CAPITULO 10: Un reencuentro.

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Osomatsu podría parecer el idiota más grande del mundo pero, en el fondo era bastante perspicaz y se encontraba alerta de muchas formas posibles. Aquella otra carta había sido un golpe muy duro pero, había dejado algo claro. Tougou no estaba solo. Había gente ayudándole en aquel juego absurdo y enfermo. Tomó en cuenta aquello debido a la descripción que Todomatsu le había dado de quien había entregado el sobre. Sin embargo, también se percató de que, aún habiendo enviado a alguien para entregar el sobre, el mismo Tougou se hizo presente en el lugar y derramó su bebida a propósito para causar un accidente. Era obvio que en ese justo instante, quien ya había entregado el sobre, saliera de inmediato del local. Ahora le tocaba a Tougou huir del accidente pero.... ¿cómo era posible? Sí Todomatsu había caído inconsciente, la gente del lugar debió haberse dado cuenta de la sospechosa ida del otro. Quizá aprovechó unos segundos antes para levantarse y mezclarse entre las personas que comenzaban a rodear al accidentado. Sonaba como algo que ese patán haría pero, eso sólo hacía que más dudas brotaran, una por una, en la cabeza de Osomatsu. ¿Qué estaba planeando ese hombre?, ¿hasta dónde podría llegar ahora? Le hacía sentir demasiado vulnerable y expuesto. Sabía que sus hermanos eran lo único que tenían ahora y aunque no lo demostrara muy seguido, los amaba con todo su ser. No quería perderlos. Debía buscar la manera de encontrar a Tougou y vencerle. Pero...¿Cómo?

Mientras tanto, en la pequeña habitación del comedor, se desarollaba un ambiente bastante tenso entre Karamatsu y Choromatsu. Este último no le quitaba la mirada de encima al otro y esto le hizo estremecer al de ojos azulados.

-He-Hey, brother... ¿sucede algo? –Preguntaba con una sonrisa en sus labios, intentando disimular alguna naturalidad, que realmente no le funcionaba.

-Karamatsu.-Pronunció en seco el nombre del mayor presente, lo cual le puso sumamente nervioso.

-¿Cho-Choromatsu? –Se acomodaba para intentar verle de frente, con sus labios temblorosos y una gota de sudor deslizándose por su rostro.

-Escucha, Karamatsu. No tengo ni la más mínima idea de por qué esto me molesta tanto pero, de verdad quiero decirlo ahora o siento que voy a asfixiarme después.

-No comprendo muy bien de qué hablas, brother. Pero, si puedo ayudarte, don't worry, confía en mí. –Ponía ahora una expresión seria.

-Tch. No te hagas el inocente.- Enderezó su espalda y le miró con una expresión de molestia.

-¿Eh?, ¿inocente? No comprendo de qué hablas....-Ahora le miraba con desconcierto, sin dejar de lado su nerviosismo.

-Sé lo que hay entre el idiota de Osomatsu y tú. Lo sé muy bien. Los he visto a ambos.

Aquello hizo que Karamatsu cambiara su expresión totalmente de desconcierto a una de espanto. Llevó su mano diestra a su frente y se levantó de su lugar, con las piernas algo temblorosas. Apenas y podía sostenerse por sí mismo. De alguna forma tenía la sensación de que acabaría por huir de aquel momento tan incómodo y extraño. Sin embargo, una vez que se puso de pie, tomó el suficiente aire y le dio la espalda al otro para pensar detenidamente lo que sucedía. El tercer hermano ahora sabía lo que sentían sus mayores y ya era bastante vergonzoso aquello. Pero, pensar que ahora sabía algo que era completamente tabú por cuestiones sanguíneas, le hacía temer de todo. Tragó saliva y se giró para verle nuevamente de frente.

-¿Qué es lo que sabes exactamente? –Se puso derecho y le miró con total seriedad. Hubo un breve silencio. Choromatsu se puso de pie también.

-Sé que ambos sienten algo por el otro. No soy un acosador, ¿de acuerdo? Sólo me he topado con sus miserables formas de afecto de vez en cuando. Fue un fastidio guardármelo así que, sentí que debía confesar que lo sabía. –Desvió ligeramente la mirada, cruzando sus brazos mientras daba un ligero suspiro.

-Mi Contraparte-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora