Siempre he sido bastante torpe. No había profundizado mis propias emociones desde hace mucho tiempo. Alguna vez mis hermanos y yo fuimos tan unidos al punto de confundirnos entre nosotros mismos de cierta forma. Siempre haciendo y diciendo lo mismo.....tan monótono.
Finalmente crecimos y cada quien tomó una personalidad diferente. Era extraño pero, me parecía increíble la manera y rapidez con la que crecíamos. Adquirí habilidades en la cocina y me volví muy bueno para crear mis propias recetas. Nadie notaba mucho de lo que yo hacía pues, desde muy pequeño cargaba con mala suerte y mis hermanos me ignoraban frecuentemente. Supongo que siempre lo hacían a propósito. Querían molestarme pero, al ver que no lograban que yo hiciera algo o dijera algo negativo, simplemente se les volvió costumbre. Creo que en algún punto a mí también... Llegó a doler por mucho tiempo pero, después aprendí a vivir con ello.
Había extrañas ocasiones en las que Osomatsu se acercaba a mí para darme consuelo. Nunca comprendí por qué hacía dos cosas tan contradictorias pero, a final de cuentas, me hacía feliz tener a alguien apoyándome. Comprendí que él había sufrido mucho a causa de un asunto en nuestra niñez y simplemente comencé a esforzarme para apoyarlo también.
Algún tiempo atrás, Choromatsu y Osomatsu fueron bastante unidos pero, con el pasar del tiempo fueron tomando distancia. Supongo que sus personalidades chocaron o algo parecido. Había ocasiones en las que yo sentí celos al verlos juntos. Fue entonces cuando comenzó mi confusión.
Mi nombre es Karamatsu Matsuno y soy el segundo hermano mayor. Por supuesto también soy el más cool de todos... (Bien, no pero, my fashion style is the best). Debo admitir que soy el más torpe de todos mis hermanos. Lo entendí ya a mi edad actual. Siempre fui demasiado bueno con todos ellos y a pesar de que sigo siéndolo, las cosas no volverán a ser iguales. Supongo que cada uno sufre a su manera y yo....tuve suficiente.
Hace algunos años, descubrí a Osomatsu llorando en el baño. Tenía la puerta cerrada con seguro pero, podía escuchar cómo se afligía. Me acerqué despacio para tocar la puerta pero, Osomatsu se quedó en silencio, esperando a que me fuera. Me dejé caer al suelo y recargué mi espalda en la puerta. Estábamos separados el uno del otro por aquella puerta pero, pude sentir su dolor por unos instantes. Comencé a sollozar también y cuando Osomatsu lo escuchó, abrió la puerta, haciendo que yo cayera de espalda hacia el suelo. Ambos teníamos lágrimas en los ojos y estábamos sorprendidos de vernos mutuamente. Recuerdo ese rostro... Sonrojado y cubierto de dolor. Lo abracé con todas mis fuerzas para decirle que todo estaría bien y que, a pesar de no saber la razón por la cual lloraba, yo estaría ahí para él siempre. Él me abrazó también y comenzó a llorar nuevamente. A partir de ese momento, me esforcé día con día para hacer feliz a Osomatsu. Realmente parecía normal, hasta que un día, sin darme cuenta, comencé a sentir celos al verlo con Choromatsu.
Después, tomaba mi espejo para fingir que me arreglaba frente a el, cuando en realidad lo usaba para observar a Osomatsu cuando se encontraba detrás de mí. El problema se intensificó cuando, un día mientras lavaba la ropa de mis hermanos, tomé la sudadera roja de Osomatsu para olerla un poco y darme cuenta de que amaba ese aroma. Sin ser consciente de ello, ya estaba en el suelo, sosteniendo mi miembro erecto para masturbarme mientras sostenía con fuerza aquella sudadera. "Osomatsu...", repetía su nombre una y otra vez hasta que llegué a mi punto máximo y dejé salir aquello. Me di cuenta muy tarde de lo que estaba haciendo y me levanté de inmediato para poner la sudadera en la lavadora y limpiar mi desorden. "¿Es que acaso estoy demente?", me cuestionaba a mí mismo en esos instantes.
Sí...comenzaba a amar de una forma enfermiza a mi hermano mayor. Ya era muy tarde para dar marcha atrás. Sus ojos, su manera de sonreír, aquella risa burlona, todo de él me parecía encantador. Su esencia era embriagadora para mí. Yo....realmente comenzaba a amarlo.
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-Mi Contraparte-
Fiksi PenggemarEl mayor de los sextillizos pasa por mucho estrés después de la muerte de sus padres. Ahora carga con mucha responsabilidad y además de ello, tiene algunos secretos que se guarda por temor a lo que diga el resto de sus hermanos o peor aún, de lo que...