Capítulo 18 |El perdón

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«Es poco lo que te conozco. Y ya pongo todo el juego a tu favor. No tengo miedo de apostarte, perderte sí me da pavor.»

-Sin Bandera-

(POV — Pablo)

Observo embelesado como duerme tranquilamente entre suspiros y uno que otro sonido que produce con su nariz... que no se le pueden llamar ronquidos es más como un sonido muy particular y tierno, siempre lo hace más cuando ríe a carcajadas, suspiro mientras observo sus largas pestañas negras que reposan en sus mejillas mientras estas toman un toque rosa, es malditamente encantadora, no puedo evitar dibujar el contorno de sus labios esos que me han vuelto adicto, ahora mismo quisiera devorarlos hasta saciarme... aunque sé que nunca tendré suficiente de ellos, después de la discusión no pude resistirlo y regrese a la habitación encontrándola pensativa y triste, eso me hizo darme golpes de cabeza ya que yo tenía mucho que ver que ella se sintiera de esa manera.

-Ay, mi Sammy no logras dimensionar la magnitud de mis sentimientos hacia ti – respiro hondo – creo que ni yo logro darme cuenta de ello.

La siento ronronear mientras busca mi contacto y no puedo evitar sonreír como un tonto, porque me doy cuenta que siente la misma necesidad que yo, y no puedo evitar cuestionarme si ¿me anhela tanto como yo? No lo sé, no sé si a ella le pasa lo mismo... y eso me da un poco de temor, no quiero ser el único en esto; deseo que ambos seamos participes crezcamos y conozcamos cada sensación producida por el otro y cada sentimiento que despertamos en nuestras almas.

-Abrázame – dice mientras bosteza y sonríe, me acerco a ella y beso sus mejillas con cariño – abrázame amor – su voz aunque un susurro por el sueño que la embarga no evita que la escuche claramente, me ha dicho amor y joder sentí que mi maldito corazón se paró en seco... nunca nadie me ha hecho sentir de esta manera con esa corta palabra pero que encierra tanto en ella... y aunque probablemente lo ha dicho a causa de su inconciencia no puedo evitar sentirme emocionado al escucharla decir aquello.

Escucho que suena su móvil pero no le hago caso ya que no la pienso despertar para que lo atienda es de madrugada y estas no son horas de llamar, así que decido que ya es tiempo suficiente para atraerla hacia mí y abrazarla.

***

Siento unos suaves labios sobre mi rostro... y sonrió automáticamente se a quien le pertenecen.

-Hola guapo – su dulce voz me hace suspirar, decido abrir un ojo y la veo con su pelo desordenado en un moño, sus ojos azules brillan con intensidad... esa imagen de ella sonriéndome mientras acaricia mi pelo me quitan el aliento.

-Buenos días guapa – susurro mientras la atrapo entre mis brazos y la atraigo – ¿Qué haces?

-Te veía dormir – su voz se hace baja y tímida.

-Creo que te gane – ella arquea una de sus cejas – en la madrugada fui yo quien te veía dormir – sus mejillas se tornan de un color rosa – te veías adorablemente hermosa.

Ella esconde su rostro en mi cuello y se aferra a mi cuerpo.

-¿Cuánto durara esto? – su pregunta me deja extrañado.

-¿A qué te refieres? – sale de su escondite y me mira cautelosa.

-¿Cuánto durara lo que sea que hay entre los dos? – me levanto de la cama y me pongo una camisa.

-No sé a qué te refieres – realmente no entiendo que quiere decir.

-Lo sabes Pablo... claro que lo sabes – su teléfono suena frunce sus cejas y traga.

Un solo latir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora