Capítulo 19

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Capítulo 19

Severus besó a Harry y este se perdió en la sensación. Hacía tanto tiempo que no se sentía tan completo. Pero el beso se vio interrumpido por un llanto.

Harry se separó de Severus y se levantó de la cama. Fue directo a la cuna y acarició a su hijo.

-¿Qué te pasa mi vida? ¿Tienes hambre?

-El abuelo dijo que le había dado de comer -informó Severus.

-¿Dónde está? -dijo sacando unos pañales limpios de la bolsa de Sev.

-Le pedí que nos dejara y se fue a casa de mi tío.

-Vale -dijo terminando de cambiar a su hijo y cogiéndolo en brazos. -Realmente es muy tarde y no hemos comido nada. Tú no puedes estar sin comer.

-Entonces deja que vaya a la cocina y...

-No -lo frenó Harry-. Por más que ya no tengas fiebre, estarás débil como para estar en pie. Prepararé algo y lo traeré.

-Pero...

Harry no le dio tiempo a replicar, cuando ya salía de la habitación.

Harry se encargó de cocinar algo de arroz para los dos y mientras este se cocía, le preparó el biberón a su hijo y se lo dio.

-Creo que las cosas con tu padre irán bien -dijo con una tímida sonrisa-. Tu padre ha llorado por mi, dice que soy su mundo feliz. Creo que voy a confiar en él; más que nada, porque otra separación será muy dolorosa.

Una vez que la comida estuvo lista, la levito con una bandeja mientras llevaba a su hijo en brazos.

Al entrar en la habitación, vio que Severus se había sentado en la cama y pareciera que quisiera levantarse. Pero al ver a Harry, se quedó sentado.

-Estabas tardando y pensaba ir a buscarte.

-Te dije que no te movieras -dijo haciendo que la bandeja se posara sobre el regazo de Severus-. Después de estar borracho casi una semana, el cuerpo no responde como debería. Aún tardarás unos días en recuperarte del todo.

Harry se acercó a la cuna para dejar a Sev.

Severus cogió la bandeja y la dejó en la mesa de noche.

-Harry -llamó su atención para que lo mirara-. Por favor. Por favor, permite que conozca a nuestro hijo.

Harry miró a su hijo; pensó en lo que el abuelo Floro le había dicho sobre Severus, de que nunca haría daño a un hijo suyo y tomó una decisión.

-A mi puedes tratarme como quieras; pero si alguna vez mi hijo sufre por tu culpa, desearás no haberme conocido -dijo serio-. Él es el único, que me ama por completo y no voy a dejar que nada le pase. No dejaré que el sufrimiento lo toque.

-Te juro que no le haré daño. Nunca lastimaré a nuestro hijo.

Poco a poco, Harry se acercó a Severus y se sentó a su lado en la cama.

-Este es Severus, nuestro hijo -dijo poniéndolo entre los brazos de su padre.

Con cuidado Severus acomodó a su hijo y lo miró, quedando atrapado por unos ojos negros que le devolvían la mirada.

-Tiene mis ojos -dijo acariciándole una mejilla.

-Rezaba para que así fuera.

-Nuestro hijo es hermoso. ¿Cuándo nació? -preguntó sin dejar de mirarlo.

-El siete de diciembre, a eso de las ocho de la tarde.

-Cuéntame de él, por favor.

-Tienes que comer. Estuviste vomitando toda la noche y no has comido nada.

La venganza puede ser buenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora