Capítulo 5 |Zafiros azules

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(POV—Pablo)

-¡¡¡Oh, demonios!!! – Escucho una dulce voz exclamar algo enfadada detrás de una de las zonas arboladas de la disquera – si definitivamente mi día va mejorando – su ironía me hace gracia.

Decido ver de quien se trata y en que puedo ayudar, entonces la veo una chica con un moño algo desordenado sosteniendo su cabello negro, un sweater gris y unos vaqueros negros holgados, esta de espaldas mientras intenta sacar algo, suspira y empieza a sacarse el suéter, que resulta que esta enredado en una especie de rama, ¿pero qué estaba haciendo allí?, la escucho refunfuñar y resoplar frustrada.

-¿Te puedo ayudar? – ella se gira un poco y me mira sobre su hombro, sus anteojos es lo primero que veo, ella se encoge y refunfuña – te vi algo liada, ¿de verdad necesitas ayuda? – suspira.

-Realmente... si – me acerco y noto ese olor tan característico que aún prevalece en aquellas cartas anónimas, cierro por un momento los ojos y aspiro ese olor Vainilla y chocolate – oh, joder, joder, joder – su voz desesperada hace que vuelva mi atención y entonces observo aquel suéter hecho girones – bravo Sammy, bravo – esto lo dice para ella misma pero no tan bajo, para evitar que yo la escuche.

- Creo que tienes un problema – ella se gira con brusquedad y queda frente a mí,, me mira y me fulmina con la mirada.

- Que perspicaz – su tono me hace gracia y aunque no quiera *bueno seré realista y honesto si quiero* burlarme de ella, mi carcajada es estruendosa – te parece gracioso – su voz enfadada me hace reír a un mas – oh, mierda... solo podrías ayudarme a taparme – y entonces noto que se trata de cubrir con el suéter que está hecho pedazos y que no le funciona mucho, pero igual debajo tiene una blusa de tirantes que le queda más arriba del ombligo – Oh, porquería sabia, lo sabía... sabía que hoy no era un buen día para mí – observo que se intenta cubrir en vano – me podrías dejar de mirar... idiota – esto último lo susurra pero aun así la escucho.

Yo la miro de soslayo y me compadezco de ella, realmente ha sido entretenido ver su estado de desesperación, pero puedo ver que la está pasando mal aunque debo decir que sus insultos me causan gracias.

-Ten, esto podría ayudarte – le tiendo mi chaqueta y ella me observa por encima de sus lentes y me dedica una pequeña sonrisa.

-Gracias Pablo – okey, la miro y cuando pienso que se va a lanzar sobre mi hace todo lo contrario – te prometo que te la devolveré – y se aleja un poco, debo mencionar que mi chaqueta le queda un poco grande, la chica es demasiado menuda – me salvaste, de verdad, ahora justo tengo una entrevista – sonríe de lado y achina sus ojos y no logro ver su color – gracias Pablo, eres el mejor.

-Bueno... este te veo luego – ella sonríe y asiente con su cabeza mientras la observo alejarse del sitio donde estaba atrapada.

Entro y en recepción logro ver a Vanessa quien se ríe a carcajadas, mirando en dirección al elevador, al seguir su mirada me encuentro a la chica de lentes... y oh, por Dios realmente esta chica se empeña en tener un mal día, pobre tía, pero las carcajadas a mi alrededor me hacen salir del momento de observación en el que me ubicaba, me doy cuenta que a las carcajadas de Vanessa se ha unido, Carlota, Santiago y Agustín, yo los fulmino con la mirada, la chica se ve bastante mal.

-Oh, pobre – dice Sergio – parece sacada de la serie Ugly Betty – okey eso fue cruel, pero aquellos solo ríen.

-Creo que esquivo todos los espejos que habían a su paso – Carlota a veces suele hacer esa clase de comentarios, ella es esa clase de chicas *Nadie es más bella que yo* si así es ella – oh, porque no termina de sacar su trasero de este lugar, ¿ustedes creen que viene por trabajo?

Un solo latir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora