Las Cadenas que nos Unen

Pesadilla

    Draco manejaba de manera lenta y cuidadosa por las calles de Londres, hace cuarenta y cinco minutos habían tomado detenido a Harry, había abrazado a la chica para darle su apoyo y había recibido indicaciones de la detective que llevaba el caso. Hermione se había acurrucado en el coche del rubio y este tenía una perfecta vista de su espalda y de como el vestido se apretaba a su trasero. En una luz roja el rubio la miro y noto las lágrimas secas que se encontraban en la mejilla de la chica, así que apoyó una mano en la cadera de la chica para reconfortar la.

- llamaré a un buen abogado para que saqué a Harry de la cárcel,  no puedo entender toda ésta estupidez-.

- Harry jamás sería capaz de asesinar a alguien y menos a Cedric-dijo la chica para luego cerrar unos minutos los ojos . Ésta no podía creer que solo en cinco minutos la noche se fuera de sus manos, se suponía que debería estar con Harry ahora y no yendo a una comisaría con Draco.

- lo sé muy bien, Hermione-le dijo Draco mientras volvía a conducir por la calle.-Lo conozco más tiempo que tú y se que no es capaz de hacerlo, solo debemos escuchar las pruebas que culpan a Harry-.

     Pocos minutos después, Hermione y Draco esperaban a la detective Robbinson en su oficina, la mujer estaba terminando de armar el papeleo cuando ellos recién habían llegado.

- siento que su noche se haya arruinado, señorita Riddle-le dijo Robbinson mientras entraba a su oficina.-Pero a veces las cosas son así y no se pueden evitar-.

- Harry no le hizo nada a Cedric y cualquier cosa que usted diga es netamente falso- exclamó Hermione con convicción,  segura de lo que decía y sin titubear.

- puede que usted crea eso , señorita Riddle. Pero las pruebas dicen lo contrario-la mujer abrió la carpeta en la que se veían diferentes fotografías del coche ensangrentado y algunas hojas de notas. - Cuando analizamos la chaqueta que se encontraba dentro del coche del señor Diggory, nos encontramos con huellas del señor Potter y algunos cabellos de él-.

- tuvieron una discusión , es normal que hayan quedado algo de Harry en Cedric-le re batió Hermione , mientras intentaba que las lágrimas no cayeran de sus ojos.

- lo sé, mi compañero se dio el permiso de revisar las grabaciones de su empresa y ver que el señor Potter amenaza a Diggory unas tres veces-la mujer la miró fijamente. -No sabemos donde se encuentra el señor Diggory, pero por la sangre que hayamos en su coche, es bastante probable que el hombre este muerto o agonizando-.

- esas no son pruebas suficientes para poner a Harry tras las rejas-casi le grita Hermione, estaba furiosa que culpabilizaran a alguien que era inocente.

- quizás para usted no, pero para mi y mi departamento lo son-la mujer se levantó y caminó hacia la puerta. -El señor Potter pasará la noche con nosotros, tienen cinco minutos para desearle buenas noches-.

    Lo habían revisado,  le habían quitado su móvil,  su billetera y el anillo de compromiso junto con los cordones y su cinturón.  Se sentía un miserable y lo peor era que no había hecho nada malo. Lo metieron a una celda en donde había un viejo catre con solo una frazada y en una esquina un videt diciendo adiós a la privacidad.

- maldito Diggory- pensó Harry mientras apoyaba su frente en uno de los barrotes. -¿Acaso no podías ir te en silencio y no causar mas daño?, te perdono que hayas cuidado de Jamie, pero esto no te lo pienso perdonar nunca- .

   El sonido de una reja abriéndose lo hizo despabilarse y al levantar la mirada se encontró con Hermione corriendo hacia él, cuando llego a su lado, la chica beso las manos del moreno que se aferraban a los barrotes que los separaban.