Los signos

Confrontación

-¿Qué vamos a hacer? -preguntó Sagi mientras se subia los pantalones.
Tauro se encogió de hombros.

-No hay mucho que hacer, vamos a reunirnos con los chicos en el bus-respondió.

Tauro le dió la mano y fueron a hacer la cola para subir al bus. Géminis que estaba adelante de ellos se volteó con una sonrisa.

-¿Nos sentamos juntas? -preguntó. Tauro negó con la cabeza.

-No, dijiste que te ibas a sentar conmigo, no te puedes sentar con ella - dijo Tauro. Escorpio volteó a ver a Géminis.

-Y tú dijiste que te ibas a sentar conmigo-le dijo. Ambos chicos asistieron.

Sagitario y Géminis se miraron con la boca abierta.

-¿Saben qué? Tengo una idea, mejor se sientan ustedes juntos y nosotras hacemos lo mismo-dijo Sagitario. Géminis asintió y subieron ignorando a los chicos.

-¿Qué hicimos? -dijo Tauro confundido. Escorpio se encogió de hombros.

-¿Nos sentamos juntos? -le preguntó. Tauro asintió.

*
-Okay, ¿Ya están todos acomodados? -dijo la profe de educación física. Asintieron.

-¿Era necesario levantarnos a las 7 de la mañana? -preguntó Libra con los ojos medio cerrados del sueño.

-Andás muy cansada últimamente chiqui, ¿Qué está pasando por ahí? -le dijo picara otra de las profesoras. Libra abrió bien grande los ojos.

-Nada, nada ¿Por qué?

-Bueno, como les decía, hoy haremos una fantástica actividad-todos prestaron atención-¡Vamos a ir al campo!

Todos se quedaron callados.

-¿Y cuál era la fantástica actividad? -preguntó Acuario.

La profesora lo miro mal, después sonrió.

-¡Oh, vamos! Anímense, será divertido-nadie dijo nada-agh, luego pasamos por un Mcdonald.

-¡Viva el campooo! -grito Aries. Los demás lo siguieron.

Durante todo el viaje cantaron canciones sobre granjas.

Cuando llegaron bajaron lentamente y observaron el gran terreno que se extendía a su alrededor y los animales que lo albergaban.

Un señor que aparentaba más de 50 años se les acercó acomodándose el cabello gris.

-¡Estábamos esperándolos con muchas ansias! -el hombre les dio la bienvenida y les explicó lo que harían-Y ahora, nos vamos ¡Qué las vacas no se ordeñan solas!

-Esperé un segundo, ¿No podemos desayunar primero? -preguntó Lea escuchando su estómago rugir. El anciano la miró divertido.

-Primero hay que cultivar el alimento, querida.

Lea lo miró boquiabiertos mientras se encaminaban hasta el primer sector: las vacas.

Un chico rubio y con una sonrisa de kilómetros se paró frente a todos.

Libra se llevó la mano al pecho y miró a Capri acalorada.

-Se me paralizó la cuca, sosteneme -Capri río divertida negando con la cabeza.

-Hola, soy Jack, soy el capataz y estoy para enseñarles a ordenear las hermosas vacas-el procedió a explicar lo que debían hacer cada uno-¿Algúna duda?

-¿También te puedo ordeñar a tí? -dijo Capri. Libra la codeó con los ojos muy abiertos.

Jack frunció el ceño acalorado.