Capítulo 4

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Capítulo 4

Una tarde Harry estaba terminando de armar un ramo que fue pedido por la mañana para recogerlo por la tarde.

-¿Cómo vas con el ramo, Harry? -preguntó el señor Floro.

-Ya casi termino, falta hacer el lazo y ponerlo.

-Bien, pues cuando termines puede irte.

-¿Tan pronto?

-Si, sal a divertirte con tu hijo. A parte las Navidades se acercan -le recordó- y deberás hacer tus compras pronto. Te digo yo, no es fácil ir en medio de tanta gente y con un bebé en brazos.

-Tiene razón, hoy podría aprovechar bien el día -dijo poniéndole el lazo al ramo-. Y podría comprarle unas cuantas cosas a Sev.

-¿Ya ves chico? Ya tienes el día planeado -dijo el señor Floro con una sonrisa-. Ahora coge a Sev y fuera de aquí.

-Está bien -se rindió Harry con una sonrisa-. Gracias.

Dejándolo todo arreglado para el señor Floro, Harry cogió a su hijo y después de despedirse del florista, salió de la tienda para incorporarse al resto de la gente que paseaba por el callejón Diagón.

Caminó hasta la tienda de bebés y le compró a su hijo unos trajecitos de tallas más grandes a la de Sev, quería estar preparado, pues no sabía cuando iba a tener tiempo para comprarle cosas.

-Ahora deberíamos buscar los regalos de Navidad para tus tíos y algo para el señor Floro, que ha sido tan bueno con nosotros -dijo paseándose nuevamente por el callejón-. El tío Ron estará contento con el último manual de Quidditch que ha salido hace poco y la tía Hermione, pues... ¿Qué tal una pluma autoentintable con su nombre grabado? Eso queda elegante en un medimago. Para el señor Floro será un poco más difícil. Bueno, empecemos con los regalos de tus tíos y luego pensaremos en algo para el seños Floro. -Con un plan en mente, Harry fue a hacer las compras. Luego pensó en volver a casa, pero se dio cuenta de que no había pensado en un regalo para su hijo. -¿Qué podría comprarte a ti? Aún eres muy pequeño para muchas cosas. Aunque la verdad lo que me gustaría darte no es posible -dijo con tristeza. Cuando levantó la mirada, se le ocurrió una idea-. Pero tal vez pueda darte algo que se le parezca.

Sin dudarlo entró en una joyería.

Una vez terminada las compras, Harry y Sev volvieron a casa. Habían llegado antes que Ron y Hermione, quienes debían estar en sus trabajos y aún tardarían en llegar.

Harry dejó las compras en su habitación y luego le preparó un biberón a Sev. Después de cambiarle el pañal, Harry quiso hacerlo dormir, pero Sev parecía no querer.

Finalmente se sentó en la mecedora que sus amigos le habían regalado cuando se enteraron que estaba embarazado y acomodó a su hijo en el regazo.

-Supongo que si te doy tu regalo ahora no pasará nada. -Harry cogió la cajita de la joyería y la abrió. Dentro había una especie de medallón; lo sacó de la caja y lo abrió. De ahí apareció una nube plateada y se formó la imagen en movimiento de un hombre. -Severus -susurró con lágrimas en sus ojos. -Mira amor mío, este es tu padre. Espero que te guste tu regalo, esto es lo más cercano a tu padre que puedo darte. Ya que tenemos tiempo, ¿te parece que te cuente más cosas de tu padre? Después de nuestro primer encuentro, lo volví a ver en la siguiente salida a Hogsmeade, nuevamente en las Tres Escobas.

Flash Back

Harry volvía a encargarse de comprar las cervezas, aunque más bien se prestó voluntario, pues tenía la esperanza de volver a ver al hombre de ojos negros.

La venganza puede ser buenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora