Full Moon

Amenaza

-¿Ritsu? ¿Podrías ayudarme con mi tarea por favor?-Shigeo se asomó a la habitación de su hermano.

- Claro, pasa -respondió desde su escritorio.

El mayor entró y le dió su cuaderno. Se quedó de pie a su lado mientras el otro leía.

Las calificaciones de Shigeo no eran geniales, pero al menos nunca había desaprobado el año. En general no era muy estudioso y a penas hacía algo la tarea, pero no le había ido muy bien en su último examen, y si no demostraba al menos que lo intentaba, temía que sus profesores decidieran que ese año perdería su buena racha. Debía entregar una tarea bien hecha, cuando menos.

-Lo siento, Ritsu. Se supone que este es el deber del hermano mayor.

- No te preocupes -rió- Me gusta ayudarte si es que puedo.

El teléfono de Ritsu comenzó a sonar sobre su escritorio, pero el chico lo ignoró completamente.

-Ritsu, tu teléfono está sonando… -titubeó el mayor aunque sabía bien que el otro lo oía.

- Está bien, déjalo.

Shigeo pensó que lo hacía sólo por cortesía, para que no pensara que otra cosa le importaba más que ayudarlo con su tarea. Quería decirle que estaba bien si respondía, no se ofendería.

Tomó el aparato. Ignoró su propia cara brillando en la pantalla para ver quién llamaba.

-Es una chica -le dijo.

- Ya lo sé. Déjala, se cansará... -frunció un poquito el ceño el menor, sin levantar la vista de su cuaderno.

- ¿No quieres contestar? -se intrigó Shigeo.

Volvió a ver su cara maquillada en la pantalla, se aclaró un poquito la garganta, y atendió.

-¿Hola? -contestó aflautando un poco más la voz -Ritsu no puede atender ahora, ¿quién le habla? -preguntó aunque ya había leído su nombre en la pantalla. -¿Yo? Soy su novia -respondió con seguridad. Y sin perder su tono edulcorado - Si llego a enterarme que sigues llamándolo o te encuentras con él… Ah… cortó… -dijo con su voz de siempre. -No volverá a llamar -agregó dejando el teléfono de vuelta en el escritorio.

Ritsu se quedó boquiabierto con esa pequeña escena.

-¿ Qué… fue eso…?

Shigeo se encontró tan sorprendido de sí mismo como su hermano. Ladeó un poquito la cabeza; miró el teléfono y de vuelta al chico. Finalmente se encogió de hombros.

-No lo sé. Supongo que salió de aquí- dijo sujetándose los pechos.

------

Era el receso entre dos clases. Los chicos volvían a sus asientos mientras esperaban que llegara el profesor.

-Mob, ¿puedo hablar contigo un momento? -Ichi Mezato acercó una silla para sentarse a su lado.

Shigeo se movió un poquito para hacerle espacio y accidentalmente golpeó su lápiz con el codo, que rodó de la mesa y cayó al piso. Se inclinó para recogerlo, pero antes de que pudiera hacerlo, alguien pasó y lo pisó sin darse cuenta. Se quebró e hizo astillas.

Un par de pies diferente, más pequeños y delicados, se detuvo a su lado. Una estudiante metió la mano en su bolso, sacó un lápiz, y se lo ofreció con una sonrisa.

Tsubomi…

El chico quedó boquiabierto, completamente embobado. Ella alzó las cejas, insistiendo en la sonrisa, como preguntándole si iba a tomarlo o no. Ichi le dió un golpecito con el codo para que reaccionara.