Capítulo 14

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Primer día finalizado, podría decir que fue bueno, aunque como siempre no falta la mancha en el expediente que no podía dejar que fuera perfecto. Me encontraba acostada en mi cama después de un largo día con mi teléfono entre las manos, tenía muchos mensajes de mis amigos pero realmente no tenía ánimos de responderle a nadie.

— Dios, necesito un respiro.

Aquella mañana todo pintaba tan malditamente hermoso, desperté llena de ánimos, feliz y todo parecía ir viento en popa, en especial cuando al bajar Pattie me estaba esperando con mi desayuno favorito… huevo a la copa junto con un sabroso mochaccino. Cómo sea, después de aquello subí a mi nuevo automóvil y tome el camino que había repasado anoche al menos unas 20 veces en Google Maps y Google Street. En cuanto llegué no supe muy bien que hacer luego de estacionar el vehículo… esta escuela no se parecía en nada a la que había ido anteriormente; se veía mucho más lujosa -aunque cualquiera se vería más lujosa comparada con aquella mierda a la que solía ir-, pero aún así no tan ostentosa como me temía que fuera, ya que no me gustaría rodearme de puros chicos pijos y chicas que se creen super cool porque papi y mami tienen más dinero de lo “normal” para complacer cada uno de sus caprichos. Mi auto no era el más lujoso de los que se encontraban estacionados hasta el momento, pero sí podría clasificarlo en el top 10.

Había llegado temprano, pero aún debía ir a dirección en busca de mi horario y en lo posible algún mapa de este lugar o acabaría perdida antes de la primera clase. Ahora la pregunta era… ¿dónde diablos estaba la dirección en este lugar? Como sea, tomé mis cosas y salí del vehículo para entrar en el edificio al que estaría obligada a pasar mis días por los próximos meses.

Mochila al hombro, espalda derecha, mirada en alto, paso decidido… después de un par de vueltas finalmente pude encontrar el lugar y logré hacer mi registro válido consiguiendo un pequeño mapa/diagrama de las instalaciones -que a decir verdad no eran nada pequeñas-, junto con mi horario, el cual me mostraba que mi primera clase comenzaba dentro de 5 minutos… al otro lado del edificio, excelente, recién era mi primer día y ya tendría que ir corriendo… O eso pensaba hasta que la señora que se encontraba tras el mesón, la cual me dedicó más de alguna mirada de cabeza a pies escaneandome en exceso, llamó a un muchacho que iba pasando por afuera, pidiéndole que me guiara a mi primera clase.

— Oh, no, no es necesario. En serio no quiero molestar.

— No te preocupes -respondió el muchacho tranquilamente. El era alto, cabello castaño oscuro con unos ojos color gris, wow, lindo color de ojos muchacho-, de todas formas también tengo que ir hacia allá, al parecer compartiremos clases, al menos en Biología… una hermosa forma de partir la semana y el año escolar.

— ¿Así que te gusta la Biología?

— No mucho, yo me refería un poco más a la compañía -dijo antes de dirigirme un guiño. Okey, un momento… ¿Él acaba de insinuar que mi “compañía” era algo bueno y “bonito” que había de cierta forma alegrado su comienzo de semana? No, el no acaba de hacerlo-. Por cierto, mi nombre es Nathan -se presentó dirigiéndome una sonrisa que se podría clasificar como una sonrisa “matadora de triple impacto”

¿Por qué de triple impacto? Simple… es una sonrisa que busca tres cosas: deslumbrarte, hacerte sonreír, conquistarte.

— ¿Okey? Mi nombre es ____.

— Bonito nombre.

— Como digas.

— Así que eres nueva

— No me digas -sí, ando algo sarcástica.

~ RehabDonde viven las historias. Descúbrelo ahora