Las cosas con ____ iban cada vez mejor, y ahora ya se nos estaba haciendo costumbre dormir juntos, ya que de vez en cuando ella seguía con sus pesadillas, mientras que a mi realmente me gustaba tenerla a mi lado durante la noche, pero lo que más me gustaba era despertar antes que ella y quedarme allí, tranquilo, abrazándola mientras disfrutaba verla dormir. Y es que se ve tan tranquila, tan relajada, como si su pasado realmente ya no la atormentara; pero aunque ella me dijera que eso ya era historia, podía notar que seguía preocupándose por muchas cosas, lo veía en su mirada opaca y temerosa cuando llegaba a mi habitación pidiéndome un abrazo después de una pesadilla, se notaba en su rostro cuando parecía estar perdida en sus pensamientos y su ceño comenzaba a fruncirse levemente, a lo que le seguía un gesto que en ella se veía sumamente tierno… arrugar la nariz; normalmente en ese punto es cuando la hacía volver a la realidad, y es que no quiero arriesgarme a que vuelva a caer en los miedos e inseguridades que ya la acecharon una vez.
Para asegurarme de que eso no pasara estaba haciendo todo lo posible por hacer su día a día totalmente alegre, quería que ella fuera feliz, que ella disfrutara la vida, que volviera a encantarse con la vida para que el pensamiento de dañarse a si misma no volviera a aparecer ni por casualidad por su cabeza.
Pero ahora estábamos camino al hospital y no precisamente por algo que le haya ocurrido a ella, sino porque debía seguir con mi tratamiento si quería volver a andar en mis propios pies, sé que lo lograré, solo debo seguir esforzándome, aunque con ____ a mi lado, tengo por seguro que lo haré. Quizá no hoy ni mañana, pero sí algún día, y con eso me basta y me sobra.
— Relájate, o necesitaré también ir a tratamiento para volver a sentir mi mano -le dije de pronto a ____, debido a que me agarre estaba siendo demasiado fuerte.
— Lo siento -respondió con una risa nerviosa, volviendo su agarre más suave y normal-, ni siquiera sé por qué estoy nerviosa.
— Tranquilizate y simplemente no te hagas grandes expectativas, es solo un control más, no es como que hoy se decidiera si camino o no.
____ se limitó a asentir mientras soltaba lentamente el aire que había estado conteniendo desde que había dicho su última palabra.
El resto del camino fue bastante tranquilo para decir verdad, no había mucho que relatar sobre aquello, pero lo interesante comenzó en cuanto llegamos al hospital y me hicieron pasar a la sección de kinesiología; allí lo primero que hicieron fue recostarme en una camilla en la cual me conectaron unos cables a las piernas que me daban unos pequeños golpes de corrientes para luego taparlos con papel y colocar gel en frío sobre ellos. Así me tuvieron unos 20 minutos en los que me mantuve entretenido gracias a la compañía de mi pequeño ángel. Aunque no podía decir que este tiempo era una pérdida de tiempo ya que si bien en cuanto comencé el tratamiento pensé de esa manera ahora cambié de opinión por completo ya que he notado que realmente aquello ayuda a recuperar la sensibilidad de los músculos, en un principio yo solo veía que colocaban unos cables y me dejaban allí tirado, ahora ya puedo sentir un suave -bastante suave para ser sincero- cosquilleo provenir de ellos y es que ya había recuperado un poco la sensibilidad de mis extremidades, lo que era un gran avance considerando que al despertar de mi accidente para mí era como que me hubieran cortado las piernas y no tuviera nada de la cintura para abajo, a excepción de mi pequeño -o quizá no tan pequeño- amigo, pero claro… no es necesario hablar de aquello.
Para los ejercicios se comenzó con lo cotidiano, en donde la Kinesióloga comenzaba mover mis piernas, flexionándolas y estirándolas, de esta manera realizó unos ejercicios por un par de minutos cada una para luego anunciarme algo que no me esperaba.
— De acuerdo, ahora vamos a la caminadora -dijo sonriendome amigablemente tanto a mi como a ____.
— ¿Qué? -dije con una mezcla de confusión y asombro.
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~ Rehab
FanfictionDijeron que todo estaría bien, pero las palabras se las lleva el viento y es hora de demostrar las cosas con acciones. Llegó el momento de esforzarse para comenzar a salir adelante, pero por sobre todas las cosas, es tiempo de dejar todos los miedo...