Capítulo 15

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Deslicé mi pulgar sobre la pantalla antes de llevarlo a mi oreja.

— Hola

— ¿Que hay escolar? -dijo él del otro lado de la línea- ¿Que tal el primer día?

— Sumando y restando como resultado final creo que puedo concluir que fue un día decente.

— ¿Decente? ¿Solo eso? ¿Qué ocurrió hermosa?

— Demasiadas cosas que no valen la pena recordar. Solo digamos que me hizo falta un cambio de ropa y a menos que el lavado pueda deshacerse del rojo ya tendré que botar a la basura parte de mi ropa nueva.

— ¿Andrés te fue a visitar hoy?

— ¿Qué? ¡NO! Estúpido -dije comenzando a reír-, solo gente descuidada en la cafetería. Mi polera nueva ahora está bañada en jugo de frutilla y spaghetti con salsa de tomate.

— Mmm spaghetti, me encantan con…

— Salsa bolognese, ya lo sé Justin -lo interrumpí.

— Lo siento -rió-, entonces omitiendo el cambio de ropa que necesitaste ¿todo bien?

— Si eso creo, aunque ya hice nuevos amigos también hay quienes al parecer ya me odian.

— Tranquila, es normal.

— Lamentablemente si, pero creo que aprendí del mejor a no desvivirme por los haters.

— Si es quien creo que es, sí, definitivamente aprendiste del mejor.

— Y si molestan demasiado es tan simples como lanzarles una zapatilla en la cara.

— ¡Hey! -se quejó.

— Oh, lo siento… una Supra en la cara, la marca es importante.

— Eso no es divertido -dijo.

— Claro que lo es, Bieber.

— Quizá un poco.

— ¿Un poco? Yo diría que bastante -entonces comencé a reirme como una desquiciada, como hace mucho no lo hacía. Él comenzó a reír conmigo y nuestra llamada fue solo risas por unos cinco minutos hasta que de a poco fuimos bajando el volumen.

— Te extraño -dijo calmandose, provocando que yo también lo hiciera y me quedara en silencio-, de verdad extraño que estes revoloteando por acá, te extraño como no sabes.

— Solo te acostumbraste a tenerme a tu lado.

— Eso no significa a que me acostumbraré a que no estés.

— Claro que lo harás, Justin.

— No, una vez que miras directo al sol y este te ciega… jamás volverás a ver como antes.

— ¿Qué tonterías dices?

— Solo intentaba usar una metáfora romántica, pero no me ayudas… además no puedo recordar bien como era.

— Lo siento, es que no te entendí.

— Al ver el sol de manera directa hay tanta luz allí que quedas ciego, osea que jamás podrás a ver a nada gracias a ello.

— Yo no te deje ciego -”solo en silla de ruedas” iba a añadir, pero decidí que no había por qué arruinar el momento.

— Me refiero a que después de verte a ti no puedo volver a ver a otra chica, tu eres todo lo que quiero, todo lo que necesito. Y me encargaré de ser lo que quieras y necesites. Tu te convertiste en mi mundo y gracias a mis estúpidas inseguridades te perdí, pero te sigo queriendo a mi lado hermosa.

~ RehabDonde viven las historias. Descúbrelo ahora