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Hoseok se secaba el pelo frente al espejo del baño. Estaba totalmente solo. Yoongi había ido a cambiarse y lo había dejado allí secándose, aunque solo con una toalla de pelo demasiado pequeña para cubrir su cuerpo.

El pelinegro veía su reflejo en el espejo. Por mucho que mirara su rostro sus ojos nunca se miraban a ellos mismos. Estaba demasiado avergonzado para mirarse a los ojos.

Cada vez que pensaba en lo sucedido sus mejillas se enrojecía, sus pupilas se reinician y su corazón se agitaba. Siempre tuvo curiosidad en saber cómo sabría el semen de alguien, pero lo que nunca esperó fue que la primera vez que lo probara estaría saboreando el suyo propio. Era algo tan vergonzoso. O eso le decía su parte racional: que era asqueroso y denigrante. Pero aunque intentará escuchar esa voz interior, la realidad en su cabeza era otra. Por mucho que lo negara no podía dejar de pensar en la cara de Yoongi llena de su semen, en sus labios rodeando su hombría, en sus ojos llenos de lujuria, sus palabras, sus caricias. Lo bien que se sintió lamer la comisura de sus labios llena de su esencia.

Hoseok necesitaba más de Min Yoongi. Ahora que había probado como se sentía ser deseado necesitaba más de esa droga tan poderosa.

Una vez hubo secado su pelo y su cuerpo mínimamente se sentó en el borde del retrete. Estaba algo cansado de tanto pensar. Necesitaba hacer algo o sus músculos se atrofiarían. La puerta frente el era blanca, y estaba bastante cuidada. El pomo parecía antiguo, pero era bonito. Hoseok, un poco tentado se levantó y se dirigió hasta ella. En un principio sólo quería verla, tocarla, hacer algo para no aburrirse en lo que llegaba Yoongi, pero en cuanto puso sus dedos sobre el pomo dorado, este se giró suavemente y permitió que se abriera un poco la puerta. El pasillo estaba oscuro, eso lo podía ver desde allí.

No se escuchaba nada, nada aparte de el sonido de las pisadas temlorosas y pecadoras de Hoseok: la tentación había podido con el. Estaba caminando con "libertad" dentro de ese sitio por primera vez, estaba explorando el pasillo el solo. Sabía que no debía, que lo que se encontraría no le gustaría. Probablemente acabaría como aquella mujer de Barba Azul tan curiosa*

Los pies del chico caminaban descalzos por el frio suelo del pasillo mientras que sus manos exploraban las paredes para ver qué podía haber allí.
Pasados unos minutos Hoseok dio con algo. A lo largo del camino se había encontrado con un par de puertas, pero todas estaban cerradas y con cadenas, pero esta vez, solo presionando ligeramente había abierto una puerta que parecía escondida. A Hoseok todo le parecía de película de misterio, más que algo real. Aunque puestos a experimentar situaciones irreales Hoseok ya había experimentado unas cuantas en el último mes.

Poco a poco la puerta se abrió. La sala estaba iluminada únicamente por unos rayos de sol que entraban por alguna rendija de las paredes. A pesar de que no se veía muy bien, Hoseok pudo diferenciar algunos objetos al final de la anotación: algunos parecían grandes mientras que otros parecían diminutos. Cuando el moreno topó con el primer artilugio la curiosidad le inundó. No sabía que era, pero se sentía extrañamente atraído. En cuanto puso sus manos sobre el instrumento uno de sus dedos se cortó con la afilada hoja que este tenía.

-¿¡Qué demonios estás haciendo aquí!?- la estridente voz de Yoongi resonó en toda la sala. Hoseok se giró repentinamente por el susto, y en cuanto lo vio detrás suyo estuvo muy seguro de una cosa: la había cagado.

El rubio se acercó unos pasos y Hoseok confirmo que la había cagado con mayúsculas. Los ojos de Yoongi estaban inyectados en sangre, sus venas estaban resaltadas y su cara denotaba un gran enfado. -Te estoy preguntando.-

L-lo siento es solo que tenía curiosid-
-Pues mira donde te ha llevado la curiosidad. ¿Contento? Porque no tú dedo ni tu pene asustado parecen estarlo.
-Yo...-
-Tu nada. Sabía que no era buena idea dejarte salir. Vámonos.- Yoongi se acercó para cogerlo del brazo y llevárselo a ese zulo que tenía como habitación.
-¡No! Espera.-
-No espera ni nada. No deberías haberte movido sin mi permiso.
-¿Para que son esas cosas?- Yoongi se paró repentinamente.
-Sabes para que son... No me hagas decírtelo.- Hoseok no se movió del sitio. Realmente quería escucharlo de su boca. -¿No has visto la sangre seca en ellos, estúpido?- Yoongi se giró para mirarlo a la cara amenazante.- O te mueves o voy a dejar de ser buena gente y volver a mi plan original.-

-Es bonita.-
-¿De que hablas?-
-De la sangre. Es.. es b-bonita.- Yoongi se quedó parado al escuchar esas palabras. Para todo el mundo la sangre era algo espantoso y horripilante, pero a él le encantaba. Desde que descubrió el poder de la tortura y el asesinato se dió cuenta que existía una nueva forma de belleza. No podía creer que alguien más la considerará bella. -Y esa cosa de allí.-Hoseok señaló un círculo metálico con pinchos en su interior bastante sucio y con trozos de algo que parecía carne podrida pegados en el- Es preciosa.-

-Vamos a la habitación.- Yoongi ignoro sus palabras y lo sacó fuera de allí. Había sido un gran error permitir que Hoseok viera todo aquello. Lo llevaría a su zulo, lo ataría de nuevo, le daria una camiseta y un pantalón, le daría un poco de comida y se iría de nuevo. Sus horas de libertad habían acabado.

Yoongi continuó por el pasillo hasta llegar a la puerta metálica. En cuanto la abrió los ojos de Hoseok se cegaron. Yoongi continuó caminando y abrió otra puerta frente a él. Hoseok no sabía dónde estaba. Su vista no podía acostumbrarse. Yoongi le indicó que subiera unas escaleras y ambos las subieron lentamente a medida que se acercaban a una habitación desconocida.

En cuanto Yoongi cerró la puerta detrás suyo el mayor empujo el pecho del contrario y lo hizo caer sobre una cama. Sus ojos comenzaban a acostumbrarse, pero creía que estaban mintiendo. No había sido encarcelado de nuevo.

Yoongi se acercó hacia Hoseok mirándole fijamente a los ojos. Sin romper esa conexión tan extraña y espiritual que parecían tener cuando se miraban entre ellos.

Yoongi agarro delicadamente el dedo de Hoseok y se lo llevó a los labios. Comenzó a lamer un poco la herida y a besar delicadamente la yema de su dedo. -Tienes razón. Es precioso.-

Olah mis señorxs!!
Como estoy en un Hotel he aprovechado para escribir un rato. Espero que os guste mucho mucho mis amores.

*Barba azul pagaba a sus esposas. A una de sus esposas le dijo que NO mirara en una habitación, pero ella lo hizo, encontrándose con los cadáveres.

En fin, muchísimas gracias por leer. Cada uno de vuestros comentarios es una estrella caída del cielo para mí. Os amo muchoooo!

Pd: os gustarían los capítulos más largos? Más cortos? O como ahora?

Baii,
Lxs amo 🌹

Baii,Lxs amo 🌹

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Estocolmo »YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora