3

8.1K 1K 743
                                    

-Juguetito! Hora de comer!- La puerta metálica se abrió de par en par y su secuestrador apareció de nuevo.

Yoongi acercó el plato con pollo y arroz a Hoseok, pero este no se inmutó. No quería comer. No quería hablar con él. No quería vivir. Sólo quería mantenerse ahí, tumbado, con la mirada fija en las grietas del suelo y la mente en blanco.

Llevaba cuatro días encerrado sin ver la luz del sol. Sin hablar con nadie a excepción de el estúpido de Min Yoongi. Si bien su vida anteriormente ya le hacía caer en depresión constantemente, esta situación no hacia nada por solucionar su estado mental.
Es cierto que no tenía nada que echar de menos. No tenía amigos. No tenía pareja. Su familía le había repudiado y él lo había aceptado. Sólo iba de la universidad a casa y de casa a la universidad. Todo para estudiar una carrera que ni siquiera le gustaba.
Cuando llegaba a su casa solo se dedicaba a dormir y, ocasionalmente (muy a menudo), llorar hasta quedarse dormido.

No era tan diferente estar secuestrado a su vida anterior, y precisamente eso era lo que lo tenía pensando.

Ahora que estaba solo por fin podía mostrar su verdadero ser. No tenia que fingir una sonrisa cada vez que veía a ese gilipollas que se hacía llamar Yoongi no tenía que responder un "estoy bien" cada día. Ahora, en esa habitación oscura, fría y desierta, como su corazón, podía ser él mismo.

-Come- Hoseok no hizo caso.

Yoongi se acercó a él para poder mirarlo a los ojos.

-¿Acaso quieres morir de inhanición?-  Hoseok no cambió su expresión. - No me gustaría que hicieses mi trabajo.- "bromeó" el rubio.

-Eso estaría bien.- susurró el castaño sin darse cuenta que sus pensamientos habían salido de sus labios.

Yoongi alzó una ceja.
-En serio que eres un auténtico imbécil.~ Aii mírame, me llamo Jung Hoseok y soy tan débil que prefiero morir a luchar, buaa buaa!- se burló el rubio. Este agarro con fuerza los cabellos contrarios. Y chocó sus frentes, haciendo que ambos rostros quedaran separados por un solo par de centímetros. - me das asco, ¿lo sabías? Siempre autocompadeciendote.-

Hoseok ni se inmutó.

-¡Haz algo joder!- gritó Yoongi - ¡¿a caso eres una puta piedra?! ¡Me das puto asco!- 

Hoseok sabía que su actitud desganada le ponía de los nervios, pero realmente no podía hacer nada más. Yoongi tenía razón solo sabía sentir pena por él mismo.

Sus cabellos fueron soltados con brutalidad haciendo que su cabeza fuera a parar al suelo, chocando fuertemente con él.
De repente su estómago se vió apateado repetidas veces.

-¡¡Reacciona joder!! ¡Haz algo!-

Yoongi golpeó la barbilla de Hoseok con la punta de su zapato haciendo que este mordiera su lengua y la hiciera sangrar, soltando un leve gemido de dolor. Pero nuevamente, sin quejarse.

Yoongi agarro de nuevo los pelos de Hoseok, está vez más fuerte. Lo miro fijamente a los ojos. Unos ojos repletos de ira contra unos ojos inertes y vacíos. Yoongi escupió bruscamente en su cara. Pero Hoseok sólo continuo callado.

-¿Con que quieres sufrir, eh puta? Pues prepárate para el mejor show de tu vida.-

Yoongi tumbo a Hoseok en el suelo  Aprovecho el agarre en su cabeza y la hecho hacia atrás dejando su cuello a la vista. Comenzó a lamer su cuello para luego morderlo fuertemente. Hoseok al sentir la humedad en su cuello comenzó a reaccionar. Con sus manos intento empujar al mayor, pero no podía, lo tenía tan agarrado de los pelos que cada movimiento suponía un sufrimiento para él.

Estocolmo »YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora