Sentía relajación cuando estaba fuera de casa los últimos días, ya sea que solo paseara por el barrio o que saliera a hacer la compra de mercado, por lo que Hanji había aprovechado para salir en cada oportunidad que se le presentara. Y después de semanas de haber insisto, Hanji había aceptado salir de compras junto con su madre.
Olivia solía perder el tiempo comprando desde que Hanji tenía memoria. Al menos dos o tres veces por semana, salía a comprar cosas para su cuidado personal y el de sus hijas. Ni Hanji ni Lilian eran fan de la actividad favorita de su madre, solían pasarle de largo para no verse involucrada en las compras y no tener que perder horas en tiendas de ropa.
Pero en búsqueda de salir de casa acepto ir con su madre a comprar algunas cortinas para la casa de Hanji, pues había descubierto que odiaba que la luz entrara en exceso a la casa, cuando antes solia ser algo que le gustaba de vivir en un lugar con grandes ventanas. A Olivia le sorprendía ese detalle pero decidió no meterse de más en los asuntos personales de su hija.
Desde que Hanji despertó a las 10 de la mañana salió junto a su madre a desayunar. A pesar de que la noche anterior había dormido bastante tarde y molesta, no le impidió para ignorar la resaca y alistarse para un día de compras. Obviamente nada hacía más feliz a Olivia, pues podía pasar un día normal con una de sus hijas.
Al salir a desayunar al mismo restaurante que Killian las llevaba, Hanji pudo recordar todas las veces que salía a comer junto con su madre, a escondidas de su padre y hermana. Se podía decir que entre Hanji y sus ambos padres no había una relación muy profunda. Era lo típico que se esperaba de padres a hija: sabían sus intereses, conocían a sus amigos y tenían notificado los lugares que visitaba y las fiestas que hacia. Pero no conocían en lo absoluto los secretos de su hija. Nunca habían conocido a alguno de los novios que Hanji había tenido, no sabían de su vida sexual, tampoco sabían que música disfrutaba o que hacia fuera de casa. Era una relación muy diferente como la que tenía su esposo con su suegra.
El no conocer del todo a su propia hija había facilitado que el matrimonio se llevara a cabo, y a pesar de que Olivia sufrió el alejarse de su hija, la verdad era que le dolía más que la mujer de la que su esposo estaba enamorado, Kuchel, hubiese ganado ante ella. En el fondo le costaba admitir que lo que realmente le molestaba de unir a su hija con un extraño, era saber que todo era un truco para que Killian pudiera estar con la persona que realmente amaba y no con ella.
Pero para Hanji pensar en la poca unión que tenía con su madre, ayudaba a que los recuerdos de ellas dos saliendo a comer a escondidas fueran más alegres. A pesar de que no era muy unida a ella, disfrutaban haciendo travesuras y pasando bien el rato juntas. Algo que era muy difícil para Hanji, pues no podía tener amigos que accedieran a salir con ella con facilidad, dado a que la chica elevaba mucho la voz.
Después del desayuno se habían ido a un centro comercial donde había varias tiendas de ropa. Pero Hanji se dirigió directamente a una tienda departamental, en donde había visto que las promociones que solían ponerse durante las fiestas estaban ya activas. Paseo con su madre por todo el lugar alrededor de una hora, ponían en su carrito cosas que no necesitaban pero que eran bonitas. Después caminaban 10 minutos y las volvían a dejar.
Entre una plática sobre cortinas naranjas o grises, Olivia recibió un mensaje de texto. Hanji no debió espiar pero así lo hizo. "En unas horas iré a llevarte tu ajedrez" decía el mensaje de texto de Kuchel Ackerman. Para Hanji fue una sorpresa pensar que su suegra y su madre podían entenderse.
–Asi que ahora te llevas mejor con Kuchel –dijo Hanji para sacar otro paquete de cortinas naranjas del estante.
–Tu padre odia que yo me lleve bien con ella como cuando éramos chicas, –respondió Olivia –Así que por hacerlo enojar hago la paz con ella.
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Espantapájaros Amoris.
FanfictionLa afinidad, amistad e incluso el amor es algo que surge con el tiempo, no se puede simplemente forzar. Sin embargo, muchas veces la gente no le molesta perjudicar a terceros. Levi y Hanji son dos jóvenes de solo poca distancia de edad. No habían...