Serena caminaba por la orilla de la playa como todos los días dese hace nueve meses. Su mano reposaba en la enorme panza a punto de dar a luz, mientras tarareaba una canción que Seiya había compuesto especialmente para su hija.
Seiya alcanzó a su esposa. Uniéndose a ellas no solo en presencia sino en voz, comenzando a cantar juntos el coro de aquella melodía. El pelinegro no podía ser mas dichoso con Serena embarazada había aprendido a amarla aun mas, aunque él dudaba que fuera posible. Serena le regalo una mirada llena de amor y una despampanante sonrisa. Las cosas entre ellos se habían arreglado, y aunque Seiya era consciente de que Serena seguía sin creer en su historia, tenia confianza en encontrar a las desaparecidas y aclarar todo.
—¿Como amanecieron los bombones más hermosos del universo? —dijo una vez que le dio alcance a su esposa.
—Ahora que llegaste, perfecto.
El rostro de Seiya se ilumino con una sonrisa al escuchar la respuesta.
—Hoy me ganaste Bombón, ¿quien iba a imaginar que tu madrugarías algún día?
—Yo no lo hubiera creído pero, adoro ver el amanecer —respondió con una risita.
—Y yo adoro verte —Seiya respondió finalizando con un beso.
—Hoy amaneció de buen humor Sr. Kou
—Yo siempre amanezco de buen humor si es a su lado Sra. Kou —Seiya iba a continuar hablando cuando el sonido de la panza de Serena lo interrumpió—. Y parece que alguien ya tiene hambre, ¿verdad bebé?
Ambos entraron a su casa para tomar el desayuno y continuar con su rutina. Seiya había dejado todo listo antes de alcanzar a Serena. El desayuno transcurrió de manera tranquila, entre bromas y risas. Sin importar la edad que tuviera ambos seguían bromeando como cuando era un par de adolescentes.
—Me encantaría quedarme todo el tiempo del mundo con mis dos estrellas pero alguien debe trabajar para poder pagar todo lo que se comen.
—Tu también comes demasiado, ¿sabes? —se defendió la rubia.
—Claro Bombón pero tu terminas con toda la comida
—Como digas —murmuró Serena mientras tomaba otra rebanada de pan francés—. Por cierto se te hace tarde.
Seiya se apresuro a terminar de alistarse, desde que se había mudado a la casa de playa él tenía que recorrer doble camino a cuando vivía en Tokio. Antes de salir Seiya se despidió de Serena con un beso, no sin antes hacerle decir a Serena, muy a su pesar, los teléfonos de emergencias, ambulancias, hospitales y de las chicas, revisar su maleta y la del bebé y después por fin salir a la disquera.
Pasado el medio día Yaten entraba corriendo a la oficina de Seiya.
—¡Seiya! —Yaten sonaba sofocado— Es Serena, Mina me llamo están en el hospital, ¿nadie te ha avisado?
—¡¿Que?! —Seiya se levantó del asiento— Claro que no o acaso ¿crees que estaría aquí si alguien me hubiera avisado?
—¡¿Que esperas para irte?! —exclamó Yaten al ver paralizado a su hermano.
—Tienes razón, tengo que irme, tengo que... —Seiya caminaba de un lado a otro sin reaccionar del todo—, llaves, si las llaves...
—¡Seiya! —Yaten gritó impaciente después de ver como su hermano había tirado las llaves del auto unas tres veces—. Te llevo yo, estas actuando como un verdadero imbecil.
—Si, ya te veré hermano, ¡vámonos!, tardas demasiado.
Y así ambos hermanos salieron rumbo al hospital enfrascados en peleas absurdas.
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Tengo un amante
FanficSerena renuncia a Tokio de cristal, se enfrenta a todas sus sailors por el amor de una estrella y al final terminara traicionando el amor de esa estrella por una tercera... Quien será el causante de todo? Quien es esa tercera persona misteriosa del...