Capítulo 7

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  • Dedicado a Valery Sepulveda
                                    

Desperté lentamente gracias a los golpes en mi puerta que llevaba resonando un buen rato, pero solo quería hacer oídos sordos y seguir envuelta en las redes de tranquilidad que me proporcionaba momentáneamente el sueño.

— Cariño ¿estás bien? Vamos, no me hagas asustarme.

— ¡¡Mmmhhh!! -medio gemí para que dejara de molestar.

— Eso es un estoy bien o un entra rápido que estoy muriendo -preguntó entre risas, aunque de todos modos podía notar algo de preocupación en su voz.

— Es un ¡largo! quiero dormir -respondí dándome por vencida a la vez que me sentaba en la cama.

Fue en ese preciso instante en que noté que tenía los dedos algo extraños, los sentía muy rígidos.

— ¡Mierda! -grité asustada al ver mis dedos y uñas completamente encostradas con sangre seca.

Otro golpe en la puerta— ¿Qué pasó? ____ abre la puerta -dijo Justin antes de golpear nuevamente.

Mi vista seguía concentrada en mis manos, pero pronto se comenzó a mover a lo largo de mis brazos que estaban llenas de arañasos y restos de sangre, no había forma de que lograra ocultar esto a Justin.

— Maldición, maldición, maldición -comencé a susurrar mientras me levantaba rápidamente y me colocaba mis pulseras y una muñequera.

— Basta de maldecir y abre la puerta, me estas asustando.

— Si, ya voy, solo dame un segundo -dije a la vez que me daba cuenta de que estaba atrapada.

— ¿Qué diablos te pasó? -fue lo que dijo en el instante en que abrí la puerta y obviamente notó mis brazos y manos-, maldición ____ ¿qué hiciste?

— No hice nada, yo solo… no lo sé… recuerdo que tenía una picazón con ardor horrible y solo me rasque y rasque y ya luego me que quedé dormida, te juro que no quería hacer esto -intenté explicar con media verdad y media mentira; quizá yo no tenía picazón para comenzar con esto, pero definitivamente no quería hacer esto… ¿o si?-, acabo de despertar y, y… -comencé a ponerme nerviosa nuevamente y antes de que pudiera notarlo ya me estaba rascando los brazos nuevamente.

— ¡Hey! ¡Para! ¡Para! -dijo Justin tomando mis manos para alejarlas de mis brazos, jalo suavemente de ellos para posicionarme en su regazo y abrazarme-, te creo… tranquila. Aunque quizá más que una picazón pueden ser los nervios o la ansiedad -no respondí nada y escondí mi cabeza en su cuello y me abracé a él-. De acuerdo basta de rascarse y vamos a limpiarte eso, de seguro que se ve peor de lo que es -intentó tranquilizarme.

— De acuerdo -susurré antes de ponerme de pie.

— No, no, quédate allí -me detuvo-, puedo manejar esta cosa contigo así.

— Como quieras -solté entre risas hundiendo un poco más mi cabeza en su cuello.

— Uh, pero mejor no te muevas tanto o me distraeras y quizá cambie el rumbo.

— Tonto -dije con una sonrisa antes de dejar un suave beso en su cuello y alejarme lentamente respirando en ese mismo espacio-, lo mejor es que no te distraigas -dije mientras él soltaba un suave gemido deteniéndose y llevando su mirada al techo con ojos cerrados.

— Entonces portate bien.

Llegamos al baño y me hizo sentarme sobre el WC, después de lo que tomó una toalla y la humedeció antes de comenzar a pasarla sobre mis brazos suavemente para luego tomar el botiquin que hay en el baño y sacar de él algunas cosas para desinfectar aquellos rasponer y heridas que me había provocado…

~ RehabDonde viven las historias. Descúbrelo ahora