Full Moon

Maquillaje

Shigeo volvía por calles agrietadas. Miró por un momento la bolsita blanca de papel de la farmacia que traía en la mano y la apretó un poco más en su puño. No iba a arreglarlo con maquillaje…

Su problema no era ser hombre o mujer; era ser demasiado simple y aburrido. Así no le iba a gustar a nadie.

No era buen conversador, ni sabía contar chistes. La mayor parte del tiempo tampoco entendía las bromas de los demás. Ni entendía de las cosas que todos daban por supuesto como una regla implícita de la vida. Él, parecía haber llegado tarde el día que repartieron el manual de instrucciones de cómo ser una persona normal. Nada de eso había cambiado ahora que era una chica. Aunque su mundo estuviera de cabeza, en realidad seguía igual. “ El mismo Mob de siempre…”, pensó .

Llegó a casa y fue directo a su habitación. Se sentó frente a la bolsita de papel y la miró por un rato. ¿Era raro? ¿Raro que quisiera saber si podía quizá verse… linda?

Abrió la bolsita y la dió vuelta. Varios productos cayeron o rodaron de ella. Sintió un suave golpe en su puerta.

Ritsu se asomó abriendo lentamente y con cuidado. Shigeo dejó sus problemas a un lado para darle la bienvenida con una sonrisa.

-¿Estuviste llorando? -preguntó preocupado apenas lo vió.

Habían pasado horas, pero Shigeo supuso que sus ojos seguían enrojecidos. Qué mal, había preocupado a Ritsu…

El hermano menor se arrodilló a su lado y le pidió saber si había pasado algo malo. Vio también el maquillaje a sus pies, pero decidió que le preguntaría por eso luego.

El mayor decidió contarle, a grandes rasgos, lo que había pasado: había tenido un mal sueño donde un extraño le decía que no era muy bonita, y que se preguntaba si de hecho era posible verse un poco más como una chica.

-No me parece raro -respondió el hermano tras escucharlo. -Fue solamente un sueño, pero las imágenes en los sueños incitan emociones más fuertes, ya que tarbajan a nivel subconsciente. Tal vez probar con maquillaje te ayude a contrarrestar esa imagen.

- ¿De verdad eso piensas?

- Si te hace sentir mejor no tienes nada que perder -le sonrió el más joven.

Shigeo miró el maquillaje con un poco de timidez.

-Le pedí a mi maestro que me lo comprara, pero la verdad es que no sé cómo usar nada de esto. ¿...Me ayudas?

Los chicos pasaron un rato examinando el maquillaje, descifrando cómo abrirlo, adivinando para qué servía cada cosa o cómo se usaba. Como Shigeo temblaba como una hoja cada vez que le acercaban algo a los ojos, Ritsu pensó que mejor intentaba pintarle los labios. Ésto también resultó más difícil de lo que había imaginado inicialmente. El producto era pastoso y difícil de manejar.

-No te muevas…

- No me estoy moviendo.

- ¡No hables!

El labial se embarraba en su piel, y cada vez que intentaba repasarlo o corregirlo, terminaba haciendo una mancha más grande.

Después de un largo rato, Ritsu había hecho su mejor intento; Shigeo pidió ver un espejo.

-No, no lo veas -lloró internamente el menor. Si veía lo que había hecho de él, tendría pesadillas por el resto de su vida. Él mismo creía estar desarrollando una fobia a los payasos en ese momento. -¡Ah! Sé de alguien que podría ayudarnos. Mmm, ¿me prestas tu teléfono?