Capítulo 21 | Un Te amo y confesiones.

97 16 16
                                    

«Por ti, volare. Por cielos y mares hasta tú amor»

(POV — Sammy) ~ Málaga.

— ¿Ya llegaste? — la voz de Lolo se escucha ansiosa del otro lado de la línea. Y su entusiasmo solo aumenta mis nervios.

Siento que en cualquier momento caeré, redonda en el suelo del vagón, ¡Por Jesús! Mis piernas están demasiado débiles y temblorosas... ay, Pablo que anhelo tengo de verte, vida mía.

—Estoy saliendo del vagón... Dios, caramelo estoy nerviosa — lo escucho reír del otro lado de la línea, resoplo mientras tomo mi mochila y la pequeña maleta de mano — Casilda me estará esperando ¿verdad? — vacilo un poco mientras espero que las personas bajen... que lento es esto, por Dios.

—Acabo de hablar con ella, te está esperando desde hace 15 minutos — lo siento, sé que está nervioso y ansioso como yo... o bueno un poco — ¿la reconocerás?

Trago grueso, por amor a san Antonio, no conozco a la hermana de Pablo, solo por fotos, fotos que me enseño Pablo de su familia... me atacan los nervios, miro a mi alrededor en busca de la castaña, aun con el teléfono en mi oreja. No logro verla por ningún lado. Respiro profundo, no quiero llamar a Pablo y no tengo idea la dirección de la casa de sus padres y mucho menos la del piso de él, y ahora es donde me doy cuenta de mi realidad que estoy en Málaga, estoy a punto de encontrarme con Pablo y conocer a su familia, ¡Que fuerte! Espero sobrevivir. Soy una maldita dramática de lo peor. Los nervios comienzan a florecer de nuevo, formando un nudo en mi estómago que se expande por mi cuerpo y lo invade sin control.

—Ey, Sammy estás ahí — suspiro temblorosamente — no, te preocupes solo pásalo bien...

—Si — suelto.

—¿Sammy? — el tono grave que utiliza Lolo, me da escalofríos.

—Dime — contesto con un hilo de voz.

—Dile... dile todo a Pablo, sé que es muy fuerte para ti — cierro los ojos con fuerza — pero si quieres que esto que tienen funcione deben ser sinceros el uno con el otro. — sé que lo que dice es cierto, pero y si después de mi confesión me mira con otros ojos, si me saca de su vida, si sé que soy una maldita egoísta que solo piensa en sí misma, pero es normal ¿no? Miro a mi alrededor y logro reconocerla.

—Creo que ya he visto a Casilda — observo como una chica castaña, con ciertas similitudes a Pablo me saluda con una mano mientras corre en mi dirección. Su sonrisa me confirma que es ella, es tal cual me la describió Pablo, aunque las fotos no le hacen justicia... tomo aire y me concentro en sonreír, aunque estoy tensa, demasiado tensa.

—Okey, pequeña disfrútalo y se feliz — suspira — llámame cuando le des la sorpresa a Pablo... y recuerda lo que te dije.

—Gracias Lolo — sonrió — nos vemos dentro de dos semanas.

—Espero que te trate bien, de lo contrario me las pagara. — rio por lo bajo — hazlo por tú bien y el de él — insiste.

—Ya cállate. Te quiero Manuel — omito su último comentario deliberadamente, le lanzo un sonoro beso mientras lo escucho reír — adiós.

—Adiós, pequeña Sammy. Te quiero.

—Yo también te quiero Caramelo — y finalizo la llamada, para concentrarme en la chica que viene sonriendo de manera exagerada a mi encuentro.

«¡Bien, aquí vamos!»

Muerdo el interior de mi mejilla izquierda mientras veo como Casilda se aproxima a mí con una sonrisa en su rostro. ¡Santa vaca! Es su familia, su familia. Esto es muy fuerte, en qué demonios estaba pensando al venirme sin más... y si Pablo quería mantenerlo en secreto — bueno, no tan secreto ya que el equipo lo sabe — o al menos quisiera esperar un poco más, después de todo fue él el que salió, casi huyendo — pero él me ha invitado antes ¿no? — las malditas dudas, siempre me hacen malas jugadas.

Un solo latir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora