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Yoongi se despertó en el mismo lugar en el que se quedó dormido sin previo aviso la noche anterior. Su cara se sentía inchada y sus ojos dolían. La gran cantidad de lágrimas que derramó la noche anterior fue tanta que lo dejo agotado y sin una pizca de energía.
Tenía la garganta seca. Una vez que se movió sintió todo su cuerpo doler, pues había pasado la noche en posición fetal.
Se sentó de nuevo en el suelo y pasó una mano por su cabello rubio. De repente su mirada se poso en un punto cualquiera de la pared cuando su mente recordó todo lo que pasó el día anterior.
Hacía demasiado tiempo que no recordaba quien era realmente. Hacía demasiado tiempo que no se sentía tan débil delante de nadie. Hacía mucho que no recordaba a su madre, mucho más tiempo hacía que no recordaba a su padre. Pasó una mano por su pecho, acariciando el lugar donde se encontraba la primera de las rosas que continuaban por su brazo. ¿Ni muerto me puedes dejar en paz? Pensaba. Esta vez ya no acariciaba la rosa delicadamente, sino que pasaba sus manos bruscamente por esta, como intentando borrarla. Sus manos hicieron paso a sus uñas, las que comenzaron a moverse furiosamente sobre el dibujo desgastado por los años.
Yoongi paró cuando las uñas se resistían a continuar, pues un liquido comenzaba a salir por su piel, haciendo que cada vez fuera más difícil moverse, pero haciéndolo más doloroso también. Dolor. Un dolor que se merecía. Por ser un monstruo. Uno sin sentimientos ni corazón que necesita arruinar la vida de los demás para sentirse completo.

Todo eso tenía un responsable. El responsable no era Yoongi, ni su madre. Tampoco lo era su padre. El responsable era Jung Hoseok.

Se levantó repentinamente del suelo y saco una de las tantas llaves que poseía en su llavero. La intodujo en la cerradura metálica de la puerta que anteriormente se encontraba tras su espalda y abrió con fuerza la misma, haciendo que está pegara un portazo sonoro y que el chico de cabellos negros que se encontraba allí dentro se despertara de golpe.
Hoseok levantó un poco la cabeza, pero no pudo hacer más porque de repente un cuerpo se abalanzó sobre el haciendo que volviera a tocar el suelo. Sin previo aviso el rubio comenzó a pegar puñetazos sobre la cara de el contrario. Una y otra vez. Sin descanso. Como lo hizo más de una vez. Como todo empezó.
-Yo- *puñetazo* - no- *puñetazo* -Soy- *puñetazo*- un monstruo!!- agarró el cabello contrario y lo aprovechó para golpear su cabeza contra el duro cemento.

Hoseok no pudo evitar toser por la falta de aire, y al hacerlo la sangre que salía de su boca se mezclaba con la que salía de su rostro magullado.

-Y-yo no he d-dico eso- pronunció el castaño debajo de el cuerpo contrario.

-¿Te he dicho que hables gilipollas de mierda?- Yoongi se levantó de encima suyo. -Levántate.- Le señaló con el dedo una de las paredes de la sala y Hoseok solo hizo lo que le dijo, levantándose y dirigiéndose hacia allí. -gírate.- dudoso Hoseok se giró, quedando de espaldas a Yoongi y se frente a la pared.
De repente pudo escucharse el ruido de un cinturón siendo desabrochado. El pánico volvió a inundar a Hoseok. Esta vez rezaba porque no le hiciera pasar por aquel infierno de hace una semana. Su cuerpo aún estaba impregnado por el olor de ese hombre.
-Quítate la ropa- Hoseok entró en pánico.
-N-no yo.. lo siento de verd- sus palabras fueron interrumpidas por una mano sobre su cuello.
-¡Que te calles joder!- sus dientes chirriaban y su mandíbula estaba apretada. Estaba fuera de sí.

Hoseok se quitó la camiseta lentamente cuando el mayor soltó, expectante de cuál sería su próximo movimiento. Ante el silencio de el mayor y la atenta mirada de obres negros contra su cuerpo, continuo quitándose la otra prenda que poseía, quedándose completamente desnudo ante sus ojos.

-¡¡Aahh!!-
-¡¿Por qué?!- *Latigazo*
-¡No hice nada! ¡Lo siento! ¡¡Aahh!!-
-¡¿Por que?! ¡¿Por que me haces recordar?! ¡Gilipollas de mierda! ¡Te odio, te odio, te odio!- uno, dos, tres y hasta cinco latigazos siguieron al primero.
En su espalda. En su trasero. En sus piernas. En sus brazos. El lienzo en blanco que era la piel del menor ahora se veía manchado por el odio del mayor, dejando trazos de carbón rojo a su paso. 
Rojo cómo la rábia. Rábia de un hombre hacia si mismo. Rábia pagada con sangre inocente y lágrimas de pecador.

Mientras las lágrimas caían por ambos rostros, los golpes no cesaban. Los gritos no cesaban.
-¡Ahh! ¡Por favor para! ¡Y-yoon Yoongi!-. Yoongi se separó revolviéndose su pelo. Se acercó al centro de la sala y gritó. Soltando una vez más todas sus frustraciones.

-¿Por que haces esto?- pronunció un Hoseok con la voz entrecortada por las lágrimas.
-¡Que te calles!-
-¡No! No me voy a callar. He soportado que me pegues, que me tortures. He soportado que me violes. Todo sin ningún motivo. Si me quieres seguir pegando está bien, pero solo quiero una explicación.-
-¡No te debo nada bastardo de mierda! No tengo porqué contarte absolutamente nada.- Yoongi se giró de nuevo, quedándose se nuevo de espaldas a él y continuando derramando lágrimas. Lágrimas que habían estado encerradas durante años. Yoongi se sentó en el suelo. Puso las rodillas contra su pecho y comenzó a llorar descontroladamente con la cabeza hundida entre ellas.

-N-No soy un monstruo.- Yoongi a penas podía pronunciar palabras, pero en un susurro entrecortado consiguió hablar. -No lo soy- se sorbía las lágrimas. -Debía hacerlo, el fue malo..- Hoseok no podía comprender las palabras de Yoongi. Las escuchaba, pero no tenían ningún sentido. Él no le había hecho nada a Yoongi. ¿De quien estaba hablando?.

Pasaron varios minutos en los que lo único que interrumpía el silencio de la sala eran los gemidos lastimeros del mayor.
Hoseok se vistió de nuevo antes de que el contrario lo viera.
De repente, ante sus ojos se presentaba una oportunidad de oro: podría pillarle desprevenido y golpearlo por la espalda. Encontrar las llaves y salir de aquel nido de ratas. Sería libre de nuevo.

Al parecer Jung Hoseok era un estúpido descerebrado. Un estúpido descerebrado demasiado empático. Hoseok se acercó lentamente a Yoongi. Cuando estuvo lo suficientemente cerca se arrodilló detrás de él y antes de que este se pudiera girar, el castaño lo abrazo por detrás, envolviendo su pecho con sus brazos y reposando la cabeza en su espalda.

-Y-yo..- Hoseok decidió comenzar a hablar. Lentamente. Casi en un susurro.- Lo siento. No se lo que te ha pasado, ni porque eres así..- Yoongi no decía nada.- pero no llores por favor.- Hoseok intensificó el abrazo.

El tiempo se había parado para Yoongi. Hacía tanto tiempo que nadie le abrazaba. Hacía tanto tiempo que no sentía el calor humano sin tener que pagar por él o tener que forzarlo. ¿A caso alguna vez lo tuvo? Tal vez era la primera vez que Yoongi recibía algo de compasión en toda su vida. Ni cuando era un infante. Ni cuando era un adolescente. Mucho menos ahora que era un adulto.

-¿Por que haces esto?- Yoongi necesitaba entenderlo.
-Porque no me gusta ver llorar a nadie.- tan simple como eso. Hoseok tenía un alma demasiado pura y bondadosa.

Yoongi se giró lentamente. Quitando los brazos que se encontraban sobre su pecho y encontrándose con el rostro de él menor. Yoongi no pudo evitar observar los obres negros que lo observaban. Lo observaban con ternura y comprensión. Como si nada hubiera pasado. Como si hace unos momentos no lo estuviera torturando. Como si se conocieran por primera vez.

-Llorar no es de cobardes.- Hoseok susurro contra los labios de el mayor, ya que sus rostros se encontraban a una distancia peligrosamente estrecha.
El castaño vio la necesidad de dedicarle una sonrisa, a pesar de que no se la mereciera, y cuando lo hizo, Yoongi no pudo aguantar más. Inmediatamente se lanzó a los brazos de Hoseok, uniéndose en un abrazo desesperado y tembloroso a causa de las lágrimas y las respiraciones agitadas. Los brazos de Hoseok se sentían tan bien. Sus palabras lo hacían sentir tan bien. Su sonrisa era tan pura. Parecían los brazos de una madre.
Hoseok, aunque le resultó algo extraña la situación se dejó llevar, y sin pensarlo comenzó a acariciar el pelo y la nuca de el mayor, haciéndole entender que estaba bien llorar.









Bueno gente, esto no se ha acabado ni mucho menos, aún queda mucho.
A partir de aquí la historia va a comenzar a ponerse salseante ..
(~ ̄▽ ̄)~

Perdón si ha quedado un poco corto (?) Realmente no me gusta mucho como ha quedado pero bueh...
Por cierto, muchas gracias por las 1K lecturas!! De verdad que os lo agradezco mucho, este fic significa mucho para mí y me siento demasiado emocionada por que le guste a alguien!!

En fin, nos leemos 🌹
Baii ❤

Estocolmo »YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora