Lea

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Vienes, otra vez.

Me despierto por la alarma del celular, la apago y agarró el celu. Tengo como 800 mensajes de WhatsApp pero me da pereza contestarlos.

Na, mentira, no son tantos. Pero si hay, de alguna manera la gente me está mandando más mensajes que de costumbre y no sé porque.

Pero como dije, no tengo ganas de contestarlos. Me levanté de la cama con las suficientes fuerzas para matar a una hormiga. Oh, me siento una psicopata al pensar en matar a un ser inocente.

Siento un pinchazo en el brazo y veo que tengo un mosquito, instantáneamente lo mató y lo empujó.

—Por puto—le digo al mosquito muerto. Retomé mi camino al baño y me empecé a peinar. Sagitario entra con una sonrisa en la cara, la miró rara.

—Hola—dice con una sonrisita estupida que me pone de mal humor. Es que así soy en las mañanas.

—¿Hola?—la veo prender la ducha—¿Y esa cara qué onda?

—Oh, es que hoy estoy muy feliz—la veo desvestirse y miró para delante.

—¿Y desde cuando pasa eso?—le digo. Ella rueda los ojos, pero sigue sonriendo, que irritante, Dios mío.

—No seas negativa, Lea, la vida es maravillosa—se mete en la bañera. Yo alzó las manos.

—¿¡Desde cuando?!—le digo y ella se ríe. Joder, le voy a dar con una silla.

Agarró pasta de dientes y mi cepillo, prendo el agua fría y escuchó a Sagi gritar.

—¡ME QUEMÉ EL CULO!—intentó no sonreír pero cuando la escucho reír divertida mi cara se contrae del enojo. ¿Cómo se puede estar tan feliz en la mañana?

***
—Hey, Lea ¿Por qué no viniste hoy al taller? Llegó un chico que está, mmm, para chupárselo—dijo Gem, poniéndose en frente mío, la hago a un lado y caminamos juntas por el pasillo.
Yo comienzo a reír.

—Es lo que haz dicho de todos los chicos que te cruzaste durante esta semana—le digo, pero ella no me está prestando atención—¿Gem?

—Pero mi amor...—dijo viendo a un moreno que la saludó, ella le tiro un beso, provocándome la risa—nunca había notado que los chicos de la escu estaban tan buenos.

—¿Qué te pasa? Estás más...hormonal—digo divertida. Ella frunció el ceño.

—¿Hormonal?

—Si, ya sabes— ella se encoge de hombros. Entramos en la cafetería.

Nos sentamos en una mesa junto a algunos de nuestros amigos.

—¿Y? ¿Qué se hace hoy?—preguntó emocionada. Cancer mira a Capri.

—Nada, ¿Verdad?—le pregunta.

—Yo ya tengo planes— dijo la rubia. Alcé una ceja.

—Cuenta.

—Eh, yo, eh, voy a ver la obra de esta noche—dijo apretando los labios.

—¿Para qué quieres ver a unos inútiles haciendo el ridiculo?—preguntó confundida. Veo a Capricornio apretar los dientes. Libra tose exageradamente.—no te atragantes.

—Na, jodeme, no lo había pensado—me dice y todos ríen. Yo le hago una mueca de burla.

—Como sea, no respondiste—ella se queda callada, entonces comprendo—Ah, claro, tu idea es ir a burlarte de los inútiles, ¡Que mala eres! Me encanta, yo voy contigo.

Los signosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora