CAPITULO 3: Trauma.

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¿Alguna vez has sentido que te asfixias con tus propios pensamientos? Es como si un día simplemente no pudieses respirar adecuadamente porque tu estrés, cansancio, malas experiencias, todo...estuviese sujetando tu cuello con todas sus fuerzas. Lo único que te queda por hacer es soportar el dolor y seguir adelante. Aprender a vivir con ello y buscar una forma de desahogarte.

Mi nombre es Osomatsu Matsuno. Soy el mayor de mis hermanos. Quizá sea demasiado obvio pero, debo agregar que somos sextillizos. ¿Extraño, verdad? Bueno, suele ser algo muy divertido también. Aunque a veces sea molesto compartir ciertas cosas con ellos.

Hace unos meses nuestros padres fallecieron. No fue un accidente ni algo que dejara un trauma grande pues fue a causa natural. Ellos ya eran viejos y nosotros unos adultos. Supongo que cargar con nosotros por tantos años les cansó demasiado. Aún miro por la ventana en las noches, esperando que escuchen mi eterno agradecimiento y asimismo, mis disculpas por haber dependido de ellos por tanto tiempo. Aunque tratábamos de evitar el día de las madres a toda costa, ella siempre supo que la amábamos y que era la mejor madre del mundo ante nuestros ojos. Mi padre siempre fue muy trabajador y responsable para que no faltara nada en nuestra casa. Nos dieron la mejor vida posible.

Yo siempre fui muy caprichoso y berrinchudo. No lo puedo negar. Realmente disfruté cada momento que estuve bajo su cuidado. También puedo ser honesto en decir que, aunque hubo momentos en los que anhelé egoístamente ser hijo único, en realidad yo adoro a cada uno de mis hermanos. Ahora todos somos tan distintos pero, de alguna manera siento como si un fragmento de ellos estuviese en mi personalidad y corazón. Soy demasiado cobarde como para decirlo....

Aprendí desde muy pequeño a tener ciertas habilidades por gusto propio. Otras me fueron enseñadas a la fuerza...

Hace bastantes años, Tougou apareció en nuestras vidas. Yo jamás voy a olvidar su rostro. Un día llegó con una sonrisa amable y acciones agradables que realmente parecían provenir de una persona bondadosa. Estábamos rendidos ante él. Sin embargo, una tarde mientras jugaba en casa de un crío, un ladrón se hizo presente. Nos amenazó con tal furia, que simplemente me hizo horrorizarme al instante. El miedo me consumió por unos segundos pero la confusión ganó cuando me di cuenta de que aquel ladrón era el mismo Tougou. No podía entender nada pero, él se había dado cuenta muy tarde de que metió la pata al entrar justo a esa casa donde me encontraba yo. Fue ahí donde comenzó mi principal terror.

Durante un tiempo fui amenazado y torturado por aquel hombre. No podía decirle absolutamente a nadie sobre la verdad porque si lo hacía, él juraba que mataría a mi familia. Yo era un niño....Un niño asustado y perturbado por aquel maldito hombre. Por las noches no dormía absolutamente nada pues, al cerrar mis ojos podía ver su rostro y me hacía gritar por el miedo. Tougou se dio cuenta de esto y me dijo que sería sospechoso si seguía haciendo eso así que, simplemente me obligó a no dormir por las noches. Luego de algunos días, me tomó por sorpresa y me llevó a uno de sus robos para ayudarle. Fui cómplice de 2 ó 3 robos aproximadamente, dos absolutamente comunes y uno donde se requirió asesinar a alguien para callarlo. No volví a siquiera pensar en dormir por las noches. Nadie notaba nada....

Caí enfermo a causa del insomnio, el estrés y el miedo. Comencé a vomitar día tras día y a toser con fuerza. Fue entonces cuando un día, mis hermanos me encontraron en un lugar oscuro con Tougou encima de mí, intentando violarme por segunda vez. Finalmente alguien más sabía del asunto. Lo siguiente fue difícil de procesar también y muy complicado de explicar pero, logramos que atraparan a Tougou y lo llevaran preso por 10 años aproximadamente. Yo fui a rehabilitación y terapia. Un niño había sido traumado por un sujeto de malas intenciones.

Soy consciente de que han pasado los años suficientes para que ese hombre esté libre nuevamente. Me he mantenido asustado de su rostro aún por algunas noches. Puedo verlo en mis más profundas pesadillas y escucharlo durante mis momentos de tranquilidad. Aquel trauma se esfumó por algunos años pero, recientemente había vuelto cuando me crucé con él al salir de mi trabajo. Estaba ahí frente a mí....fumando un cigarrillo y acomodándose su traje. Me saludó con cortesía, esa falsa amabilidad similar a cuando lo conocí. Yo me quedé estático, no podía moverme. Mis piernas temblaban, mis ojos comenzaron a lagrimear y mis labios se mantenían sellados. Quería maldecirlo, golpearlo, herirlo, incluso matarlo pero, no podía moverme. Mi cuerpo no respondía. ¿Entienden esa impotencia?
Se acercó lentamente hacia mí. Él sabía muy bien que yo no podría responder y se aprovechó de ello. Tiró su cigarrillo al suelo y puso una sonrisa de oreja a oreja. "Un gusto volver a verte.....O-s-o-m-a-t-s-u. No has cambiado nada, je". Su voz....su voz destrozaba mis tímpanos. ¿Por qué no podía moverme?

Cerré mis ojos con fuerza, deseando que fuera una de mis más vagas pesadillas pero, lo único que logré escuchar fue mi propia voz. Cubrí mis oídos y caí de rodillas ante aquel hombre, mientras mi propia voz me torturaba. "Haz algo. Él te dañó. Haz algo". Estaba asustado, realmente asustado, tanto que no notaba que aquella voz no salía de mi pensamiento ni de mi propia boca. Provenía de alguien más o de algo más. Sólo pude escuchar la risa de Tougou, sabía que estaba traumatizado por causa suya. Su risa estaba haciendo eco en mi cabeza, no podía soportarlo. "¡Mátalo!", escuché de golpe y sin saber absolutamente nada, me levanté y di un paso hacia él. No recuerdo mucho de lo que sucedió después. Cuando volví a ser consciente de aquello, aquel hombre estaba en el suelo, lleno de sangre y con el cráneo destrozado. Aquel hombre realmente no era Tougou....

Había asesinado a un hombre inocente. Estaba asqueado y aterrorizado. Mis manos temblaban y caí al suelo para comenzar a llorar con todas mis fuerzas. "¡CARAJO, CARAJO!", no paraba de gritar mientras lloraba. Sentí escalofríos en todo mi cuerpo y cómo el ardor de mi pecho se desbordaba completamente a través de mis lágrimas y mis puños que golpeaban el suelo con toda mi fuerza. Seguía trastornado, después de todo.

-Levántate... Tienes que deshacerte de eso. –Escuché mi propia voz desde mi oído derecho. Me giré con velocidad para ver al sujeto que se atrevía a darme una orden en aquel momento tan frágil. Mis lágrimas hacían que mi vista estuviese borrosa pero, no lo suficiente como para no notar que se trataba de mí mismo. Ya había bastante locura en aquella tarde pero, aquello ya era exageración. Sus ojos eran de un color carmesí y sus ropas eran oscuras, casi podría mezclarse entre la oscuridad que ya se hacía presente. Lo miré desde los pies hasta su rostro y entonces él puso una sonrisa macabra para repetirme aquello que ya había dicho antes: "Tienes que deshacerte de eso". Me levanté con la mirada fija en él y con la mano temblorosa traté de tocar su cuerpo. Yo realmente sentía que estaba dentro de una pesadilla. A pesar de no poderle tocar, sabía que estaba ahí. Él realmente existía.....Aunque era parte de mí, en esos instantes yo le vi como alguien ajeno a mi propio pensamiento. Cerré mis ojos por unos instantes y al abrirlos, este se había esfumado. Yo sabía que seguía justo a mi lado....al frente o atrás. Donde sea pero, estaba ahí conmigo. Continué llorando un rato más, hasta que me di cuenta de que aquellas palabras eran ciertas. Debía deshacerme de eso. Lo arrastré hasta un pequeño río que se encontraba cerca y dejé caer su cuerpo para que se fuese con el agua. En ese instante no sabía la suerte que tenía al no haber nada de gente por los alrededores.

Yo...debía actuar normal después de eso.

Llegué a casa y rápidamente me escurrí al baño para darme una ducha y luego ir a donde se encontraba el cuarto de lavado y meter mis ropas. Mis hermanos estaban reunidos en la sala donde comemos juntos y no se habían dado cuenta de mi presencia aún. Me miré al espejo por unos segundos..."Eres un asesino", escuchaba en mis pensamientos. Fue entonces cuando comencé a entrar por las noches al cuarto de mis padres para tomar un cuadernillo prestado y escribir en él sobre mis emociones. Sabía que no podría cargar con ello y necesitaba desahogarme sin que mis hermanos lo notaran. En ocasiones me quedaba despierto por un largo periodo de tiempo, hasta que recordaba aquellas escenas y me daban nauseas. "Lo siento.....Lo siento", repetía todas las noches.

Aún había muchas cosas que ocultaba y otras que vinieron después. Estaba por morir asfixiado.....Pero él apareció un día, me abrazó y derramó lágrimas por mí. Karamatsu siempre fue tan sensible pero, logró conmoverme. Siempre ha estado para mí y comenzaba a cuestionarme por qué no tenía la confianza suficiente para contarle. Oh, Karamatsu....También a ti te he estado guardado uno de mis más oscuros secretos. A veces siento que no logro mantener la mirada al verte pues, me siento expuesto ante aquellos ojos bajo esos lentes oscuros ridículos. Tú también cargas con mucho, ¿cierto?

¿Será este el momento adecuado?...


-Mi Contraparte-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora