudarte. No estás solo, nunca lo estuviste. -
El cuerpo de JiMin se tenso ante esas palabras, él si estaba solo, siempre estuvo solo y siempre lo estaría.
Park pensaba, que para apreciar a alguien o poder cuidar de sus amigos o familia, primero debía quererse a sí mismo, y eso él nunca lo lograría. Jamás se sentiría bien consigo mismo, no podría amarse, le parecía hasta estúpido que una persona lo quisiera.
Una risa sarcástica escapó de sus carnosos labios y se separó del pelinegro para negar con la cabeza y quedarse mirando la nada.
- Mira... no quiero salir de esto, ¿sí? Estoy bien de ésta forma y no necesito que nadie me ayude con nada. Puedes ahorrarte eso de "voy a salvarte." -
No lo miró a los ojos en ningún momento, y cuando por fin se giró, su mirada había perdido ese brillo característico en él.
A YoonGi le dolieron esas palabras, incluso ignoró el hecho de que no lo haya tratado de usted.
- JiMin yo... lo siento, pero de verdad quiero que seas feliz. Que ambos logremos ser felices. -
Susurró con temor a otro ataque verbal de su parte, no creía soportar más de ese frío y malvado JiMinnie.
Las manos del rubio temblaron ante la situación que estaba viviendo, se sentía atrapado y sin algún tipo de chance de salir.
Se reprimía a sí mismo, mirando a YoonGi sin verlo realmente, estaba lo suficientemente absorto en sus pensamientos como para entender algo de lo que le decían.
- Me niego a escuchar, no necesito que nadie se meta en mi vida. ¡Es MÍ vida! ¡Déjenme en paz! -.
Y esa frase le resultó tan malditamente familiar a Min, tan asimilada la tenía que hasta lástima sintió de haberlas pronunciado alguna vez.
Su corazón volvió a dar un vuelco, eso le dolió más que lo anterior. Le dolió más saber que JiMin se sentía igual o más miserable que él.
- Oye, mocoso. Ni se te ocurra volver a faltarme el respeto, por que podes verme así como un drogadicto que no durmió en años, pero de un solo golpe te vuelvo a dejar internado, ¿me oiste? -.
La mirada feroz que le dio al rubio, y su voz amenazante le produjo escalofríos al más joven. No quería agarrarsela con su Hyung, pero esa situación lo superaba, todo era demasiado para él... si tan solo no existiera.
Esa clase de pensamientos fueron alejados de JiMIn al momento de sentir una fría mano sobre su rostro.
- ¿Qué...? No, lo lamento, Hyung. No quise... yo nunca quise decirle eso... es que todo lo que está pasando me supera, no puedo mantenerme tranquilo cuando SeokJin y TaeHyung están sufriendo por mi culpa. Y no quiero que usted también se sienta mal... -.
Los brazos del pelinegro volvieron a rodear el cuerpo contrario, en un abrazo más cálido y acogedor.
- Entiendo cómo te sientes, niño. En verdad lo entiendo, créeme que yo pasé por eso... sigo pasando por todo eso. Pero quiero que salgamos de la mierda, ¿entiendes? -.

Save Me. «YoonMin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora