~ Rehab

Capítulo 8

— Dime algo -dijo Justin, al parecer sin notar que se encontraba perfectamente erguido, peor aún… avanzó unos pasos como si fuera lo más normal, apoyando su peso sobre sus piernas de manera perfecta, como si realmente fuera algo que tuviera controlado al 100%, pero yo no puedo decir nada, estoy completamente shockeada, impactada, sin palabras… ¿Cómo diablos puede alguien explicar lo que está pasando ahora? ¿Cómo puede alguien reaccionar a esto?

 

Mi vista divaga entre su rostro, sus piernas y la silla, para volver a repetir el camino mientras mi mano libre se encuentra cubriendo mi boca, quiero poder recuperar mi voz y preguntarle qué diablos significa eso, pero es como si al igual que Ariel yo hubiera sido engañada por esa bruja pulpo y hubiera entregado mi voz a cambio de piernas… Aunque quizá eso sería algo posible, mi voz a cambio de que Justin volviera a caminar… creo que crearé una teoría de que “La sirenita” esta basado en hechos reales y entonces la publicaré y ganaré mucho dinero.

 

*¡Alto! ¡Concentrate! -me dice una voz en mi cabeza.

 

Al cabo de lo que me parece una eternidad Justin parece darse cuenta de que está de pie y su rostro se vuelve todo un poema, después de lo que se tira de golpe de nuevo a la silla.

 

— N-no… no es lo que parece -son las primeras palabras que salen de su boca.

— ¿Ah no? ¿Y entonces que es? Porque te juro que esto parece ser un maldito y jodido milagro

— ¿Alabado sea el señor? -dijo con una mueca en el rostro.

— Eres un estúpido -dije esquivandolo como fuera posible para salir de aquel lugar.

 

Iba a mitad de camino por el pasillo hacia mi habitación cuando siento una fuerza que no me deja seguir avanzando.

 

— No, ____, espera -sentí como su mano agarraba mi muñeca.

— ¿Para qué quieres que…? -comencé a preguntar cuando vi que nuevamente se encontraba de pie frente a mi.

— Para explicarte.

— ¿Explicarme qué? ¿Que no podías caminar pero de pronto fuiste iluminado y lograste ponerte de pie e incluso lograste volver a correr tras de mi? ¿Ah? O quizá me vas a explicar que me has mentido todo este tiempo ¿es eso?

— ¡No! ¡No es eso!

— ¿¡Entonces qué!? ¡¿Me vás a decir que no me mentiste?!

— ¡No! Bueno, si… pero no es como tu crees.

— ¿No es como tu crees? ¿Me vas a decir que no me mentiste diciéndome que seguías sin poder caminar para que estuviera a tu lado?

— Bueno sí… algo así… aunque si lo dices de esa manera suena como si fuera algo malo.

— De la forma en que lo digas suena como si fuera algo malo… porque oh, adivina ¡Es algo malo!

— No, escucha… He vuelto a caminar, pero no te lo quise contar, lo oculte por casi un mes pero todo fue po…

— ¡UN MES! -exclamé ya sin saber que más decir. Solté un suspiro y sequé las lágrimas que llevaban un buen rato cayendo por mi rostro- ¡aún sabiendo como yo me sentía, me lo ocultaste por un mes!

— Bueno quizá así también suena mal.

— No me importa como suene, eres un estúpido Bieber -me solté de su agarre y corrí a encerrarme a mi habitación.