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El olor de la sangre era tan sumamente delicioso. Inundaba sus fosas nasales y recorría cada una de las partes de su cerebro. Ese olor metálico característico que le obsesionaba era sumamente placentero.
La tinta roja caía por sus piernas, formando un camino creado por la erosión de un río con el atardecer posado sobre él. 
La sangre era una hipnosis. Podría ver infinitas veces como esa chica apuñalaba su estómago, podía sentirse importante, podía sentirse realizado, pero nunca, nada, se compararía al amor que sentía hacia esa pieza de arte que se acababa de formar sobre aquel lienzo sin importancia. Al menos no la tenia hasta que la sangre lo tocó y entonces si, lo convirtió en una reliquia.

De repente, vació. Esa sensación que lo llenaba de luz y le devolvía el alma había desaparecido. Los límites de aquella habitación se volvían borrosos. Los ecos de su cabeza sonaban con más fuerza. 

Rojo. Todo rojo. No podía ver otra cosa. Estaba hundiéndose en un mar de sangre y sus propias manos lo arrastraban hasta los límites de sus capacidades. ¿Era un océano abierto o era sólo una bañera? No lo sabía, pero lo que si sabia con total y absoluta certeza era que se estaba ahogando. Su respiración comenzó a acelerarse para luego cesar.

Sus ojos se abrieron y Yoongi despertó del sueño. No era la primera vez que le pasaba, ni probablemente sería la última. No sabía de dónde venía todo eso. Quizás todo era a causa del sentimiento de culpa, que aunque no lo quisiese reconocer, a veces le inundaba. Derramar sangre inocente por placer propio al fin y al cabo tenía sus consecuencias. Los ataques de ansiedad no cesaban, pero al menos agradecía que a veces se dieran en sueños. 

Dio vueltas y vueltas en la cama hasta deshacerla por completo, y cuando ya no estuvo cómodo ni en su propia piel decidió levantarse e ir hacia el salón a ver que echaban por la tele. El insomnio le proporcionaba mucho tiempo libre, y como no tenía nada que hacer, se pasaba la noche viendo los estúpidos programas de teletienda y criticándolos en sus pensamientos. Al principio era divertido, había que admitirlo: era divertido ver cómo todas esas marujas se gastaban su dinero en aparatos inservibles que no les haría adelgazar ni un quilo y mucho menos le devolverían la pasión a su matrimonio decadente y envejecido, pero conforme la noche pasaba, siempre se volvía más insoportable, hasta el punto de acabar hecho toda una fúria. Aunque pudiera parecer lo contrario, y así lo parecía, Min Yoongi era una persona que odiaba todo tipo de injusticia. Y los timos, sin duda alguna, eran una.

La noche continuó avanzando y Yoongi continuó despierto, hasta que de repente escuchó como la puerta que daba a su patio interior lo llamaba. Bien, no lo escuchó literalmente, porque sino sería un loco, y Min Yoongi, según él, estaba perfectamente cuerdo y estable mentalmente... Según él.
Era como si la puerta lo atrajera hacia él y le gritara que la atravesara. Con unas cervezas encima y un aburrimiento increíble, obviamente, el chico no diría que no a semejante oferta.
Se acercó a la puerta y sacó las llaves de su bolsillo. Hiciera lo que hiciera, esas llaves siempre estaban con él. Abrió la puerta principal, abrió todos los candados de los pasillos y recorrió cuántos metros le faltaban hasta llegar a la habitación de su rehén. ¿Se entretendría viendo a una persona dormir? quizás. la pregunta correcta era: ¿Quería ver a esa persona dormir? la pregunta era clara, pero la respuesta estaba demasiado borrosa.
Yoongi entró en la habitación intentando hacer el menor ruido posible. No quería que Hoseok se diera cuenta de que había entrado. No le apetecía volver a verlo después de lo ocurrido. ¿Por qué fue tan estúpido? ¿Por qué le desveló esa maldita canción y los sentimientos que la acompañaban? Joder, Min Yoongi era tan imbécil...

Una vez dentro caminó todo lo sigiloso y despacio que pudo hasta llegar al lado de Hoseok. Éste yacía boca arriba y ligeramente girado hacia la derecha. Yoongi se dispuso a empezar a estudiar el rostro del chico, la verdad es que era muy fácil de aprender. Aunque realmente, no sabía si era fácil de aprender por la simpleza de sus facciones o porque le gustaba aprenderse cada uno de los pequeños detalles que se marcaban en su rostro, como ese lunar adorable sobre uno de los puentes de su labio superior o la complejidad de su nariz, la cual a pesar de ser un poco extraña, parecía bastante aceptable a los ojos de Yoongi.

Sus pupilas, inevitablemente tuvieron que cambiar de posición cuando un pequeño movimiento de mano más abajo de lo que Yoongi abarcaba a ver lo distrajo. Aunque su sorpresa fue mayor cuando escuchó un leve gemido ahogado por parte de Hoseok. 
La mano del pelinegro se movía muy lentamente sobre su entrepierna, subiendo hasta su estómago y bajando una vez más. El chico estaba muy duro, así que Yoongi lo atribuyó a un sueño húmedo. 
Era interesante, nunca había visto nada así: normalmente sus rehenes se despertaban sudando y con pesadillas, no dormían plácidamente y tenían sueños húmedos. Sin embargo, Yoongi, debía admitir que sentía cierta curiosidad por saber que era lo que tanto le ponía.

Pequeños gemidos salían de la boca de Hoseok, y para que engañarnos, se escuchaban jodidamente sexys.
De repente, algunas de las neuronas de Yoongi hicieron sinapsis como un choque de trenes. Una gran idea se le había ocurrido: Yoongi quería dormir. El sexo da sueño. Esa situación le estaba comenzando a calentar. dos más dos son cuatro y Yoongi quería tocarse viendo a Hoseok gemir en su sueño húmedo.

No lo pensó mucho cuando comenzó a desabrocharse el cinturón y a bajarse muy poco a poco los pantalones, dejándolos a la altura de sus muslos.

Un gemido, esta vez más fuerte salió de los labios de Hoseok, y Yoongi pudo notar como se le escapaba un poco de líquido preseminal a causa de la excitación. Comenzó a acariciar su entrepierna suavemente, hasta que el ritmo comenzó a hacerse demasiado tortuoso y tuvo que adentrar sus mano en sus bóxers.
Recorrió el largo de su pene con uno de su dedos mientras veía la cara sonrojada de Hoseok. Hoseok no dejaba de revolverse en su lugar y de girar su cabeza, haciendo más visible su cuello blanquecino y apetecible a la vez que respiraba agitadamente y gemía de vez en cuando.
Poco a poco el pulgar de Yoongi se acercó a su glande y comenzó a dibujar círculos sobre este. Su otra mano necesitó adentrarse dentro de aquella prendas interior también y comenzó a acariciar la parte baja de sus testículos, haciendo que su cuerpo temblara ante la sensación.
Yoongi comenzó a mover la primera mano de arriba a abajo sobre su pene, apretándolo ligeramente por momentos y haciendo que saliera un poco más de líquido preseminal. 

Yoongi estaba haciendo todo lo que podía por no gemir fuertemente y no despertar a Hoseok. Pero no lo estaba haciendo muy bien, pues muchos gemidos sonoros y jadeos descontrolados salían de los labios del mayor, que ahora estaban siendo mordidos para intentar acallar el placer que salía por su boca.

Quería aguantar más ese momento, esa sensación antes del orgasmo donde gimes alto y dices todas las maldiciones y insultos que puedes porque se siente jodidamente bien, pero en cuanto se acordó de la sensación del culo de Hoseok sobre su pene y, sobre todo, de la imagen de sus nalgas chorreando su semen, no pudo contenerse más y se corrió.

Yoongi no sabia muy bien si lo había hecho a posta o el destino lo había ayudado, pero su corrida en la cara de Hoseok quedaba malditamente bien. Yoongi no tardó ni dos segundos en sacar su teléfono móvil y hacerle una foto a ese bello durmiente lleno de semen. 

Yoongi era un cabrón, así que en vez de coger algo y limpiar la cara del bonito chico, se acercó un poco más a Hoseok y con su pulgar acercó un poco de su semen a los labios de este. Este, inconscientemente movió los labios sobre su dedo, probando sin querer la esencia de su secuestrador.

Sonriente y feliz Yoongi salió de la habitación y volvió a la cama. Realmente ese día podía agradecerle a su psique por dotarlo de un insomnio tan productivo.










Bueno, bueno... Os ha gustado? 7v7

Espero que si. Empecé muy filosófica pero se me fue la bola. Si no entendeis algo de la primera parte decidlo, tiendo a ser demasiado metafórica XD.

Y eso, que ya tocaba un rikholino.

En fin, nos vemos gente retorcida que disfruta de este fic.

Baii 🌹

Estocolmo »YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora