CAPITULO 1: Secretos.

1.1K 121 12
                                    

Osomatsu tenía mucho en qué pensar. No era muy raro; después de todo, pese a parecer un vago bueno para nada, en realidad siempre fue quien más comenzaba a preocuparse por todo. Era hábil en varias cosas como la cocina, defensa personal, arte, costura, etc. Pero nunca fue del tipo de persona que anduviese informando por ahí a los demás sobre sus habilidades por presumir. No le gustaba sentirse superior en absoluto y además, le gustaba motivar a sus hermanos para superarse y no depender de él. Si pudiésemos resumirlo, podríamos decir que era un hermano mayor ejemplar. Sin embargo, ahora todo comenzaba a complicarse. Sus padres ya no se encontraban con ellos y de alguna u otra manera, habían dejado de ser "ninis". Cada uno de ellos tenía un empleo de medio tiempo para sostener la casa y cumplir con sus necesidades. Obviamente no disfrutaban de trabajar pero, a pesar de ello, les iba bien. Karamastu trabajaba desde muy temprano para así poder regresar por la tarde a la casa y prepararles comida a sus hermanos antes de que llegasen de sus respectivos trabajos. Los demás llegaban alrededor de las 5:00 ó 6:00 de la tarde, agotados y con bastante hambre.

Osomatsu solía llegar un poco más tarde pues, a veces daba una larga caminata por los alrededores de su trabajo para distraerse un poco. El estrés le consumía y había estado cargando con el peso de unos cuantos secretos que se estaba guardado por temor a lo que dirían los otros al respecto. O peor aún....a lo que pudiese pasar. Por las noches se le podía notar ansioso. No lograba conciliar el sueño hasta la madrugada, cuando por fin su mente se cansaba de saturarse. En ocasiones, sentía tanta ansiedad, que debía levantarse y salir a fumar un cigarrillo. "Si tan solo fuese honesto...", se atormentaba a sí mismo con el mismo pensamiento todas las madrugadas.

Lo más triste de todo esto es que, sus hermanos jamás podían darse cuenta de cuán atormentado se encontraba Osomatsu pues, todas las mañanas se despedía con la misma torpe sonrisa burlona; deseándoles suerte en sus trabajos. Todos estaban esforzándose y no notaban lo cansado que se encontraba su hermano mayor. De alguna manera este se había distanciado poco a poco a causa del miedo y la preocupación que le consumían. Hubiese seguido así,  de no ser por aquella tarde en la que Karamastu, siendo el primero en llegar a casa después del trabajo, encontró un indicio de aquella preocupación del hermano mayor. Siempre se burlaban de Karamatsu pues, parecía "ama de casa" por hacer la comida y los quehaceres. Esa tarde, mientras limpiaba, decidió entrar a la habitación de sus difuntos padres por unos momentos. No solían entrar ahí ninguno de ellos; era demasiado triste recordar aquello y simplemente dejaban todo estático ahí adentro. Sin embargo, esa tarde Karamatsu entró con el fin de asear un poco la habitación de sus padres. Al entrar, se dio cuenta de que las almohadas estaban desacomodadas y al intentar ponerlas en orden, notó un pequeño cuadernillo que sobresalía debajo de una. Se sorprendió y sintió curiosidad así que rápidamente lo abrió.

La tarde cayó y los hermanos llegaban de uno en uno para al fin descansar y comer algo. Karamatsu apenas preparaba la comida pero, se encontraba sumamente serio, tanto que no pudo notar al primero en llegar.

-¡HEY, KARAMATSU! -Gritó el tercer mayor.

-¿Eh, Choromatsu?, ¿cuándo llegaste?

-Te he estado llamando desde hace unos minutos. Realmente pareces perdido; ¿pasa algo?, ¿acaso perdiste tu chaqueta de cuero o tus ridículos lentes? -Sonreía burlón el de ojos verdosos.

-Ah, no es eso. Es sólo que.... -Hizo una pausa por breves segundos y retomó la conversación.- No es nada. Creo que ya esta la comida.

Choromatsu ladeó ligeramente la cabeza, con un tanto de desconcierto pero finalmente le dio por su lado al de azul y se fue a cambiar para luego comer. A los pocos instantes llegó Jyushimatsu, quien se había encontrado con Ichimatsu en el camino. Sólo faltaban Todomatsu y Osomatsu pero, sabían que Osomatsu llegaría un poco más tarde así que, cuando por fin llegó Todomatsu, comieron los cinco juntos.

Karamatsu estuvo bastante pensativo. No logró tocar ni un poco de la comida. Nadie notó nada ni dijeron nada al respecto. Ya era normal que a veces le ignoraran, aún en momentos importantes. "Osomatsu.... "; no podía sacarse el nombre de su hermano mayor. "¿Qué pasara cuando le vea?, ¿qué voy a decirle?". Cerró sus ojos y fingió naturalidad.

Estaban por terminar la comida cuando de pronto, la puerta principal se escuchaba abrirse y unos pasos ligeros se acercaban al lugar donde se encontraba el resto.

-Mi Contraparte-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora