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Hoseok no podía parar de reír. Las endorfinas corrían como locas por su cuerpo e inundaban sus sentidos.

El frío bajo su cuerpo, la brisa matutina sobre su rostro y sus cabellos, y la luz tenue y rosada que envolvía su vista hacia de ese momento algo extremadamente liberador. Bien, quizás solo fuera liberador por el hecho de salir de ese espacio reducido en el que había estado viviendo desde hacía algunos días, pero, desde luego que la oxitocina que recorria sus venas no decía lo mismo.

Era una bella imagen aquel lago iluminado per el madrugar, pero más bello era aún el rostro petrificado y sereno del chico frente a sus ojos.
Yoongi era definitivamente hermoso: sus delicadas facciones que se extendían por todo su cuerpo, sus ojos gatunos que lo miraban con ternura, sus manos realmente masculinas que amenazaban con acercarse hasta su cuerpo y envolverlo en sus brazos, para apresarlo junto su pecho.

La mirada de Yoongi sobre su cuerpo le daba una sensación de seguridad absoluta. No podía evitar sentir una confianza plena en su persona.

No sabía porque, pero desde hacia un tiempo, había olvidado todo lo que había pasado. No recordaba el dolor de el cinturón del rubio contra su piel. El dolor en sus uñas de lo que le hizo el primer día había desaparecido, incluso podía recordar haber sentido pinceladas de compasión por su parte.  Desde luego que Yoongi's no había sido malo con él, incluso... Había sido bueno. Sabiendo que nadie le quería el le beso, le acarició, y le dió cariño. Le descubrió una canción maravillosa y le abrazó en una noche fría. Incluso le dijo palabras hermosas. Yoongi le había dado muchas cosas buenas, y aunque su subconsciente le dijera lo contrario, por qué debería enfadarse con él? Debería agradecérselo y amarlo como nunca lo había hecho. Si. Estaba decidido. No se iría del lado de Yoongi. Estaba en deuda con él.

Le encantaba la sensación del aire fresco y limpio entrando en sus pulmones, pero sabía que existía algo mejor, a pesar de saberlo desde hace poco: los labios de Yoongi.

Aún con la mirada del mayor encima suyo, Hoseok de inclinó levemente en su dirección y plantó un vasto beso sobre sus labios para después sonreír en ellos mientras Yoongi besaba tiernamente su puchero de felicidad.

En su mente Hoseok solo quería decir Te Quiero. Pero no estaba tan loco como para decírselo tan pronto. Aunque quizá si hubiese sabido que Yoongi se lo estaba diciendo continuamente en su mente se hubiera atrevido a decírselo.

Bueh, no estoy contenta con esto pero da igual. A partir de ahora ya puedo desenvolupar bien la hostia así que yayy!

(Para aclarar las cosas he hecho estos dos capítulos para que se vea que ahora ninguno de los dos tiene dudas y que los dos están profundamente sumidos en el síndrome de Estocolmo)

No me matéis mucho, sé que este capítulo es un truño como yo de grande pero bueno, al menos es un truño purpurinoso.

Os amo mushhoo,
Bai 🌹

Estocolmo »YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora