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El pequeño roce que mantenía sus labios unidos poco a poco fue convirtiéndose en un beso. Cada vez más profundo, cada vez más húmedo. Con sus ojos cerrados se dejaban llevar, siendo presos de sus instintos. La lengua hábil de Yoongi se coló tímida y lentamente en la boca del moreno. Realmente era una sensación nueva para él, no solo la sensación de un músculo húmedo moviéndose sobre el suyo propio, sino la sensación de ser amado. 

La mano de Yoongi seguía posada en su mejilla, mientras que la otra se movía lentamente hasta su nuca y la acariciaba. Hoseok no pudo evitar sonrojarse al darse cuenta de que el también debía mover la lengua y no sabía cómo. 
Yoongi inclinó ligeramente la cabeza de Hoseok hacia atrás, permitiéndole tener un ángulo mucho mejor para adentrarse en su boca. Yoongi sabía que Hoseok no sabía besar, pues su lengua estaba estática y sus labios apenas se movían. Yoongi dejó de besarle y depositó un casto beso sobre los labios contrarios.

-No tengas miedo, está bien ser un novato- Yoongi no se lo dijo a malas, se lo dijo en un susurro muy cerca de su boca mientras le sonreía amablemente con sus ojos afilados y gatunos.
Hoseok, ésta vez, agarró la nuca de Yoongi y colisionó sus labios. Comenzó a moverse sobre los suyos hasta que decidió pasar a la siguiente fase y ser él el que introdujera su lengua. En cuanto lo hizo ambas lenguas comenzaron a bailar a un ritmo lento pero apasionado que poco a poco aumentaba la velocidad, haciendo que salieran innumerables gemidos y jadeos de ambas bocas.  

Las manos de Yoongi acariciaban su rostro, hasta que poco a poco fueron bajando hasta llegar al abdomen de Hoseok. Hoseok mantenía ambas manos en la nuca contraria mientras que el rubio sin nada de disimulo metía sus manos en el interior de la camiseta blanca del otro y acariciaba su torso algo marcado a causa de las muchas sesiones de baile de las que Hoseok disfrutaba en la solitud de su salón y con la compañía de su ordenador. 

Hoseok se estremeció ante el tacto y no pudo evitar soltar su aliento contenido en un jadeo algo sonoro que sólo hizo que Yoongi tuviese más ganas de continuar con lo que acababa de empezar.  Sus manos se movían sobre sus abdominales a sus anchas. Poco a poco fueron subiendo hasta sus pezones, una vez llegaron ahí los acariciaron y retorcieron, haciendo que, inevitablemente, Hoseok curbara su espalda por el placer y quedara prácticamente contra el suelo con Yoongi encima suyo controlando su cuerpo.

Hoseok echó su cabeza a un lado dejando su cuello a la vista y a la merced de Yoongi, quien no dudó ni un minuto en atacarlo con besos y chupetones apresurados, deseando marcar esa piel ya no tan virgen que tanto deseaba en ese momento. 

Los gemidos de Hoseok resonaban en toda la habitación y Yoongi no podía estar más contentos de sentirlos. Gemidos reales, de placer real. Esos sonidos no hacían más que calentarle al máximo de sus posibilidades, y Hoseok no parecía quedarse atrás, pues levantó sus caderas creando una fricción deliciosa entre ambas entrepiernas que ya estaban del todo despiertas. Las caderas de Hoseok se movían de arriba abajo, Yoongi rodeó su cintura con uno de sus brazos mientras gemía y con la otra comenzó a desabrochar su pantalón. 
Yoongi bajó un poco sus pantalones dejando a la vista su ropa interior, quitó la camiseta de Hoseok y Hoseok hizo lo mismo con la del rubio, dejando a la vista su torso tatuado. Yoongi acercó su boca al abdomen del contrario y comenzó a repartir besos por todo su cuerpo: sus clavículas, sus pezones, sus abdominales, su cadera...
Cualquier lugar a la vista del mayor se convertía en su posesión más preciada. Su piel era muy suave, más que la de muchas chicas con la que había estado, y sin dudarlo, se sentía diferente, o quizás lo diferente fuera la forma en la que la tocaba.  Hoseok agarró levemente los pelos de Yoongi y por instinto le indicó que bajara un poco más el destino de sus besos. Yoongi no pudo evitar sonreïr al darse cuenta de lo que le había pedido. El rubio se incorporó un poco y se posicionó a la altura del moreno. Su cara estaba colorada, sus labios húmedos y sus ojos brillantes. Yoongi no pudo evitar sonreïr. Sonreïr de verdad, con sus dientes y encías, con sus pómulos inflados adorables: una sonrisa que hacía mucho que no desvelaba ni era provocada. Yoongi depositó un porto beso sobre los labios entreabiertos y quietos de Hoseok y rápidamente bajó todo su cuerpo hasta quedar a la altura que el menor quería.

Poco a poco y con la boca agarrando el borde de su boxer yoongi fue retirando la prenda de Hoseok dejando a la vista su entrepierna. Sus boxer se encontraba en sus muslos cuando Yoongi comenzó a lamer las caderas de Hoseok y haciendo círculos se fue aproximando peligrosamente a el pene del moreno. Hoseok estaba muy excitado. Todo eso era nuevo para él y no pudo evitar estremecerse ante el simple contacto de la boca de yoongi con su ingle, haciendo que soltara un gemido propio de una película porno. Pero en aquel momento no importaba. Se sentía demasiado bien, demasiado correcto a pesar de ser tan erróneo. Era cómo encontrar el cielo dentro del propio infierno.

La lengua de Yoongi recorrió lenta y tortuosamente toda la longitud del pene de Hoseok que, a decir verdad, no era nada pequeño, es más incluso Yoongi dudó por un momento de si todo eso le entraría en la boca. 
Continuó humedeciendo su pene cada vez más rápido, comiéndolo como su fuera una piruleta, disfrutando del presemen que salía de ella, hasta que de golpe y con un movimiento ágil posicionó la lengua sobre el glande del falo, haciendo círculos sobre éste y envolviéndolo con sus labios. 

Hoseok era todo un mar de gemidos sólo con el inicio de su primera mamada. No sabía que era posible llegar a un nivel de excitación tan alto, realmente sentía que se correría en cualquier momento, y aunque no lo quisiera admitir deseaba con toda sus fuerzas que fuera en la cara de Yoongi para verlo lleno de su semen igual que Yoongi pudo verlo a él, sería algo así como una venganza. 

Una vez introducido el glande Yoongi metió el resto del pene en su boca y continuó lamiendo de arriba abajo fuertemente mientras soltaba gemidos que mandaban descargas eléctricas al cuerpo de Hoseok.

-Agh m-me... me corro- Yoongi aumentó el ritmo con el que le chupaba la polla haciendo que el moreno agarrara sus cabellos con mucha más intensidad y en pocos segundos y con unas estocadas bien profundas se corriera dentro de su garganta a la vez que Hoseok empujaba aún más profundo su pene para llegar lo más hondo que podía. 

Yoongi se incorporó sobre Hoseok, que respiraba con dificultad y cogiendo grandes bocanadas de aire, y una vez se aseguró de que lo miraba a los ojos pasó su lengua por la comisura de sus labios limpiando los restos de semen que quedaban. Se acercó a su oreja sigilosamente y le susurró:

-Sabes genial, bebé- las mejillas de Hoseok se tiñeron y Hoseok pudo jurar que ese había sido el mejor orgasmo de su vida. Dudaba incluso que otra situación pusiera volver a calentarlo de esa manera. 
-Yoongi...- Dijo Hoseok aún con la cabeza de Yoongi pegada a la suya.- M-me me pones... quiero que me folles.-
-¿Quieres que te folle?- dijo Yoongi con una voz juguetona y algo incrédula.  
-Quiero que me folles muy duro.- pronunciaba el menor mientras se mordía los labios sensualmente.

Yoongi lamió el labio inferior de Hoseok y todo seguido lo mordió, suspirando fuertemente sobre la boca contraria. Comenzó a mover sus caderas sobre la entrepierna medio despierta de Hoseok mientras besaba su cuello de nuevo dejando más marcas y aspirando su aroma al máximo.

-Otra vez será, amor.- Yoongi se levantó del suelo y se abrochó los pantalones delante de Hoseok. 







Hello, hello my dear friends.

Pues aquí lo tenéis papus, un limón rikholino... aunque se ha quedado a medias je je, soy mala, lo sé.

Nos vemos en el siguiente capítulo, espero que os esté gustando muushoo!

Baii 🌹

Estocolmo »YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora