-Date con la cabeza contra la pared- Hoseok, casi al instante, lo hizo sin rechistar ni un poco. Ni demasiado fuerte ni demasiado flojo. La droga había hecho efecto. En otra ocasión Yoongi quizás estaría dudando cual sería su siguiente paso, pero esa no era su primera vez. Todo pasaría de una forma automática. Yoongi lo tenía todo planeado, nunca cambiaba su manera de hacer las cosas, nunca cambiaba su modu isoperandi.
Yoongi se levantó y se encaminó hacia la puerta, dispuesto a dirigirse hacia la habitación 1. Ese lugar que lo había empezado todo y que ahora solo era el sitio donde guardaba las herramientas que les hacia utilizar a sus víctimas. Él no las mataba, ellos lo hacían.
Cuando estaba a punto de salir, como era ya casi habitual Hoseok lo llamó.
-Yoongi, quédate conmigo.- Yoongi lo ignoró y siguió caminando. - ¿A caso ya no quieres que sea tu juguete?- pronunció el moreno con un puchero en sus labios.
Yoongi se paro, sin girarse.
-Ya no me entretienes.- Yoongi se giró hacia Hoseok, pero se mantuvo en su lugar.
-¿Por qué?- dijo Hoseok con un ligero tono de tristeza en su voz.
-Bah, para que molestarme en inventarme cosas misteriosas, de todos modos no voy a volver a verte. - dijo el mas pálido con un poco de sorna.- Porqué nadie se ha dado cuenta de lo que he hecho. A nadie le importa. Nadie me busca, nadie reconoce mis méritos, ¿De qué me sirves entonces?- Hoseok siguió con su mirada, ahora calmada, sobre Yoongi. - Yo no gano nada. Solo puedo soportar tus quejas. Si al menos me diviertiera torturarte...-
-¿Por qué no te divierte?- Hoseok no deshacía el puchero en sus labios.
-Porqué eres un puto sádico de mierda, joder ¿A caso no te acuerdas de lo poco que te quejabas cuando te daba descargas.- Yoongi rió levemente y volvió a girarse en dirección a la salida.
-Tienes razón, lo soy. Si no, no me hubiera tomado ese vaso de agua- Yoongi enmudeció cuando le escuchó decir aquello. -¿Qué? ¿Creías que no me iba a dar cuenta? Disimulas muy mal Min Yoongi. - En blanco de nuevo. Yoongi no decía nada. Sólo lo miraba.-En realidad... Te lo agradezco, ¿sabes? Tú me has dado la oportunidad de acabar con mi sufrimiento de verdad. Y nadie me culpará por hacerlo, porque no he sido yo. Has sido tú. Delante de la gente yo quedaré como un chico inocente que no quería acabar su vida y tú cómo un asesino prodigioso. ¿No es eso lo que quieres? Todos salimos ganando.-
Yoongi, tenía que admitir que sentía curiosidad por saber que era lo que le hacía pensar así.
-Cuéntame por qué piensas eso.- ahí estaba Yoongi dando órdenes. Órdenes que se cumplirían sin rechistar.-¿No dijiste que lo sabías todo de mí?- Yoongi le dedicó una mirada desafiante- Aishh... Chico duro. Pienso así porque la soledad me ha comido por dentro.- La sala se quedó en silencio y en ese momento, escuchando cada una de esas palabras salir de su boca, mientras su miradas seguían completamente conectadas, Yoongi se sintió infinitamente identificado con sus palabras. - No tengo a nadie. Nunca lo he tenido. Ni familia, ni amigos. Nada. Nunca nadie me ha amado. ¡Pero si tú te has llevado mi virginidad, por favor! Ni siguiera he besado a nadie. -Hoseok comenzó a reír de una manera estridente.- Asumo la culpa. No se quien me soportaría- sonrió levemente.
Yoongi no dijo nada. No quería saber más. Deseaba no haberle preguntado. En el fondo, ellos dos se parecían demasiado.
-Yo te he contado mi vida. ¿Pero que hay de la tuya?-
-Ahora vuelvo, no te muevas.- Yoongi definitivamente no quería hablar de si mismo. Desde su última visita al psicólogo no lo había vuelto a hacer y no quería volver a aquella época.
Antes de girarse Hoseok habló.
-Vale, vale. Tampoco hace falta que me lo cuentes. Pero quédate. Si no quieres hablar... Podemos hacer otras cosas. - la medio sonrisa del moreno se borró para dar paso a una insinuante.-De verdad que no te entiendo. ¿Quieres que te viole otra vez? Estas mal de la puta cabeza- dijo Yoongi algo incrédulo, pero sin irse del cuarto.
-No es violación si yo quiero.- Está vez Hoseok se mordió el labio.Se levantó del suelo y se acercó al lugar donde estaba Yoongi lentamente. El rubio estaba lo suficientemente cerca como para que Hoseok pudiera llegar a él con sus cadenas.
Apoyó sus brazos en su cuello y comenzó a acariciar la nuca contraria con sus manos.
Mientras lo hacia, Hoseok examinaba detenidamente las fracciones del rubio. Su vista se posó en sus labios y no pudo evitar morder los propios.Yoongi no podía evitar pensar que Hoseok estaba completamente ido, pero al fin y al cabo, ese sería su último día en la tierra, así que, por que no disfrutarlo. Es cierto que el que disfrutaría más no sería el moreno, pero eso a Yoongi le daba igual.
-Lámeme- Hoseok, casi al instante, llevó su boca a la clavícula contraria y comenzó a besarla y a lamerla desesperadamente. Definitivamente era como si fuese un robot incapaz de rechazar sus órdenes.
De la clavícula subió con su lengua lentamente hacia su cuello, dibujando círculos con su húmedo músculo y succionando de vez en cuando.
Las manos del rubio viajaron hasta las caderas contrarias. Fuertemente apretó el trasero de Hoseok, haciendo que se pegase más a él, empezando un vaivén de caderas que hizo gemir al menor.
-mmhm- ahogó un gemido Hoseok cuando la mano de Yoongi se introdujo en sus pantalones, delineando con delicadeza su miembro. -Me gusta que yo te guste.- A pesar de saber que Yoongi no lo amaba, si quería tener sexo con él, y eso, de alguna forma lo enorgullecía. Le hacía sentir bien.Hoseok se separó un poco de él y le dedicó una sonrisa.
Pero esta vez no era ni una medio sonrisa ni una sonrisa insinuante, sino que era una sonrisa real. Enseñando todos los dientes. Unos dientes blancos como perlas. Con oyuelos en ambas mejillas posándose suavemente. Era una sonrisa radiante. Esa sonrisa emanaba bondad. Emanaba amor.
Era como si toda la dulzura del mundo se concentrara en ese chico y el resto del planeta desapareciera.
Cualquier persona caería ante tal sonrisa, y si bien Yoongi no se había enamorado ni mucho menos, si es cierto que le había parecido una sonrisa excepcionalmente hermosa.Allí lo tenía, frente a sus narices había un hombre sin esperanzas y al borde del suicidio que le agradecía que lo drogara y lo apateara, pero que a pesar de todo le dedicaba una sonrisa sincera. Una sonrisa que tenía la intención de ser la última. Una sonrisa que nadie más vería. Esa sería la primera y la última vez que Yoongi lo viera sonreír.
De repente y sin previo aviso los ojos del mayor comenzaron a escocer. Su nariz picaba y no sabía que estaba pasando.
Una lágrima recorió su mejilla hasta chocar sonoramente contra el suelo.
Era una sonrisa demasiado pura. Se parecía a la de su madre. Ese insignificante gesto le estaba haciendo sentir emociones que no había visto desde los cinco años.Hoy no pintaré ninguna rosa sobre mi cuerpo.
Pensó Yoongi.Sin decirle nada soltó todo agarre sobre el cuerpo del menor y se fue, está vez sin girarse, por mucho que Hoseok le gritara y le dijera que acabara su sufrimiento, el no volvería.
Hoy no sería el día. Sólo por hoy, no sería un monstruo.
Cerró la puerta metálica detrás de él, y, en medio del pasillo oscuro, se dejó caer con la espalda apoyada a la pared para después tocar el suelo.
Sus manos apoyadas en sus rodillas, sus rodillas apoyadas en su pecho, miles de lágrimas resbalando por su rostro y cientos de recuerdos que, a pesar de haberlos desterrado durante años, volvían a su cabeza como una tormenta de arena.
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Estocolmo »Yoonseok
FanfictionDonde Hoseok es secuestrado por Yoongi. » Síndrome de Estocolmo: Trastorno psicólogico temporal que aparece en la persona que ha sido secuestrada y que consiste en desarrollar una relación de complicidad y fuerte vínculo afectivo con el secuestrado...