Fuego

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Teruki estaba muy feliz de que Shigeo le hubiera pedido otra cita, pero le extrañó que no quisiera hacer nada de lo que le proponía.

-¿Te gustaría ir al cine? ¿A una cafetería? ¿A la playa? La playa es bonita de noche…

- Qué pesado eres… -musitó Shigeo de mal humor. -¡Ah, lo siento! -sé retractó de inmediato. -Sólo tratas de ser amable conmigo… En realidad sólo quería pasar un rato juntos…

La mano de Shigeo se posó con seguridad sobre la suya que descansaba a su lado en el sillón, a pesar de que su mirada seguía esquiva con timidez. Teruki entendió a dónde se dirigía la cita.

El rubio se acercó un poquito más en el sillón y se inclinó hacia él por un beso. Shigeo se inclinó también, cerrando los ojos, para entregarse a sus labios.

“¿Teru, sabes hacer el amor? ¿Podrías hacerme el amor, por favor?” Sí, pedirlo amablemente era lo mejor, pensó Shigeo. Había ido allí con ese propósito, pero no sabía cómo pedirlo. Teruki seguramente diría que sí, ya que era su novio. A menos que quisiera tener más citas antes… Entonces tendría que explicarle correctamente la maldición, la luna llena, el peligro de sus emociones; no podían esperar, tenía que ser esa noche.

Una vez que dijera que sí, qué pasaría. Esperaba que Teruki supiera qué hacer. Si la situación fuera a la inversa, él no sabría ni por dónde comenzar. Pero Teru era más experimentado que él. Teru sabía besar, cuando él no; esperaba que con esto fuera lo mismo.

Se arrepintió de no haberle pedido más explicaciones a Hoyuelo. En cambio sólo le había dado instrucción de mantener alejado a su maestro. Hoyuelo había sabido cómo pedir una segunda cita, tal vez también sabría decirle cuál era el código para llevar la acción al dormitorio.

La persona que seguramente sabría qué hacer, en cualquier situación, era su maestro. Pero no podía pedirle consejos, ya sabía lo que le diría: “No, Mob. Mejor prueba con este amuleto”.

Shigeo dejó de pensar en escoger las palabras. Sus besos con Teruki estaban hablando por sí solos. Si seguían así, quizá fuera Teru quien se lo pediría y sólo tendría que decir que sí.

Llevaban rato sin hablar, el sonido de sus labios era lo único haciendo eco en la habitación. Los besos habían escalado de un rodamiento de sus labios hasta un besuqueo baboso y desordenado. Sintió la temperatura de su cuerpo elevarse al sentir las manos de Teruki subiendo por su espalda, que se afanaban en acercarlo más a él. Le pasó las manos por el cuello, tratando de acercarlo más también. El calor y la humedad en su cuerpo estaban tomando características monzónicas, una tormenta parecía estar a punto de desatar. La temperatura de su cuerpo seguía subiendo, subiendo…

-¡Fuego! ¡Fuego!

Los chicos se separaron abruptamente, rostros acalorados, y atendieron al llamado de alarma.

-¡Fuego! -volvió a gritar alguien afuera. Aporrearon la puerta.

Dejaron el sillón y fueron a ver la conmoción en el pasillo. Teruki abrió la puerta para ver cuál era la emergencia.

Los incendios se originaban en un instante y el fuego se extendía con rapidez. Los bomberos debían acudir lo más rápido posible en situaciones de emergencia, pero éste se había puesto el casco del revés y por alguna razón tenía pegado un muy obvio bigote falso.

-¿Ese no es…? -preguntó Teru en voz baja, inclinándose hacia Shigeo.

- ¿Dónde está el fuego? -preguntó Shigeo con furia contenida, ignorando a su novio.

- ¿Eh? - ¿Debió haber iniciado un incendio como coartada? - No, en realidad es una fuga de gas. Pero podría provocar un incendio. Todos deben salir del edificio ahora mismo.

Full MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora