Espantapájaros Amoris.

Capitulo trigésimo cuarto: Apagón

Los miércoles increíblemente eran unos de los días en donde el Pub tenía más clientes, desde su apertura hasta la hora de semana. Pues al ser la mitad de la semana aquellos que duraban todo el día en la oficina, o los que tuviesen juntas de trabajo, se daban un pequeño descanso intentando llegar con más fuerza al viernes; aunque con el tiempo Levi había aprendido que al final, no importaba si las reuniones eran solo "algo tranquilo", pues siempre terminaban excediendo sus expectativas iniciales, resultando ser el día de la semana en donde se sacaba a más personas del lugar con ayuda de los meseros y guardias.

Era un día divertido para Levi pues aprovechaba para burlarse de los clientes consigo mismo o con algún empleado más, aunque ese día no se permitía beber durante el horario de trabajo pues sabía que debía estar más atento. Era un día casi tan atareado como los viernes o sábados. Era común que tuviese algo que hacer en todo momento, pues esos tres días, cuando la cantidad de gente en el lugar parecía estar a punto de exceder su límite (cosa que pasaba con frecuencia al ser un lugar pequeño y conocido), Levi ayudaba al resto de sus compañeros de trabajo auxiliándoles con todo lo que ellos necesitasen. Claro, aunque nunca había un pago directo, cada uno de los empleados pasaban a portarse mejor para darle menos quehacer al Ackerman.

Pero, aunque hubiese llegado con la exceptiva de que debía ser un día ocupado, al ingresar al lugar tras la puerta del almacén, se pudo dar cuenta de que no había gente por ningún lugar. Únicamente 11 personas estaban tanto en el primer piso como en el segundo. Se miraban más empleados que usuarios.

Se hubiera mantenido shockeado mirando a todos lados si no se hubiera percatado de que Petra se encontraba bebiendo en la barra mientras hablaba con Thomas. Se miraba tranquila, moviendo una cerveza en su mano. Solo hablaba y hablaba, mientras que Thomas fingía escuchar, pero en su mirada notabas que ya estaba aburrido, sabrá Dios cuánto tendría allí.

–¿Cambié la fecha de mi teléfono o por qué no hay gente? –Hablo Levi cuando se sentó en la barra, intentando rescatar a Thomas por un momento.

–Hubo corte de luz en la mañana –Tomo de la cerveza antes de hablar –Parece que un transformador se quemó a unas calles de aquí. Ni siquiera nosotros teníamos luz, fue un lío hacer el conteo en la mañana. Entonces muchos lugares tuvieron paro, así que... Aquí tienes el resultado –Elevo los brazos para después soltarlos libremente, indicando que estaba cansada.

A primera vista era fácil darse cuenta que, aunque a penas fuesen las 7 de la tarde ya tenía bastante alcohol encima. Y aunque era común que los meseros, los bartender y uno que otro miembro de administración bebiera durante horario de trabajo, no era algo habitual ver que se embriagaran, sobre todo si se trataba de Petra, pues si bien Levi la había visto beber unas 3 veces en todo lo que había estado trabajando en el lugar, nunca había llegado al punto de salirse de sus sentidos. Pero ahí estaba, oliendo a cerveza cuando apenas iba a anochecer.

–Así que tú y Thomas, como son super amigos, aprovecharon ponerse al corriente de los chismes –Era obvio que se estaba burlando.

–No seas idiota, Levi. No somos amigos íntimos, pero él pregunto "¿qué tal?"

Levi volteo a ver a Thomas riéndose pues en la cara de él solo le demostraba sufrimiento. Pues bien, se sabía que cuando alguien llegaba a la barra sola siempre hacía esa pregunta por cortesía. Era cuestión de él si seguía la plática o no, pero parecía que no había tenido opción.

–Bueno, ¿y qué tal? –Preguntó sin cuidado, mirando que no habría mucho que hacer ese día.

–Ay pues por donde inicio –Esa fue una mala respuesta –Estoy harta de tener que organizar una boda ¿sabes? No sé cómo habrá sido cuando tú te casaste, pero es un martirio –Levi asintió –Ayer, por ejemplo, duré 3 horas buscando telas para manteles para que al final me dieran la equivocada y me cobraran más del doble. ¿Sabes lo mucho que me atrasa eso? Es un día perdido.