Un mes había transcurrido desde aquel día que salió con el corazón en pedazos de la casa de las Outers. Treinta largos días en los que por alguna extraña razón había logrado salir con vida, aun cuando él pensaba que no lo lograría. Pero lo hizo, y ahora estaba ahí, parado afuera de la iglesia donde su ex novia se casaría con el tipo por el que lo dejo.
Un tipo que llego a robarle todo, su vida, su familia, su futuro perfecto. Un tipo que según, era el chico perfecto, amoroso, romántico, detallista y un sin fin de cualidades que escuchaba a diario entre las enfermeras del hospital.
Alguna vez incluso, escucho a una doctora eminencia de la medicina suspirar por aquel joven.
—¡Pero que diablos! ¡Acaso es un requisito para ser mujer el estar enamorada de ese chiquillo! —pensó rodando los ojos aquel día.
Enfadado continuo con su vida, que se resumía a trabajo-casa y viceversa, no tenia ánimos de nada mas, tampoco quería encontrarse a su ex feliz en la calle del brazo de otro. Su duelo había sido extraño, el creía que no lo soportaría que no podría vivir sin Serena pero eso jamas paso, en realidad regreso a su rutina muy rápido. Esa era la razón por la cual estaba ahí parado frente a la iglesia. Necesitaba saber, estar seguro de que ya lo había superado, verla con alguien mas para saber si su recuerdo no dolía mas.
En lo que esperaba el poder ver a Serena salir comenzo a recordar aquel día donde todo inicio.
Al salir de la casa de las Outers lloro, por supuesto que lo hizo, que clase de persona no lloraría de perder a la mujer que lleva vidas amando. Muy a pesar de lo que todo el mundo decía, no era el tipo frío que todos creían, claro que tenia sentimientos. Aunque para ser sinceros en ese momento hubiera preferido no tener, ni sentir.
El peso de lo ocurrido aquel trágico día con Serena inevitablemente cayeron sobre él. Segundos antes de salir de la mansión sentía la adrenalina, la euforia llevado por el coraje. Momentos después fue todo lo contrario, una vez que aquella euforia se esfumo dio paso al llanto desconsolado.
Darien Chiba lloraba amargamente por la perdida de su compañera, la que debía ser su esposa y su futura reina. Se había alejado lo suficiente en su coche de la casa de las Outers para evitar que alguien lo viera, pero las lagrimas traicioneras comenzaron a nublarle la visión. Una lucha entre la razón y la locura comenzó a surgir en su interior. Una le decía que se detuviera y la otra que continuara que tal vez ocurriría un accidente y su dolor acabaría. Sabiamente opto por la primera.
Estaciono el auto en algún lugar alejado de los edificios y solo entonces se rindió ante aquellas sensaciones que comenzaba a ahogarlo.
Todo el dolor acumulado desde que comenzó a escuchar a Setsuna, Serena, recordar a Rini y todo el engaño que era aquella utopía de Tokio de cristal. Brotaron junto con miles de lagrimas ya sin intentar contenerlas.
Golpeo el volante ante la frustración. Lanzo gritos al aire, desgarradores. Las lagrimas corrían libremente por todo su rostro en señal de que ya no importaba quien lo viera, que, en realidad ya nada importaba.
No recordaba haber sentido tanto dolor en su vida. Solo tal vez cuando perdió la memoria y a sus padres en aquel accidente, pero en ese entonces era mu chico y no era tan consiente del dolor o tal vez no había hecho caso para evitar lo que sentíria. Ahora era diferente, no había tenido tiempo de prepararse para esto, seguía balanceándose como un niño pequeño asustado y perdido, otra vez era ese niño.
Llevo sus manos nuevamente al volante presionando con fuerza, su pecho aun tenían un dolor, una punzada terrible que parecía haberse acomodado ahí para no irse jamas. Golpeo con fuerza una vez mas lastimando sus manos, era algo que no se comparaba con nada nunca lo había sentido ni si quiera podía ponerle nombre. Tal vez desgarrador era la palabra correcta.

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Tengo un amante
FanfictionSerena renuncia a Tokio de cristal, se enfrenta a todas sus sailors por el amor de una estrella y al final terminara traicionando el amor de esa estrella por una tercera... Quien será el causante de todo? Quien es esa tercera persona misteriosa del...