Alya

XVII

"El día era oscuro, todo por culpa de las miles de nubes que cubrían el sol impiendole a sus rayos acariciar la tierra, pero bueno, no importaba si estaba iluminado o oscuro, de todas maneras las cosas no cambiarían, ella estaría sola sin importar nada.

Todos los niños jugaban alegres por el parque junto a sus amigos y juguetes, todos menos ella, pues ella no tenía amigos... Solo tenía a sus juguetes... Y no era como si ella no quisiera tener amigos ¡Claro que los quería tener! ¿Quien no? Todo era mas divertido si estabas acompañado, pero nadie quería jugar con ella ¿La razón? No la sabía, ella era amable con todos, compartía sus cosas y sonreía siempre como su papá le había dicho que una buena niña hacía, pero siempre pasaba lo mismo, un día todos la querían, y al otro e olvidaban de ella ¿Porque? ¿Porque nadie podía recordarla? ¿Porque nadie podía quererla?

Un día hizo un amigo, un chico que era igual que ella... Un chico bueno que siempre estaba solo, nadie se acercaba a él porque le temían a su padre, pero a ella no le importaba, ella solo quería tener un amigo, así que felizmente se acerco a él y entablo una amistad que duro semanas hasta que el padre de este le prohibió volver a ese parque... Y así ella volvió a estar sola.

El tiempo continuo pasando, y las cosas no querían cambiar... O bueno, cambiaron un poco, pero no para bien, ahora se burlaban de ella ¿Por? No lo sabía... Quizás era por sus amados vestidos de princesa que siempre usaba para ir a todas partes, pero ella no le veía el problema, le parecían hermosos y también creía que no debería haber problemas por ser tan femenina ¿Cierto?

Ya estaba harta, quería morirse de una vez por todas, ella estaba cansada de todo, de su vida y del mundo en general... Pero entonces la conoció a ella, y se hicieron amigas, y no permanecieron juntas prometiéndose muchas cosas, entre ellas, que nunca se separarían.

- No llores ¿Si? Yo me quedare contigo.

- Me siento ridícula.

- No digas eso, estas hermosa.

- ¿Enserio?

- Pareces una linda princesa.

- Pero ellas son tontas.

- No lo son.

- ... Son débiles, siempre necesitan de alguien que las cuide.

- Yo puedo cuidarte si quieres.

- ¿Como un príncipe?

- ¡Si!

- Dices cosas raras Sabrina.

- Habló enserio Chloe, yo voy a cuidar de ti siempre.

- ...

- Es una promesa".

Los recuerdos la perseguían muy a menudo, sobre todo cuando era Queen Bee, como en ese momento que sobrevolaba la zona por donde vivía Sabrina... Y como siempre terminaba depresiva y con ganas de tirarse de un edificio, porque técnicamente hablando estaba sola, pero luego solo debía mirar hacía la derecha para ver a la única persona que nunca se había olvidado de ella y siempre la ha atesorado como al ser mas maravilloso del universo... Y es que si las cosas quizás si habían cambiado, porque ahora ella quería ser ese príncipe que protegiera a capa y espada a la princesa... Ahora sería ella quien cuidara de Sabrina... y es que... ¿Porque otra razón había aceptado ser Queen Bee? Solo por ella, para cuidarla a ella, porque el resto del mundo podía irse al carajo siempre y cuando ella estuviera a salvo.