Capítulo 18

824 91 23
                                    

— Hora de despertar -canturreó alguien suavemente en mi oído.

— Mmhh… -me coloqué una almohada sobre la cabeza para acallar el ruido y seguir durmiendo.

— Vamos ____, levántate o se te hará tarde para ir a clases.

— ¿Pattie? -pregunté, sacando la almohada.

— ¿Quién más podría ser?

— No lo sé, ¿Freddy Kruger? ¿Jason? Hay miles de posibilidades -respondí sentandome en la cama y restregándome los ojos.

— Claro, como digas… por cierto… ¡Feliz Cumpleaños! -gritó de pronto sacando un regalo de su espalda, un paquete que no había notado anteriormente gracias al sueño.

— Gracias, no tuviste que haberte molestado -dije riendo.

— Oh, no fue molestia, ahora… ábrelo.



— ¿Has hablado con Justin? -me preguntó Pattie.

— No, no hace un par de semanas, me estuvo llamando y le dije que luego le devolvía la llamada pero estuve ocupada y no lo hice, luego no insistió más y pensé que quizá él estaría ocupado así que… no -dije sin levantar la vista de mi plato con huevos y tocino como si se hubiera vuelto lo más importante e interesante del mundo.

— Y ¿por qué no lo llamaste? -preguntó.

— No sé, ya te dije, como no insistió pensé que quizá yo… no sé, quizá él… bueno… eso.

— De acuerdo… ¿qué harás hoy?

— No lo sé, la verdad es que no tengo planes, quizá vaya a Starbucks con las chicas y Nathan, no lo sé.

— Cuando lo sepas asegurate de avisarme ¿de acuerdo?

— Sí, no te preocupes.

— Gracias, ahora, terminate el desayuno pronto o llegaras tarde.



— ¡Ahí viene la chica del cumpleaños! -grito Mily corriendo hacia mi y tirándoseme encima.

— ¡Ouch! Mily, sabes que no eres peso pluma y que no soy demasiado fuerte, chica.

— No me importa, feliz cumpleaños -insistió alargando la última frase.

— Junta músculos hermosa, porque acá te cae otra -escuche antes de sentir otro peso.

— Mierda Sacha me voy a caer.

— Pues caerémos todas juntas -grito Eli.

— No, no, no. ¡Eli no! -grité intentando soltar a Mily para poder alejarme y lo hice justo a tiempo para evitar el costalazo que acabaron dándose mis tres amigas contra el piso.

— ¡Ouch! -gritó Mily quien quedó abajo de las otras dos por haber sido la primera en lanzarse.

— Karma, perras -comenté riendo.

— No es chistoso -dijo Sacha-, creo que me rompí algo.

— ¿Una uña? -pregunté irónica.

— Lo más probable -dijo Eli-, porque creeme que no podía ser el himen, te puedo asegurar que esa flor fue deshojada hace mucho tiempo ya.

— Mierda Eli cállate -respondió Sacha totalmente colorada.

— ¿Era necesario tanto salvajismo? -pregunte mientras me paraba frente al pequeño bulto que eran mis amigas en el suelo en ese momento.

~ RehabDonde viven las historias. Descúbrelo ahora