Capítulo 20

983 86 11
                                    

— No sé ustedes, pero yo quedé con ganas de ir por un Starbucks -reclamó Mily riendo-, quizá podamos ir mañana.

— Quizá… ¿Hasta cuando te quedas? -pregunté a Justin.

— ¿Ya me quieres echar? -preguntó riendo- El que esté acá no quiere decir que debas pasar todo tu tiempo conmigo.

— No idiota -respondí entre risas-, y eso lo sé, pero también sé que no estarás mucho tiempo acá porque tienes una gira que continuar y solo quiero aprovechar mi tiempo contigo.

— Que adorable -dijo Eli en el asiento trasero.

— Cómo sacado de una película -se burló Sacha.

— Cayad, envidiosas, todo porque ustedes no tienen con quien decirse frases cursis.

— Ooooh, golpe bajo para tus mejores amigas, eso no se hace -se quejó Eli.

— Me quedaré tres días, fue lo máximo que conseguí por el momento.

— Eso suena genial, para disfrutar un buen fin de semana.

— Bueno, podemos esperar hasta el lunes por un buen café -soltó Mily recostándose en su puesto.

— Como sea, ustedes no tienen porque apartarse, podemos ir de todos modos luego -dijo Justin.

— No gracias, no queremos hacer un mal tercio… o quinteto.

— No lo harán, créanme.

— ¿Qué quieres decir con eso? -pregunté confundida.

— Ya lo verás.

— ¡Detesto que me dejes con la duda!

— Cállate y maneja hermosa, me volveré viejo en este auto, si es que no debo bajarme antes para volver a mi gira.

— Sigue hablando así Bieber y deberás caminar.

— No es mi culpa que estudies tan lejos de casa.

— En realidad sí, tu mamá me buscó un colegio cerca de casa, podríamos habernos ido donde tu madre.

— Deja de quejarte y maneja.

— ¡Eso es! ¡Maneja! -dijo Sacha.

— ¡Apúrate esclava! -dijo Eli.

— Más que esclava sería nuestra chofer -dijo Mily.

— ¿Cómo se les dice a las mujeres chofer? ¿Chofera? -preguntó de pronto Sacha.

— ¿Chofera? ¿Qué es eso?

— Creo que también se les dice chofer… no lo sé -respondió Mily.

— ¡Pero Mily! Tu eres la inteligente del grupo… ¿Ahora quién podrá defendernos?

— ¿Defendernos de qué? -preguntó Eli- ¿De tu estupidez?

— ¡Hey!

— ¡Llegamos! ¡Gracias a Dios, finalmente llegamos! -celebré ya que no debería seguir escuchando sus ridiculeces.

— Ya era hora -dijo Justin riendo.

— ¡Cállate! -me quejé golpeando su brazo

— Esto es maltrato -se quejó Justin-, deja de ser tan agresiva y vamos dentro.

— ¿Al menos me tienes una torta ahí dentro? Tengo hambre y gracias a tí perdí mi lindo arreglo de chocolates.

— ¿Ahora soy yo quien tiene la culpa? Y si, hay comida dentro, dulces suficientes como para que ustedes cuatro sean felices, aunque esten con la regla al mismo tiempo.

~ RehabDonde viven las historias. Descúbrelo ahora