Osomatsu corrió hacia la puerta principal con todas sus fuerzas. Se sentía mareado pero no era razón suficiente para bajar la velocidad. Su respiración estaba muy agitada y su pulso muy acelerado.
-¡Osomatsu, aguarda! –Gritaba Karamatsu con desesperación al ver cómo reaccionaba el mayor.
-¡¿Osomatsu Nii-San?! –El de ojos verdosos se sorprendió al verle bajar con rapidez. Ni siquiera estaba al tanto de que ya estaba en casa.- ¡E-Espera!
Todomatsu contactaba a Ichimatsu a través de su móvil y su expresión era de espanto. Colgó unos minutos después y corrió tras Osomatsu, quien ya había salido de la casa junto a Karamatsu y Choromatsu. "¡E-El metro en el que iba Homura ha....!", sonaba el eco de aquellas palabras en la cabeza del mayor y retumbaban demasiado. Incluso había comenzado a darle nauseas.
El metro en el que había partido Homura tuvo un accidente, afortunadamente no muy lejos de la estación, por lo que habían trasladado a todos los heridos a los hospitales más cercanos. En el hospital, pidieron a Homura algún nombre y número para avisar a familiares pero, ella decidió dar el de Jyushimatsu primero. Fue así como él se había enterado del accidente y rápidamente se dirigió al hospital correspondiente. Luego, tomó su móvil y llamó a sus hermanos para avisarles también. Al parecer Homura se encontraba algo grave. Sin embargo, el médico aseguró a Jyushimatsu que se pondría mejor días después. Necesitaba reposar y bastante antibiótico acompañado por un poco de suero. De vez en cuando tendrían que doparle pero, no pasaría a mayores. El de amarillo se sentó al lado de su camilla y tomó su mano, la cual se encontraba temblorosa. Los ojos de la chica miraban hacia el techo y no parecía reaccionar mucho. Sus labios temblaban y de vez en cuando, su cuerpo tenía espasmos. Jyushimatsu comenzó a llorar levemente y apretó un poco su mano mientras bajaba su frente para recargarla en la mano que tenía libre. Luego sintió cómo apretaban su mano y rápidamente levantó su rostro.
-¡¿Ho-Homura?!
-Jyu...Jyu.....shi..
-Está bien, no te esfuerces demasiado. Debes reposar.
-Os...Osoma...Osomatsu
-¿Eh?, ¿Osomatsu Nii-San?, ¿qué sucede con él?
-Lo....Lo siento...
Homura comenzó a llorar desesperadamente a la vez que apretaba con fuerza la mano de su amado. Cerró sus ojos con fuerza y una de sus lágrimas recorrió toda su mejilla, hasta llegar a su cuello, en donde había una de las miles heridas que se había hecho en el accidente. Sintió el ardor y se vio obligada a intentar parar de llorar. Le era imposible, de cierta forma pero, intentaba remover sus lágrimas con su otra mano. Jyushimatsu, al ver que le era doloroso, se levantó de inmediato y deslizó con mucho cuidado su mano izquierda por debajo de los brillantes ojos de la chica y así removerle sus lágrimas.
-¡¡Homura!! –Gritó el mayor de los sextillizos, cuando por fin llegó a la habitación del hospital junto a los demás.- ¡¿Qué sucedió?!
-¡Oye, no grites! -Choromatsu se dirigió al mayor y al acordarse de todo lo que le había gritado con anterioridad, desvió la mirada y bajó su tono de voz.- Ella está herida...
-Homura dijo tu nombre y se disculpó pero, no logro entender por qué. Osomatsu Nii-San, ¿qué sucede? –Decía con demasiada preocupación el quinto hermano, quien no soltó en ningún momento la mano de su amada.
-Homura... Perdona, sé que estás herida y que justo ahora te sientes muy mal pero, necesito que me digas qué sucedió...
-¡¿Estás loco!? –Nuevamente Choromatsu se dirigía al mayor.- ¿Cómo va a saber qué sucedió?, ¿qué acaso no es obvio que fue víctima de todo el accidente?... Por lo menos dale palabras de aliento, idiota...
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-Mi Contraparte-
Fiksi PenggemarEl mayor de los sextillizos pasa por mucho estrés después de la muerte de sus padres. Ahora carga con mucha responsabilidad y además de ello, tiene algunos secretos que se guarda por temor a lo que diga el resto de sus hermanos o peor aún, de lo que...