Capítulo 10

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— ¿Volver a la secundaria? -preguntó ella.

— Si, quiero terminar la escuela… cuando escapé de casa con Justin dejé mis estudios sin terminar; supuestamente los terminaría con profesores particulares o algo pero las cosas se volvieron algo confusas y problemáticas y ya ves que no hice nada. Ahora ya esta por comenzar un nuevo año escolar y quizá no sea mala idea retomar las clases ahora que puedo. Tu podrías ser mi apoderada, aunque no seas mi tutora legal ya estoy por cumplir los 18 años, por lo que legalmente no debería haber problema con aquello. Puedo trabajar el tiempo que queda ante de que comience el año escolar para conseguir el dinero de mis materiales y…

— Que ni se te ocurra hacer eso, el dinero es lo de menos cariño, por supuesto que me gustaría ayudarte en esto, no deberías ni siquiera preguntarlo.

— ¿Hablas enserio? -pregunté sorprendida.

— Claro que sí, tu solo dime donde y cuando, y feliz te acompaño a hacer todos los trámites que necesites. Busca el lugar que más te guste y donde te sientas más cómoda

— Gracias Pattie -dije poniéndome de pie y acercándome a ella para abrazarla-, contigo a veces siento como si mamá aún estuviera aquí.

— Y lo está, ella siempre estará contigo aquí -dijo con su mano en mi pecho, refiriéndose a mi corazón-, ella se encuentra cuidandote y estoy segura de que no le gusto verte pasar por tan malos momentos y que de seguro ahora se encuentra feliz de ver como intentas retomar tu vida y comienzas a plantearte tus propias metas para seguir adelante. Ella debe estar totalmente orgullosa de ti.

— Ya, no sigas que me harás llorar -le respondí apenas, con un nudo en la garganta-. Como la extraño.

— Todos la extrañamos… quizá un viaje a Canadá no nos vendría mal, podemos ir a visitar tu tumba y un buen tiempo con los chicos no te haría nada de mal.

— ¿Lo dices enserio?

— Por supuesto… de vez en cuando me encanta volver y la verdad es que ya estaba planeando un viaje hacia allá, y si voy acompañada, mejor aún.

— Pattie, eres increíble -le dije mientras volvía a abrazarla.

 

.

 

— ¡Santísima mierda! -grité insultando al aire por millonésima vez. o ¿quién sabe? quizá más.

 

Estaba totalmente enfurecido, con ganas de golpear cosas, de romperme los nudillos dándole con fuerza a alguna cosa, de hacer volar objetos de un lado a otro de la habitación para hacerlos estallar contra una pared o incluso con el suelo; quería destruir todo, pero lo peor era que aunque lo hiciera y me gaste ya fuera el día, la semana o mi vida completo en ello, eso no me traería de vuelta a ____ y supongo que eso es lo que más me hacía enojar; entonces aquello se volvía en un circulo vicioso de ira sin fin.

 

— Todo es culpa de esta maldita silla -maldije mientras le lanzaba una patada a aquel aparato con ruedas que me había estado transportando los últimos meses.

 

— ¿A quién quieres engañar campeón? -dijo una voz en mi cabeza, mi conciencia de seguro-, todo esto es tu culpa, no intentes culpar a la silla.

 

Y aquello era lo que más dolía… saber que aquella voz que había salido de quién sabe qué parte de mi cabeza tenía toda la razón… porque la silla no había hecho nada, mientras que yo había ocultado la verdad durante poco más de un mes solo por miedo a volver a mi vida de antes, aún sabiendo que eso la estaba dañando, aún sabiendo que durante las noches ella se sentía culpable y triste… teniendo en conocimiento todas esas cosas no fui capaz de pensar en ella por un minuto y decirle que se tranquilizara, que no era su culpa y aunque ella insistiera en seguir culpándose, limitarme a quitarle importancia al asunto diciéndole que ya no había nada de lo que preocuparse porque ya podía caminar normalmente de nuevo como si nada hubiera pasado. Soy un maldito egoísta… debí haber pensado en ella antes que en mí. Debí haber hecho muchas cosas, no las hice y es probable de que por ese error simplemente ya no las pueda hacer porque no me sorprendería si realmente no me quisiera volver a ver; y aunque dijo algo por el estilo antes de marcharse sigo albergando una esperanza de que después de un tiempo las cosas se calmen y podamos volver a la realidad después de una disculpa de película por mi parte… lo que podría funcionar de maravillas si tan solo tuviera la paciencia de esperar a que las cosas se tranquilicen entre nosotros, pero es tanto lo que ya la extraño después de unas cuantas horas, que ya siento como me volví dependiente a su presencia.

~ RehabDonde viven las historias. Descúbrelo ahora