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Un balde de agua fría lo despertó.

Sintió unas manos posarse sobre sus tobillos para posteriormente desatar los grilletes que llevaba.
Igual que pasó con las de sus tobillos, las ataduras de sus manos también se vieron eliminadas.
Estaba libre.

De haber tenido algo de energía habría intentado luchar, pero llevaba dos días sin comer y estaba demasiado débil.

El chico recién bautizado para Hoseok como Yoongi le agarró la mandíbula y abrió su boca.
Ante la atenta mirada de Hoseok, el chico le alcanzó un muslo de pollo a la boca y le indico que comiera. La podría rechazar, pues no sabía que le había puesto a la comida, pero el hambre se apoderó de él y decidió dejar a un lado su conciencia.
También le trajo un poco de agua para que no muriera de sed.

Cuando acabo de comer, Yoongi le puso unas esposas para que no intentará nada y lo levantó del suelo.

Lo agarro de uno de los brazos y comenzó a caminar, guiando a Hoseok hacia donde el quisiese.

Llegaron a la puerta de la oscura habitación, que no había sido cerrada, y salieron de allí. La habitación daba a un pasillo muy oscuro. El suelo bajo sus pies no se sentía especialmente sucio, al contrario que el de la otra habitación. Parecía parqué, cosa que le hizo pensar que el lugar en el que se encontraba no era más que una casa.

Caminaron poco rato por el pasillo, pues enseguida se adentraron a otro cuarto. Era un baño. Uno normal y corriente. Si bien no estaba demasiado limpio o colorido, tampoco se veía sombrío o mohoso.

Una vez allí Yoongi, sin desatar el agarre que tenía sobre Hoseok abrió la llave del grifo de la bañera.

-Entra.-

El rubio se estaba portando bien con él, así que decidió hacerle caso.

Una vez se metió dentro sintió como sus extremidades volvían en si. Sus pies se habían quedado helados después de dos días tocando el frío suelo, y lo mismo pasaba con el resto de su cuerpo, volvían a la vida.

Yoongi cogió una esponja y un poco de jabón y comenzó a limpiar el cuerpo contrario. Todo en pleno silencio. El agua que pasaba por su cuerpo caía de una tonalidad grisácea a causa de la suciedad, mas no transparente.

Mientras Yoongi lo enjabonaba el agua caliente caía sobre la cabeza de Hoseok, haciendo que su mente se nublara por completo.

No podía pensar en nada. Sólo podía sentir el agua, como si está pudiera borrar su dolor, como si el tiempo se hubiera parado.

De repente dejo de sentir una esponja sobre su cuerpo para sentir unas manos enredadas en su cabello.
Se sentían bien.

-Sal- pronunció el de voz grave.
El moreno se levantó con dificultad a causa de las esposas y el dolor en sus dedos y salió de la bañera.

Yoongi agarro una toalla y comenzó a secar todo su cuerpo, desde sus piernas hasta su cuello pasando por su espalda y abdomen. Cuando tu o terminado le quitó las esposas y las substituyó con sus propias manos para posteriormente ponerle una camiseta blanca de manga corta bastante holgada. Le volvió a colocar las esposas y le puso un pantalón largo negro de chándal también bastante amplio. Ni siquiera se molestó en ponerle unos boxers.

Una vez arreglado lo llevo a "su habitación". Lo sentó en el suelo y le puso un solo grillete en uno de los tobillos, dejándole bastante movilidad.
Podía levantarse, podía caminar, podía tumbarse en varias posiciones, todas dentro de el área que la cadena le permitía.

Yoongi se sentó frente a Hoseok con las piernas cruzadas y al ver que el contrario miraba al suelo agarro su barbilla y lo obligó a mirarlo a los ojos.

Estuvieron así varios minutos. Analizandose con la mirada. Intentando descifrar lo que querían decir los ojos contrarios hasta que el rubio hablo.

-Me llamo Min Yoongi, como ya te he dicho. Tengo 25 años y soy de Daegu. Me gusta jugar a baloncesto, el rap y..--
-Secuestras personas- lo interrumpió Hoseok.
-No, y dormir. Yo me he presentado, ahora te toca a tí.-
-No me presentaré. ¿Por qué debería hacerlo?-
-¿Ya empezamos? Mira chico, yo estoy siendo amable contigo, me he presentado, ¿no podrías hacer lo mismo?-
-Que te hayas presentado no es un acto de amabilidad, es un acto de superioridad y egocentrismo.-
-¿Eres filósofo o que?-
-Si me has dicho tantos datos personales de ti es porque sabes que no van a ser revelados, principalmente, a la policía. Sabes que no van a ser revelados porque no vas a dejarme con vida.-
El mayor de los dos sonrió.
-Vaya vaya, parece que eres un chico listo. Nadie me había dicho algo así, tengo que admitirlo.-

El silencio se hizo de nuevo.
-¿Por qué quieres morir Jung Hoseok?-

-¿Cómo sabes mi nombre entero?- preguntó el castaño con el ceño fruncido.

-¿En serio me crees tan idiota como para secuestrar a alguien sin investigarlo antes? Si no me quieres decir nada de ti no ha e falta que me lo digas. Ya lo sé todo de tí. Y por cierto, no es de buena educación responder a una pregunta con otra pregunta.-

-¿A caso me estás poniendo a prueba o algo?-

Yoongi no respondió solo siguió mirándolo fijamente a los ojos.

-Eres idiota, ¿lo sabías?- rompió el silencio Yoongi. -Te desato y no intentas escapar. Se que estas débil y todo eso pero vamos... ¿Ni un intento?- definitivamente aquel chico se estaba burlando de él.

Hoseok no hablaba. Sólo observaba sus ojos, intentando intimidarlo, cosa que no consiguió.

-Vaya, parece que al final no vas a ser un juguete tan divertido. Te rindes muy fácil Hoseokie. ¿Tanto te autocompadeces de ti mismo?-
Hoseok odiaba esa palabra. Odiaba ese sentimiento. Odiaba autocompadecerse. Cuando escucho eso venir de sus labios le cogió rápidamente del cuello de su camisa.

-Yo no me autocompadezco- sacó la voz más grave y firme que tenía.
Yoongi apartó la mano de el cuello de su camisa tranquilamente y con una sonrisa en los labios.

-Sabes, ayer me divertiste mucho.- pronunció el mayor después de varios segundos.

-Ya se, te gusta ver el sufrimiento de los demás como buen psicópata que eres.-
-La verdad es que si, pero ambos sabemos que no sufrías de verdad. Sólo gritabas por el dolor físico.- Hoseok trago duramente. Realmente ese tipo era bueno analizado. - lo que me hizo más gracia fue el descubrimiento de tu punto débil.
A todo el mundo le asusta el dolor, pero a ti..- río- ¡a ti te asusta el amor- río escandalosamente.

Hoseok apartó la mirada.
-Encima te avergüenzas.- Hoseok solo podía mirar al suelo. Toda la valentía que había demostrado se esfumó en un abrir y cerrar de ojos.- como tú bien has dicho me gusta ver sufrir a la gente, así que pórtate bien si no quieres que yo me porte mal. - Yoongi se acercó más a Hoseok y le guiñó un ojo. Hoseok no pudo más y soltó toda su rabia. Le escupió en la cara.

-Eso es.. se un buen juguete.- pronunció juguetón.
-Nunca.-

Yoongi se acercó lentamente a su oreja y susurró.

-¿Por qué no quieres que te toque? ¿A caso te gusta?-

Hoseok apartó rápidamente a Yoongi con sus manos empujándolo.

-Chaval... Tienes suerte de que esté de buen humor hoy, sino ya te habrías quedado con dos costillas menos.

El rubio se levantó y salió de la sala.

-Nos vemos luego juguetito.- pronunció antes de salir totalmente de la habitación.

No sabía cuándo sería ese luego, pero esperaba que fuera dentro que el máximo tiempo posible.



Estocolmo »YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora