CAPITULO 9: El comienzo del juego.

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El fin de semana acabó y Osomatsu rezaba porque aquellas advertencias fueran simple mofa de aquel individuo sediento de venganza. Se sentía tremendamente asustado y preocupado pero, debía actuar natural frente a los otros. No tenía sentido asustarles también. ¿Y sí no sucedía nada después de todo? Sería una preocupación absurda.

Osomatsu se vistió rápido para desayunar con sus hermanos y despedirse antes de partir cada uno a su respectivo trabajo. Durante el camino, Osomatsu sacó el sobre para leer la carta nuevamente y prestar atención a cada detalle. Era más sencillo ahora que se encontraba un tanto sereno y que las calles le obligaban a comportarse cuerdo. La mañana era fría y un tanto silenciosa. Esto le inquietaba un poco pero, continuaba como si de una carta normal se tratase.

-Bien, no puedo contarle a nadie sobre esto. No tengo ni la más remota idea sobre si esto pueda ser verdad o sólo una broma pesada de aquel monstruo. Debo guardar la compostura y.... verificar esto.

Dio un vistazo por encima y re-leyó cada uno de los renglones escritos por Tougou. Ni siquiera se había molestado en buscar otra tipografía. No había firma pero, era bastante identificable. Revisó las hojas donde se encontraba la información de sus hermanos y buscó algo en específico que pudiese ayudarle a descifrar algún posible movimiento planificado por el otro. Lo revisó una y otra vez pero, nada parecía tener mensajes ocultos. Todo era bastante directo, tal cual cómo era ese hombre. Sin embargo, el cuerpo le cosquilleaba a Osomatsu cuando pensaba en las advertencias pues, era también bastante obvio que sí planeaba destruirle, de alguna forma, no le daría previo aviso del dolor y sufrimiento que este tendría en un momento determinado. No era difícil ponerse en el lugar de la venganza y entender lo exquisito que sería ver a tu víctima sufrir por el desconcierto y las acciones que pudieses causarle en forma de tortura.

No había nada. Simplemente nada.

El día transcurrió normal. Osomatsu estaba cerca de salir de su trabajo, por lo que asumió que Karamatsu ya estaría en casa. Esta vez no daría su habitual paseo antes de volver. Se encontraba lo bastante nervioso como para irse solo por aquellos rumbos. Quería llegar pronto y ver a Karamatsu. Necesitaba abrazarlo y pasar un rato a su lado, intentando calmar el cosquilleo en su estómago. "Ah....por fin", pensó y lanzó un leve suspiro al encontrarse frente a su casa. Todo parecía estar silencioso y esto era un tanto extraño. Quizá aún no llegaban los demás y esto le motivó a entrar rápidamente para pasar, aunque sea breve, un momento con Karamatsu. Sin embargo, su motivación fue interrumpida de inmediato al notar que no se encontraba absolutamente nadie en casa. Frunció el ceño y se cruzó de brazos, haciendo un berrinche infantil por no encontrar a su amado en tal momento de crisis. Un tanto molesto, se acercó a la cocina y al entrar se percató de una pequeña nota pegada en la puerta del refrigerador.

"Osomatsu:

Por favor ven pronto al consultorio de Dekapan. Totty está ligeramente herido. No te precipites, no es nada grave pero, Choromatsu y yo hemos decidido llevarlo para revisión. Les avisé a los demás así que, también deben estar en camino. Aunque, no sé si Ichimatsu haya recibido el mensaje. Es el único que no suele contestar el móvil y tú dejaste el tuyo en casa así que, espero que leas esto pronto.

Atte: Karamatsu".

Al terminar de leer la carta, se apresuró a salir de su casa para tomar el rumbo hacia el consultorio de Dekapan. No entendía mucho pero, por su cabeza pasaban miles de cosas relacionadas con aquellas advertencias. Corrió con todas sus fuerzas hasta llegar al consultorio. Por suerte, no quedaba a una distancia tan retirada de su casa, por lo que pudo llegar en cuestión de minutos. Entró de inmediato al lugar y caminó apresuradamente hacia la habitación donde eran atendidos los heridos. Abrió despacio la puerta y todos miraron hacia esa misma dirección.

-Mi Contraparte-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora