Capitulo primero - Dependencia.

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En un inicio no era más que un juego de niños. De hecho, el punto era que no llegase más allá de eso. Sin embargo la necesidad sacaba lo peor de la gente.

Killian Zoe y Kuchel Ackerman habían estado juntos en la preparatoria. Eran los mejores amigos, inseparables. Un par de jóvenes a los cuales se les veía un gran futuro. A diferencia de Killian, la joven tenía belleza y modales, sin contar que era una gran persona, siendo conocida por ser la chica más amable que pudieses encontrarte en toda la escuela. Pero no tenía los suficientes recursos que este tenía como para llevar más allá sus estudios.
Y a diferencia de Kuchel, el joven era un desastre tanto en actitud como en la escuela. Siendo de familia con una buena herencia asegurada, no temía al futuro y mucho menos a la gente de la que dependiera de ello. Pero tenía algo más oculto, que era una gran admiración a la chica.
Lo que le hacía seguir junto a ella y apoyarla en todo lo que podía, no era más que esa admiración. Y propuesto a apoyarle sacrificaría todo lo que estuviese a su alcance.

–Yo creo, que no harás nada de tu vida Kuchel. –Al castaño con anteojos le gustaba ver a su amiga estudiar. Sentía un toque de curiosidad de por qué ella dependía más de los libros que de su vida social.

–Tu opinión no me importa ni un poco, Killian. –Dijo la chica, que escribía con una perfecta cursiva en aquel cuaderno verde

–Yo haré lo que pueda. Aunque haya gente como tú.

–¿Crees que puedes con todo, pequeña? –Le gustaba molestarla.

–Si, soy un Ackerman después de todo. –Sonreía con desprecio la pelinegra de 1.63.

–Que tu familia tenga buenos antecedentes no te hace parte de ellos

–Eso debería decirte yo a ti, heredero idiota.

Eso lo molesto más de lo que esperaba. Si bien llevar el apellido Zoe debería ser de lo mejor, a él no le causaba nada más que conflicto y vergüenza. Apenado de no ser del estereotipo de la gente a la que pertenecía.

–Como sea... Si te casas conmigo no tendrías que esforzarte para que las cosas te salgan como quieras.

–Creo que sería un sufrimiento peor el estar toda mi vida contigo, que batallar.

–Pues tú te lo pierdes. Pero si no te resistes a mis encantos, mi mano estará disponible siempre.

Seguido a eso las bromas seguían. Era normal entre ellos dos ese tipo de "chistes". El enamoramiento de Killian era ocultado en sarcasmo y bromas de mal gusto, sin embargo, era notorio para él que Kuchel no estaba interesada, y esperaba llegase el día en que lo estuviese.
Pero ese día nunca llego. Puesto que después de años de estar enamorado de la misma chica, el alto Zoe encontró un nuevo amor. No era por simple resentimiento, o por miedo a perder su oportunidad con alguna chica. Más bien se había dado cuenta que "el primer amor fallido" era Kuchel, aquel amor que "siempre existe". Y que por fin, había encontrado a su media naranja.
Resultando ser la persona que menos esperaba: una pelirroja algo bajita, que nunca había podido notar dado que esta siempre estaba oculta en la biblioteca. Era tranquila, y muy buena persona.
Y a todo eso, gran amiga de Kuchel. Compañera de estudio, más que cualquier cosa.

Y sin pensarlo dos veces, o tan siquiera entrar en la Universidad, Killian le pidió matrimonio a la joven chica que respondía al nombre de Olivia. Esta acepto de inmediato. Y después de una bonita boda a sus 19 años de edad, ambos continuaron sus estudios. Killian como Médico y Olivia como Veterinaria.

Por otro lado, a Kuchel no le había ido tan bien. Después de la boda de su mejor amigo había decidido ir a vivir con sus abuelos fuera de la ciudad (dado que se había mudado con unos tíos para mayor alcance en sus estudios), en donde la esperaría su hermano mayor Kenny.
En el tiempo que estaría ahí se dedicaría a trabajar en todo lo que pudiese, ahorrar un poco de dinero, para después volver con sus tíos y terminar la escuela en Leyes.
Pero las cosas no surgieron tan bien, puesto que a tan solo 3 meses de haberse mudado para haya, un chico algo joven se había ido a mudar a la casa vecina. Después de tantos años con los ojos en los libros, Kuchel al fin se había detenido a mirar a un chico. Aunque quizá no al más apropiado.
Puesto que tan solo empezar su relación, que además era secreta para los ojos de Kenny, está ya había iniciado con múltiples conflictos y abusos de parte de él. Siendo demasiado agresivo, temas demasiados desconocidos para la de cabellos negros.
Y tan solo tres semanas después había quedado preñada.
Sin decir ni siquiera una palabra después de aquella noticia, el joven se marchó de nuevo, a pesar de haber pagado dos meses más de renta.

Espantapájaros Amoris.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora